inventados"
Última actualización Monday, 26 September 2011
Por WILFREDO CANCIO ISLA
- El ciudadano italiano Simone Pini, arrestado hace 15 meses bajo
acusaciones de asesinato y corrupción de menores, confía en que podrá
demostrar su inocencia con un poderoso argumento: no se encontraba en
Cuba cuando ocurrieron los hechos que se le imputan.
El italiano Simone Pini, acusado de la muerte de una niña en la ciudad
cubana de Bayamo.
"Han fabricado una película de horror con hechos inventados", declaró
Pini en una reciente conversación telefónica desde la prisión del
Combinado del Este, en La Habana. "Pero la cosa fundamental es que yo no
estaba aquí el 14 de mayo [del 2010]".
Pini, de 43 años, es uno de los tres italianos que comparecerán desde
este lunes en un juicio a puertas cerradas en el Tribunal Provincial de
Bayamo, en Granma, acusados por la muerte de una menor de 12 años. La
fiscalía le pide 25 años de cárcel por su presunta implicación en el
asesinato y actos de corrupción de menores.
Asegura que estuvo en Italia entre el 30 de marzo y el 24 de mayo,
cuando regresó tras una llamada de su ex esposa, Abaray Ramírez Rondón,
quien reside en Vado del Yeso, municipio Río Cauto. Tiene un hijo cubano
de seis años, Ernesto, que siente está perdiendo afectivamente tras esta
forzosa separación.
Otros 11 cubanos están incluidos en el caso, que conmovió a la población
de Bayamo a mediados del pasado año. Tras la aparición del cadáver
descompuesto de la menor Lilian Ramírez, las autoridades iniciaron una
pesquisa policial que desembocó en las detenciones de los encausados. La
petición fiscal solicita penas de entre 30 y 10 años de cárcel para el
los cubanos detenidos, entre ellos seis mujeres.
De todos los implicados, Pini ha sido el único que ha intentado y
conseguido sacar su caso a la publicidad. Ha enviado innumerables cartas
a las instituciones cubanas y ha escrito un largo testimonio denunciando
que es víctima de una colosal injusticia. No se ha conformado y ha
buscado interlocutores independientes dentro y fuera de Cuba, agobiado
por un encierro que lo ha convertido en "una persona que no existe".
Logré comunicarme con Pini la pasada semana. Habló sin parar y a veces
sin detenerse a escuchar las preguntas. Repitió una y otra vez que no
conocía a la víctima y que no estaba en Cuba. Estaba deseos de contar su
caso y se mostró esperanzado por una conversación sostenida la víspera
con Nancy Muñoz, madre de la acusada Yaina Cosett Pardo Muñoz. Pero
también dijo desconfiar de la justicia que podría impartirle un tribunal
cubano.
"En 15 meses no he visto justicia", manifestó. "Ojalá que Dios permita
que la justicia aparezca en este país".
Pini junto a su ex esposa en Bayamo.
¿Qué ha pasado en el caso en vísperas del juicio?
Simone Pini: He podido hablar con la mamá de Yaina Cosset Pardo Muñoz,
que me acusó a mí de manera absurda porque yo no la había visto nunca en
mi vida, y la madre me pidió perdón por la hija, por haberme acusado
injustamente. Que su hija le confesó que nunca me había visto en su
vida, y que me tuvo que acusar por los métodos de abuso y tortura
sicológica que usó la policía para imponerle estas mentiras por parte de
la Dirección Investigativa [Departamento Técnico de Investigaciones] de
Bayamo. Me han llegado noticias de que un Teniente Coronel llamado
Rafael Varela Luna, de la dirección Antidrogas de Bayamo, ha voceado en
las calles de Bayamo, que si fuera por él a todos los acusados de este
caso los fusilaría. La madre de Yaina me dijo que me admira mucho y que
me agradecía por las denuncias que yo había hecho.
¿Cómo usted definiría su situación legal en estos momentos?
SP: Somos todos víctimas de una conjura, de un acto criminal policíaco.
