Wednesday, May 02, 2012

De fachadas y peligros

De fachadas y peligros
abril 30, 2012
Dariela Aquique

HAVANA TIMES, 30 abr — La concurrida y céntrica calle Heredia de
Santiago de Cuba atesora mucha historia, sobre todo a lo que a cultura
refiere, debe su nombre a que en ella se encuentra ubicada la casa de
José María Heredia, el cantor del Niagara.

Esta arteria tiene una extensión aproximada de 12 cuadras. Sin embargo
solo 3 de ellas, Heredia entre Calvario y Carnicería, Heredia entre
Carnicería y San Félix y Heredia entre San Feliz y San Pedro, son muy
confluidas, por varias razones.

Primeramente por encontrarse enclavadas en el llamado casco histórico de
la ciudad, cuyas edificaciones muestras variedad de estilos
arquitectónicos que datan de diferentes períodos y que han sido
preservados durante años.

Restauración tras restauración, algunas veces por los propios moradores
de las viviendas, los que estan obligados a mantener los caracteres de
dichas construcciones. Y en determinada ocasiones (esencialmente a raíz
de alguna visita importante de algún mandatario o un evento x), por
arreglos a cargo de la Oficina del Conservador de la Ciudad, la que debe
encargarse de mantener los valores patrimoniales de estas cimentaciones.

Sitios significativos y muy visitados (sobre todo por los turistas),
encontramos aquí, por ejemplo La Casona de Artex, El Museo del Carnaval,
La sede Provincial de la UNEAC y su galería de arte La Confronta, el
Museo Casa natal de Heredia, La Casa de la Trova y numerosas mesas y
estanterías de artesanos vendiendo sus confecciones.

No menos importante, pero sin tanta afluencia de extranjeros se erige
también en esta calle, la monumental Biblioteca Provincial Elvira Cape.

Suma a sus atractivos, una pequeña galería de fotos, libros y discos, La
Galería de Eddy y un acogedor restaurante El Holandés, estos dos
negocios particulares, los que gozan ya de popularidad y obligada
mención al hablar de la calle.

Lo triste de este recorrido es cuando hacemos un alto en los fondos
habitacionales en deplorable estado, los que contrastan en una suerte de
claros-obscuros. La segunda planta del edificio de Heredia y San Félix,
lleva apuntalado hace más de seis años y cada vez resulta inminente su
total reparación. O su probable derrumbe, en cualquier momento, sumara a
la conocidísima calle un lamentable pasaje a sus anécdotas.

Pero la desidia, o el no prudente cierre de una instalación que genera
grandes ingresos en divisa, han hecho que no solo las casas viviendas de
Heredia expongan su peligroso deterioro.

Un cartel, apenas visible cuelga del balcón del Salón de los Grandes, en
el segundo piso de La Casa de la Trova, donde casi todos los días de la
semana, su espacio es atestado de turistas y visitantes para disfrutar
de las presentaciones de grupos de música tradicional o de cualquiera
otros invitados.

Allí la gente baila, bebe y la música retumba en las endebles vigas que
sostiene el balconaje de estilo colonial, casi nadie repara en el
insignificante cartel, que augura una desgracia: peligro de derrumbe.

Así la calle donde nació el poeta, la que fue famosa por sus antiguas
noches culturales en los años 80, la ruta de bardos y diletantes, la de
la escalera testigo de tertulias; anda llena de gente calle arriba y
calle abajo; luce sus fachadas pintadas y a contra pelo un solar yermo,
donde hace años se incendió un edificio y nunca más se levantó, maderas
que soportan pisos quebradizos y un pequeño cartel anunciando el peligro.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=63024

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