Basura y carroña en Cienfuegos
Jueves, Julio 26, 2012 | Por Alejandro Tur Valladares
CIENFUEGOS, Cuba, julio, www.cubanet.org -A siete kilómetros de la ciudad de Cienfuegos, en el centro-sur de Cuba, un mundo ignoto se yergue desafiante. Con apenas doce años de nacido, y ya está dando de qué hablar.
El actual basurero municipal de Cienfuegos fue establecido en los difíciles años del llamado Periodo Especial. El anterior, ubicado en el poblado de Trujillo, más alejado de la ciudad cabecera, demandaba mayores recursos económicos, por el combustible utilizado en el traslado de los desechos. Así que aproximaron el basurero a la ciudad, como una solución coyuntural, destinada a desaparecer cuando los tiempos cambiasen.
Sin cerca perimetral, en la plazoleta se apiñan cientos de miles de bolsas de polietileno. Un verdadero paraíso para esa mutación de homos que son los buzos (personas que se dedican a husmear en la basura), quienes compiten en encarnizada lucha con los animales carroñeros que pululan por aquellos parajes.
Buscan restos de alimentos, chatarra, o cualquier elemento que pueda ser vendido. De esta forma, una parte importante de la basura que viajó desde la ciudad al vertedero regresa en carretones tirados por caballos, para ser comercializada como materia prima.
Las condiciones en que laboran los obreros del basurero son extremas. Sin medios de protección, como guantes, máscaras o botas engomadas, sin agua o desinfectantes para asearse, sin uniformes o suplementos dietéticos con los que fortalecer el sistema inmunológico, para afrontar los nocivos efluvios de los desechos químicos que allí son arrojados, salen cada día a ganar el pan para la familia. Las lesiones en la piel son una constante entre ellos, algunas ya crónicas, pues el contacto diario con gérmenes y bacterias impide la cura definitiva.
Sin tener en cuenta las normas cubanas de saneamiento -ya de por sí perniciosas–, quienes concibieron este basurero se saltaron la parte donde “El manual del buen basurero”, explica cómo se concibe un mn me se combustible utilizadosuladar convencional. A éste lo idearon para contener los desperdicios a cielo abierto, sin tratamiento a los residuales, ni reciclaje de las tan necesarias materias primas. Le pusieron el eufemístico nombre de Vertedero de Periodo Especial.
“Este vertedero es ilegal” -nos comentó Idalberto Reyes Sarosa, ex director de la Empresa de Comunales de Cienfuegos, entidad que atiende esta esfera-, no cumple las normas medio ambientales que se exigen internacionalmente. El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba no ha podido certificarlo, por lo que funciona al margen de los reglamentos”.
Otro aspecto que preocupa a conocedores del tema es la ausencia de drenajes que padece el basurero, y su cercanía a la bahía, apenas a unos 4 Km. No pocas veces las industrias han vertido desechos tóxicos que, por falta de tratamiento adecuado, se presume van a parar al manto freático, y de allí, al cercano mar.
De regreso a nuestros hogares, miramos hacia atrás. La blanca colina de desechos que se erguía decenas de metros por sobre la maleza, parecía gritarnos, desde la lejanía: “Hace un mes que aquí la basura campea por su respeto, sin ser tratada”.
http://www.cubanet.org/articulos/basura-y-carrona-en-cienfuegos/
Jueves, Julio 26, 2012 | Por Alejandro Tur Valladares
CIENFUEGOS, Cuba, julio, www.cubanet.org -A siete kilómetros de la ciudad de Cienfuegos, en el centro-sur de Cuba, un mundo ignoto se yergue desafiante. Con apenas doce años de nacido, y ya está dando de qué hablar.
El actual basurero municipal de Cienfuegos fue establecido en los difíciles años del llamado Periodo Especial. El anterior, ubicado en el poblado de Trujillo, más alejado de la ciudad cabecera, demandaba mayores recursos económicos, por el combustible utilizado en el traslado de los desechos. Así que aproximaron el basurero a la ciudad, como una solución coyuntural, destinada a desaparecer cuando los tiempos cambiasen.
Sin cerca perimetral, en la plazoleta se apiñan cientos de miles de bolsas de polietileno. Un verdadero paraíso para esa mutación de homos que son los buzos (personas que se dedican a husmear en la basura), quienes compiten en encarnizada lucha con los animales carroñeros que pululan por aquellos parajes.
Buscan restos de alimentos, chatarra, o cualquier elemento que pueda ser vendido. De esta forma, una parte importante de la basura que viajó desde la ciudad al vertedero regresa en carretones tirados por caballos, para ser comercializada como materia prima.
Las condiciones en que laboran los obreros del basurero son extremas. Sin medios de protección, como guantes, máscaras o botas engomadas, sin agua o desinfectantes para asearse, sin uniformes o suplementos dietéticos con los que fortalecer el sistema inmunológico, para afrontar los nocivos efluvios de los desechos químicos que allí son arrojados, salen cada día a ganar el pan para la familia. Las lesiones en la piel son una constante entre ellos, algunas ya crónicas, pues el contacto diario con gérmenes y bacterias impide la cura definitiva.
Sin tener en cuenta las normas cubanas de saneamiento -ya de por sí perniciosas–, quienes concibieron este basurero se saltaron la parte donde “El manual del buen basurero”, explica cómo se concibe un mn me se combustible utilizadosuladar convencional. A éste lo idearon para contener los desperdicios a cielo abierto, sin tratamiento a los residuales, ni reciclaje de las tan necesarias materias primas. Le pusieron el eufemístico nombre de Vertedero de Periodo Especial.
“Este vertedero es ilegal” -nos comentó Idalberto Reyes Sarosa, ex director de la Empresa de Comunales de Cienfuegos, entidad que atiende esta esfera-, no cumple las normas medio ambientales que se exigen internacionalmente. El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba no ha podido certificarlo, por lo que funciona al margen de los reglamentos”.
Otro aspecto que preocupa a conocedores del tema es la ausencia de drenajes que padece el basurero, y su cercanía a la bahía, apenas a unos 4 Km. No pocas veces las industrias han vertido desechos tóxicos que, por falta de tratamiento adecuado, se presume van a parar al manto freático, y de allí, al cercano mar.
De regreso a nuestros hogares, miramos hacia atrás. La blanca colina de desechos que se erguía decenas de metros por sobre la maleza, parecía gritarnos, desde la lejanía: “Hace un mes que aquí la basura campea por su respeto, sin ser tratada”.
http://www.cubanet.org/articulos/basura-y-carrona-en-cienfuegos/
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