Yo me vuelvo loco aquí todos los días cuando pienso el descaro que me
está pasando. Yo no estaba aquí el 14 de mayo y de pronto me veo por 15
meses en una prisión de máxima seguridad, sin saber todavía el motivo
que me trajo aquí. No tengo dinero para defenderme y hasta el momento no
he podido pagar un abogado. Yo nunca he tenido defensa, porque el primer
abogado no hizo nada y después el contrato no se pagó y hasta hoy no le
he visto la cara a un abogado. Uno de los testimonios de las jovencitas
que sirvieron para hacer la acusación contra mí describe un calvo de
alrededor de 50 años y con una cicatriz en el pecho, gordo y de estatura
baja… esa descripción no soy yo, para nada. A mí se me vino a someter a
una inspección de mi cuerpo 10 meses después de mi detención. Eso lo
debían haber hecho el primer día que me detuvieron. Pero la cosa
fundamental es que yo no estaba aquí el 14 de mayo. Yo llego a Cuba el
25 de mayo y tengo el despacho de inmigración.
¿Usted cuenta con pruebas suficientes a su favor?
SP: Por falta de fondos no he podido buscar muchas pruebas. De las 12
pruebas que me mandaron desde Italia estoy esperando tres o cuatro que
tienen el cuño de la Embajada de Cuba en Roma. Una es un depósito de
dinero con fecha 22 de abril de 2010, tengo después una consulta médica
y testimonios de vecinos del 14, 15 y 16 de mayo. Y en Cuba hay
bastantes pruebas de que no estaba aquí. Están las llamadas telefónicas,
yo llamaba a mi esposa, la madre de mi hijo, cada cuatro o cinco días;
son llamadas desde mi casa en Florencia, desde mi celular y de un centro
telefónico allá. Hay personas que me vinieron a buscar el dia 25 al
aeropuerto de Santiago de Cuba, hay cantidad de gente que no me vio en
esos días en Bayamo, pero [las autoridades] no han querido investigar.
Ni Luigi Sartorio ni yo hemos sido investigados nunca, ni se nos ha
hecho una pregunta.
Pini con un amigo en Cuba.
¿Usted insiste en que no conoció a la víctima?
SP: Yo nunca conocí a la víctima, no sé lo que están hablando. No
conozco a las otras mujeres ni a los implicados en este caso, ni al
dueño de la vivienda donde dicen que ocurrieron los hechos. No conozco
las menores, no tengo amistades con ninguna de esas gentes. La única
persona que yo frecuentaba era Angelo Malavasi. No sé de lo que están
hablando y lo estoy diciendo desde el primer día. Soy víctima de una locura.
Según su testimonio, usted no estaba en Cuba desde el 30 de marzo del 2010…
SP: La acusación habla de hechos ocurridos en los meses de marzo y
abril, cuando no estábamos allí. El 20 de febrero implicaron a una
persona [Yoel Rafael Sánchez Ramírez] que estaba preso. La petición
fiscal lo dice, que ese hombre salió el 24 de febrero. Estaba preso.
Esta además el hecho del 27 de febrero, que vincula a una señora
[Dolores Rita Marsán Sosa, que estaba en Santiago de Cuba en tratamiento
médico, curándose un cáncer, y nunca estuvo un día en su casa en Bayamo.
Tiene nueve testimonios que confirman dónde ella estaba y de la atención
de los médicos.
¿Piensa entonces que ha habido irregularidades en el proceso?
SP: Ha habido muchas irregularidades. La petición fiscal es de hechos
inventados. Puede ser que esas menores hayan ido con extranjeros y se
han prostituido, puede que haya sucedido. ¿Sabía usted que dos de las
menores que la acusación dice que participaron en las orgías son
vírgenes? Pero se ha fabricado una película de horror con hechos inventados.
Peticiones de la embajada italiana
¿Está al tanto la Embajada Italiana en La Habana de lo que está
sucediendo con este caso?
SP: La Embajada Italiana está bien informada, pero a mí no me ha
resuelto ni un puto problema, ni un par de gafas me ha podido resolver.
La Embajada italiana no ha podido resolver ni un despacho oficial de
Inmigración de Cuba que diga que yo ese día no estaba aquí. No lo han
logrado, no le han contestado ninguna pregunta. En 15 meses no han
mandado un despacho que diga que Simone Pini no estaba en el territorio
nacional y que entró al aeropuerto de Santiago de Cuba el 25 de mayo. El
descaro ha sido demasiado.
Pero, ¿eso es una responsabilidad de la Embajada italiana o de las
autoridades cubanas?
