Tuesday, October 18, 2011

Las fases del castrismo y la represión

Las fases del castrismo y la represión
Domingo, Octubre 16, 2011 | Por Vicente P. Escobal

MIAMI, Florida, octubre, www.cubanet.org -Entre el 14 y el 24 de
Octubre de 1962, efectivos de la policía cubana detuvieron en un
céntrico barrio de la ciudad de La Habana alrededor de 800 jóvenes y
adolescentes de ambos sexos. La operación policíaca se desarrolló como
parte de una gigantesca ola de detenciones masivas dirigida
nacionalmente contra personas cuyo comportamiento social se desviaba de
los patrones ideológicos establecidos por el régimen bajo la meta de
crear "el hombre nuevo".

Los arrestos se ajustaron a la forma de vestir y de llevar el cabello
pues según los encargados de velar por "la pureza de la juventud
cubana" tanto el vestuario como el peinado revelan su carácter. Un
chico melenudo y con los pantalones ceñidos al cuerpo se convierte de
hecho en un potencial enemigo de la revolución y una chica con excesivo
maquillaje en su rostro es interpretada como prostituta. Escuchar la
música de los Beattles se considera una grave desviación cultural y
repudiar las obras de Lenin, Marx o Engels un profundo descarrío filosófico.

Se renovaban, doscientos años después, las prédicas de Maximilien
Robespierre, destacado líder de la Revolución francesa y del Comité
de Salvación Publica que gobernó durante el llamado Reinado del Terror.
En su libro "Teoría del gobierno revolucionario", Robespierre
formuló esta increíble creencia: "El gobierno revolucionario debe a los
buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo
no les debe sino la muerte".

Las detenciones masivas entre el 14 y el 24 de octubre de 1962 y muchas
otras realizadas a lo largo de los años subsiguientes muestran que es
imposible disociar las actuaciones policiales de los castristas de la
consecución de sus objetivos políticos. Si bien es cierto que en el
periodo inmediatamente anterior a la llegada de Castro al poder la
violencia social y política fue una constante en Cuba, y que las
acciones del Movimiento 26 de Julio y otras organizaciones terroristas
permitió dar libre curso a esa violencia, no lo es menos que Castro le
añadió el imperio de un incipiente Estado represivo para alcanzar
objetivos determinados bajo la excusa del antiimperialismo, la defensa
de la soberanía nacional y la preservación de presumibles valores
morales entre sus ciudadanos.

Está claro que para Fidel Castro y sus fieles el objetivo fundamental
era conseguir el control del destino de la nación de cubana. La meta
consistió horrorizarlos a todos y para conseguirlo el terror fue tan
importante como las batallas libradas para derrotar a Batista.

En términos de represión es justo decir que el cubano no ha sido el
único pueblo sometido a un sistema cruel y abusivo. En todos los
países dominados por los soviéticos se aplicaron prácticas similares a
las de Cuba y en algunas naciones de América Latina fueron igualmente
crueles las dictaduras militares con la diferencia de que estas últimas
no rompieron el record establecido por Castro al mantenerse por más de
cinco décadas en el poder.

La amplitud de las represiones políticas en Cuba y sus formas han
seguido la evolución del propio régimen. Cuando en Cuba se examina un
nivel determinado de represión, entonces podemos precisar a qué fase
del castrismo corresponde.

En los años iniciales, la represión estaba apoyada por la idea de
consolidar el poder sin importar para nada los métodos que se emplearan.
Era la fase del afianzamiento del sistema. Más adelante la
represión fue dirigida contra quienes tempranamente redelinearon su
pensamiento democrático y denunciaron el peligroso rumbo que tomaba la
revolución al desviarse de sus postulados iniciales enmarcados en las
tesis del nacionalismo, la democracia, la economía libre, el Estado de
Derecho y el pluralismo político. Era la fase de la descalificación con
la cual se iniciaba "la lucha de clases". Posteriormente se montaría
un gigantesco escenario donde prevalecería la búsqueda de un enemigo
poderoso dispuesto a desatar sobre los cubanos una hecatombe nuclear.
Este intento pretendía lograr ensamblar la sociedad a la figura
del Comandante en Jefe y convertir en antipatriota cualquier actitud
disidente. Era la fase del culto al gran líder.

¿En qué fase nos encontramos hoy?

Hemos entrado en una de las etapas más peligrosas y consecuentemente la
última. Cualquier ciudadano puede acabar siendo "objeto de interés
activo" de la Seguridad del Estado, es decir su víctima. Es una fase
de todos contra todos, donde ya no cuentan la consolidación del poder
ni la lucha de clases ni el ensamblaje de la sociedad a la figura del
Comandante en Jefe. En esta fase la represión puede afectar igualmente
a un dirigente del Partido Comunista o del Estado, incluso a un cercano
miembro de la familia gobernante, a un alto oficial del aparato
represivo, al director de una empresa o a un custodio de los servicios
sanitarios del Palacio de la Revolución. Es una fase donde lo único que
vale es la preservación de los privilegios.

Pero como sucede siempre en la fase terminal de las tiranías, el pueblo
va tomando conciencia de su fuerza y protagonismo. El sistema ya no
tiene nada que ofrecer más allá de la propaganda, las consignas y las
promesas. El pueblo tiene hambres de libertad, de justicia, de
derechos, de pan, y el sistema ya no puede saciarlas.

Aumentarán las confrontaciones entre el aparato represivo y el pueblo
encolerizado, maltratado y reprimido durante décadas. Y no habrá
manera de ocultar esas confrontaciones.

Se dice que durante el llamado "Maleconazo" del 5 de agosto de 1994,
Raúl Castro confesó a su apandillado Abelardo Colomé Ibarra que si la
situación continuaba desbordándose, se verían obligados a sacar los
tanques a las calles y los aviones al espacio aéreo.

Pero olvidaron algo ese par de desalmados. Cuando los pueblos se deciden
a conquistar su libertad le lanzan piedras a los aviones y viran los
tanques boca abajo.

http://www.cubanet.org/opiniones/las-fases-del-castrismo-y-la-represion/

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