y Arzobispado
(www.miscelaneasdecuba.net).- Yo Dania Virgen García García, CI:
6911083261 y residente en Calle 110, número 19305, entre calzada de San
Miguel y 119, residencial San Miguel, municipio San Miguel del Padrón,
Ciudad Habana, Cuba, reclamo al Ministerio del Interior, Fiscalía
Militar Provincial y Arzobispado de La Habana según lo siguiente:
A quien pueda interesar:
El pasado 27 de marzo, alrededor de las 5 y 10 de la tarde, fui detenida
a la salida de la misa en la Catedral de La Habana, por oficiales de la
Seguridad del Estado, junto a dos oficiales mujeres, una de ellas, una
tte, coronel, todos vestidos de civil, pertenecientes al departamento
21, no identificándose, me introdujeron a la fuerza en un carro patrullero.
Dentro del patrullero fui severamente atropellada por estas mujeres,
que me apretaron los brazos hasta dejarme marcas.
Se me condujo para la unidad policial de Dragones. Al negarme salir del
carro, ya que pregunte cuál era el delito que había cometido para esta
detención arbitraria a la salida de la iglesia, siendo una católica
practicante, confirmada en el año 2009 por el propio cardenal Jaime
Ortega, y que como ciudadana de este país tenía derecho a ir a la iglesia.
Estas mujeres me contestaron que a los contrarrevolucionarios se les
tiene prohibido entrar a las iglesias, y acto seguido me arrastraron por
los brazos junto a los policías de la patrulla, y me arrastraron hasta
el patio del cuartel.
Allí permanecí por espacio de 30 minutos, hasta que fui esposada,
arrastrada y obligada a montar en otro carro patrullero, donde me
llevaron para la unidad de la policía de Zanja.
Allí se me sacó del carro con las manos esposadas y fui tirada en el
medio del pasillo de la parte de atrás de la unidad, donde estuve unos
40 minutos, hasta que llegó un Mayor con quien tuve un careo, y éste se
molestó porque le dije la verdad en su cara. Entonces me trasladó a
rastras para una oficina situada en el segundo piso, donde seguí
pronunciándome y reclamando mis derechos como ciudadana.
Inmediatamente llegó el jefe de la unidad, y le comunicó al mayor que me
llevaran para los calabozos. Al negarme a caminar, el Mayor me cogió por
el cuello, y junto con el jefe de la unidad y otro oficial, me
arrastraron escalera abajo. Esta escalera tienen una altura de 3 metros.
Todo esto fue en presencia de las dos mujeres oficiales que me detuvieron.
La blusa se me subió en el forcejeo y todos los que se encontraban allí,
hasta los detenidos, vieron partes íntimas de mi cuerpo. Cuando me
introdujeron en el calabozo, seguí pidiendo explicaciones acerca de por
qué estaba allí. Entonces, el Mayor me puso las esposas por atrás, y me
tiró en el piso del calabozo, donde permanecí hasta después de las 10 de
la noche. Como no me dejaron ir al baño, me vi obligada a orinar y
defecarme en los pantalones. Una hora después fue que me quitaron las
esposas.
Me negué a tomar agua y a comer desde que entré al calabozo. Se me
estuvo torturando física y sicológicamente por más de 33 horas, hasta
que se me liberó al otro día, el 28, a las 9 y 45 de la noche.
Pido que se haga justicia con los responsables de los actos degradantes
e inhumanos, que me sucedieron, porque se violaron todos mis derechos
humanos y ciudadanos, y además la Constitución de la República de Cuba.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=35650
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