Reformas pendientes II
Martes, 29 de mayo de 2012 | 4:30 am
La búsqueda de la desaparición del Estado ha sido un ideal compartido
por sectores de izquierda y de derecha por igual. El marxismo,
postulando que el estado era un instrumento exclusivamente al servicio
de los poderosos, buscaba la creación de una sociedad sin clases donde
se terminaran las condiciones que generan la explotación del hombre por
el hombre. Los libertarios, desde el otro extremo, asumen que el Estado
debería ser quitado del medio porque es un factor que deforma y
entorpece la libre iniciativa del mercado. En ambos casos se pierde la
perspectiva estratégica del rol del estado.
El punto medio entre estas posturas radicales sería aquel que reconoce
la importancia de contar con un Estado que posibilite transformar el
crecimiento económico en desarrollo a través de la implementación de
políticas públicas de largo plazo. Para ello resulta imprescindible su
fortaleza de modo que, independientemente del tamaño que asuma, sea
eficiente. En el caso de los países de América Latina que han conocido
distintas etapas de expansión y reducción del Estado, dependiendo de la
influencia ideológica puesta en juego en cada momento histórico, el
Estado ha sido, a grandes rasgos, débil e ineficiente.
Una de las reformas cruciales que harían más poderosos a nuestros
estados, esto es un mejor instrumento para impulsar el desarrollo,
giraría en torno a la creación de una burocracia basada exclusivamente
en un reclutamiento con criterios de meritocracia e igualdad. Mediante
esta reforma estructural el Estado pasaría a contar con un personal
altamente capacitado, idóneo y profesional que se encargaría, bajo la
orientación de quienes son elegidos de manera temporaria en cargos de
representación, de implementar las complejas políticas públicas que
requieren, para su éxito, muchos más años de recorrido que los exiguos
plazos de un gobierno determinado.
La reforma del Estado, a través de la creación de un servicio civil con
estas características, fue impulsada a finales del siglo XIX por los
países que han logrado altos niveles de desarrollo para sus sociedades.
El objetivo buscado era superar "el sistema de la ruina", una práctica
mediante la cual el Estado es tomado como un botín por quienes tienen
el gobierno y distribuyen entre sus seguidores los puestos de la
administración gubernamental sin otro criterio que la lealtad política.
En Gran Bretaña y en los EEUU, donde sus dirigentes se dieron cuenta de
que esa práctica era una de las causas que llevaban a sus economías a la
ruina, impulsaron, en 1855 y 1883 respectivamente, el desarrollo de
procesos selectivos basados en el mérito como método de ingreso a un
puesto público no electivo.
En la última década la mejora en los ingresos proveniente de los
productos primarios de exportación ha permitido a la región reducir las
gravosas deudas externas y canalizar mayores recursos en la reducción de
la pobreza y la desigualdad. Habiendo logrado fortalecer el rol del
estado es momento de considerar reformas pendientes como la construcción
de un servicio civil para lograr que el crecimiento en nuestras
economías se transforme en desarrollo.
http://www.larepublica.pe/columnistas/desde-fuera/reformas-pendientes-ii-28-05-2012
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