Thursday, June 21, 2012

El fraude al Medicare y ¿la conexión cubana?

Relaciones Cuba-EEUU, Embargo

El fraude al Medicare y ¿la conexión cubana?

En la lucha "para romper el bloqueo" puede valer cualquier cosa

Eugenio Yáñez, Miami | 21/06/2012 10:19 am

Una vez más se desata en Miami un escándalo de fraude al Medicare
—sistema federal de salud en Estados Unidos para mayores de 65 años—,
con la particularidad de que esta vez hay un cubano acusado de lavar el
dinero mal habido en las estafas mediante una agencia de cambio de
cheques, dinero que habría terminado en un banco en La Habana, a través
de una complicada madeja de instituciones bancarias y financieras en
Canadá y Trinidad y Tobago. La trama abarca a 70 compañías del sur de
Florida, que habrían facturado fraudulentamente 375 millones de dólares,
según la Fiscalía.

Para estafar al Medicare no se requiere demasiada inteligencia ni
esfuerzo: este mastodonte burocrático del gobierno federal, que se va
acercando rápidamente a la bancarrota por sus descomunales e
incontrolados gastos, paga festinadamente y sin demasiada revisión las
facturas que se le presentan: al fin y al cabo, no es dinero de los
burócratas que trabajan en la institución, sino de los contribuyentes
norteamericanos. En el año fiscal 2012 el presupuesto para Medicare
alcanza poco más de 484 mil millones de dólares.

Esta estafa se mueve dentro de un gigantesco flujo de facturas que
diariamente tramitan cientos de miles de instituciones que aparecen
registradas como proveedoras de servicios al Medicare, desde
respetabilísimas instituciones médicas sin una sola mancha, pasando por
profesionales de la salud que ordenan a sus pacientes exámenes y
consultas de discutible necesidad que después facturarán, hasta
simplemente vulgares estafadores que cobran por servicios que nunca han
ejecutado ni pretenden hacerlo. Y existen desde estafadores por cuenta
propia hasta integrantes de organizaciones criminales.

Esta vez, el hecho de que los fiscales señalen que el dinero mal habido
terminó en bancos en La Habana ha desatado con más fuerza las alarmas en
el sur de la Florida, la capital del fraude al Medicare, pues estando
Cuba de por medio las danzas de guerra anticastrista toman fuerza
inusitada. La Fiscalía se apresuró a decir tajantemente, dos horas
después del anuncio de las investigaciones: "No hay ninguna alegación ni
tenemos prueba alguna de que el Gobierno cubano esté involucrado en este
caso".

Poco después, desde La Habana, una vocera del régimen señalaba: "Los
bancos cubanos tienen establecido un mecanismo de vigilancia y
supervisión (…) que le permiten detectar y enfrentar los intentos de
realizar operaciones fraudulentas". Lo que sería decisivo en un país
donde los controles financieros y la contabilidad funcionen
adecuadamente, que no es el caso de Cuba, y mucho menos si es el zorro
el que cuida el gallinero. Por otra parte, el Republic Bank, involucrado
en las acusaciones, no es un "banco cubano", sino de Trinidad y Tobago
con sucursal en Cuba, por lo que la declaración de La Habana necesitaría
precisarse más para evitar suspicacias.

El hecho de que no existan evidencias no significa garantía de
inocencia. En todo caso, como en las "verificaciones" en Cuba, podría
decirse que hasta el momento no se conoce de elementos que pudieran
involucrar al Gobierno cubano en esta actividad.

Sin embargo, las estafas al Medicare no son nada nuevo: desde hace mucho
tiempo determinadas señales alrededor de estos masivos fraudes en el sur
de La Florida deberían haber sido tomadas en cuenta. Tres elementos
alrededor de este esquema delincuencial son significativos para un
análisis: el perfil de los estafadores, el modus operandi de la estafa y
el destino final de los estafadores.

Curiosamente, muchos de los acusados son cubanos que llegaron a EEUU por
cualquier vía hace relativamente pocos años. La abrumadora mayoría de
quienes llegan a este país sabe lo difícil que resulta enrumbarse en el
terreno económico y adaptarse a las nuevas realidades económicas,
políticas y culturales. Sin embargo, muchos de los acusados compraron
compañías proveedoras de servicios al Medicare al poco tiempo de llegar.

Con relación al modus operandi, los estafadores facturaban acelerada y
fraudulentamente en cantidades impresionantes casi desde el momento de
tener las compañías: en algunos casos, decenas de millones de dólares,
en otro casi dos millones de dólares facturados en cuatro meses. La
acusación actual señala que la Fiscalía podría probar entre "20 y 50
millones de dólares" lavados en un esquema que abarcaba 70 compañías
estafando al Medicare. Sin dudas, no es una operación de estafadores por
cuenta propia.

Finalmente, y muy significativo: ya sea cuando las investigaciones van
cerrando el cerco, o cuando estos "empresarios" son detenidos, sean
cubanos o no, pagan rápidamente la fianza en espera del juicio, y casi
de inmediato desaparecen de la luz pública, para aparecer ¿dónde?
Estados Unidos considera que más de cuarenta fugitivos acusados de
fraude al Medicare residen en estos momentos en Cuba.

Hay quien asegura que se trata de un esquema organizado por el régimen
castrista como una de sus operaciones para "romper el bloqueo". Desde el
punto de vista del Gobierno cubano, no serían delincuentes y
estafadores, sino combatientes enfrentando al "imperio". De la misma
manera que los espías son "antiterroristas".

Otros consideran que el Gobierno cubano no organiza el proceso, pero se
beneficia de la llegada de esos estafadores, a quienes cobra cantidades
ingentes por el derecho a regresar al país y ofrecerles cobertura. Otros
ni siquiera están convencidos de que esos dineros terminan en Cuba.

Podría pensarse si todo lo que ha sucedido sería casualidad. Pero en la
casualidad pueden creer los enamorados, no los analistas. Y nadie que
haya vivido una "salida definitiva del país" puede regresar a Cuba por
su cuenta y sin permiso del régimen, mucho menos con millonarias cuentas
bancarias o maletines cargados de moneda dura.

Nada de esto hay que tomarlo como pretensión de acusación sin pruebas o
escándalo propagandístico. Simplemente, no es más que una hipótesis para
tratar de analizar este asunto.

La Brigadita de Respuesta Rápida Digital, que a falta de argumentos
intenta constantemente descalificar autores, matar mensajeros, o repetir
consignas como fundamentalistas llamando a la yihad, puede comenzar
cuando desee. Nada que digan servirá para detener las investigaciones ni
para proteger a los estafadores.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-fraude-al-medicare-y-la-conexion-cubana-277844

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