Jueves, 23 de Febrero de 2012 15:37
Julio Antonio Aleaga Pesant
El Vedado, La Habana (PD) Yoani Sánchez, recibió la negativa número 19
de salida del país, emitida por el Ministro del Interior, General de
Cuerpo de Ejército Abelardo (Furry) Colomé Ibarra.
En esta oportunidad, la exitosa bloguera cubana tenía previsto visitar
Brasil, invitada por un director de documentales interesado en su
participación en la premier de su última obra.
Con la intención de hacer valer su derecho al libre movimiento, Yoani
Sánchez se dirigió a la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, de visita
en La Habana en los últimos días de enero, para que mediara ante la
dictadura sobre el tema de los derechos humanos y el libre movimiento de
los ciudadanos. Pero Dilma, más sorda que su antecesor, Luis Ignacio Da
Silva, al dolor del pueblo cubano, pasó por alto el tema y ante la
inoportuna pregunta de un periodista, evadió la respuesta con una
vulgaridad y sencillez propia de peor causa.
Como dijimos antes (en "Un muro llamado Mariel"), entre el tema de los
derechos humanos en Cuba y sus relaciones con Brasil, se levanta la
geopolítica, ese espacio donde el interés de las clases políticas y
económicas de las naciones se funde con la geografía política y olvida
los problemas de los ciudadanos.
Fue el sueco Rudolf Kjellen (1864-1922), quien definió primero la idea y
los términos donde se incluye que los estados tienden a crecer, extender
o morir dentro de fronteras "vivientes", dinámicas, móviles y sujetas al
cambio. Más tarde, estudiosos norteamericanos postularon la
importancia estratégica del dominio naval como clave de la dominación
mundial ("quien domine el mar domina el comercio mundial; quien domine
el comercio mundial domina el mundo"), y el político inglés Sir
Mackinder desarrolló la teoría de la Región Cardial, o área de pivote,
cuyo control facilitaría nuevos dominios.
¿Es esa la importancia de los mil millones de dólares que se invierten
en el Mariel?
Entre los ejemplos conocidos de las teorías geopolíticas están las del
espacio vital en la Alemania, nacionalsocialista o de otros países
totalitarios como Rusia (Doctrina Brezhnev), China, Japón e Italia, o en
el caso cubano con la tesis del internacionalismo socialista (el "pago
de nuestra deuda con la humanidad"), o el envío de médicos y maestros a
otros países, conformando un poder blando y una capacidad de influencia
y control sobre otras regiones y gobiernos.
Desde antes del fin de la Guerra Fría, aparecieron de nuevos actores
internacionales, entre ellos las grandes compañías u organizaciones
multinacionales. Estas últimas con un gran poder económico y político
(similares a muchos estados o superiores a ellos), que fomentan
estrategias territoriales. Pero también Estados que en base al tamaño
geográfico, económico y poblacional, consideraron oportuno
reposicionarse en la arquitectura mundial y adquirir la pretensión de
sub potencias o potencias regionales.
El caso más conocido de estas sub potencias es el de las BRICS (Brasil,
Rusia, India, China y Suráfrica), que por sus debilidades
institucionales y carencias democráticas internas, tienden a priorizar
los intereses económicos sobre los derechos humanos o ambientales, por
solo citar dos ejemplos.
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