SP: La Embajada ha hecho 18, 19, 20 cartas y nunca le han mando los
documentos. Yo les reclamé molesto en la última visita. En 15 meses no
le han mandado un despacho oficial que siga que el 14 de mayo no estaba
en Cuba.
Tras la detención, ¿lo ha visitado su ex esposa?
SP: A mi ex esposa no la he visto, no me ha ayudado prácticamente en
nada, no se ha portado bien. Hace un año y dos meses que no veo a mi hijo.
Gino y Alessio Pini, hermano y padre de Simone, reclaman su liberación
desde Florencia.
¿Cuál es su estado emocional? ¿Cómo ve el futuro?
SP: Yo todo los días lucho por mantenerme vivo, pues yo he pasado
momentos en que he deseado quitarme la vida por todas las cosas que he
pasado aquí. Por el desespero que he atravesado. Tengo un padre de 84
años que lo quiero con la vida y todos los días pienso que no voy a
verlo nunca más. Tengo un hijo por quien yo vivía, y no lo veo hace 14
meses. Me han roto los lazos afectivos con mi hijo. Yo hablo con él y no
me reconoce, le parece que está hablando con un extraño. No sé qué haría
en el futuro, porque en estos momentos la única cosa que estoy pidiendo
es justicia.
¿Qué es lo peor que lo ha hecho sentir respecto al trato de las
autoridades cubanas?
SP: Me cuestiono la legalidad en este país. He escrito cartas a todos
los niveles y nadie responde. Tengo una carta escrita para Raúl Castro
pidiéndole que me escuche. Estoy desde octubre denunciado todo esto y
nadie me ha hecho caso. La fiscalía cubana me ha entrevistado sólo una
vez aquí. Cuando vinieron los fiscales a verme, el 10 de junio, tres
días después salió la petición, lo que me hace pensar que ya la tenían
hecha. He visto una total desorganización, una total falta de legalidad,
de institucionalidad.
Pero usted conserva esperanzas de que en el juicio pueda ser absuelto…
SP: No sé a qué voy a ir a este juicio, si no conozco nada de lo que
están diciendo. No conozco las personas, no conozco la casa, y me
quieren tirar 25 años por la cabeza. Esa ha sido la única respuesta, los
25 años que me están pidiendo. En los 15 meses que he estado en prisión
sé de personas que han sido sancionadas sin pruebas.
Los días de gloria
¿Cómo eran sus días como residente en Cuba antes de este suceso?
SP: Yo vivía entre Cuba y Florencia. Trabajaba un tiempo y vivía aquí
siete meses al año en dependencia de las cosas. Desde que me casé vivía
más en Cuba que en Italia. Vengo de una familia obrera y soy obrero.
Ultimamente, trabajaba como vendedor por cuenta propia. Y también hacía
mis trabajos como electricista. Yo vivía como un cubano revolucionario
más y me sentía parte de este país. Los últimos seis años de mi vida en
Cuba, hasta febrero del 2010, yo viví en una zona rural, apartado de
todo, vivía solo por mi familia y la comunidad donde yo estaba.
Cosechaba hortalizas, me gustan los perros. Vivía por mi perro, vivía
por mis hijos, mi hijo y un hijastro que yo lo he criado, les enseñaba
jugar al fútbol a los niños de ese lugar. Una vida modesta, con muchos
principios humanos. De pronto vinieron los problemas con mi esposa, me
tuve que ir a un hotel y en meses me he transformado en una persona que
no existe. Me sentía identificado con los principios de este país, y
todavía me identifico con los principios sociales del comunismo, pero
hay muchas cosas que no andan bien aquí.
¿Se siente traicionado, se arrepiente de su admiración por el sistema
cubano?
SP: Yo no escondo mi historia. Yo he sido una persona que ha desfilado
aquí los Primero de Mayo, que ha estimado mucho la revolución cubana, he
sido y soy posiblemente todavía un militante de la extrema izquierda
italiana. No me avergüenzo de haberlo hecho y posiblemente no cambie mis
convicciones políticas porque tengo ya 43 años. Lo que sí voy a ser a
partir de ahora es un militante más inteligente, un militante más
reflexivo, un militante que no va a morirse con una idea fija, sino que
va a escuchar lo que las demás personas piensan, y seguramente no estaré
dispuesto más a insultar a una persona que no piense como yo. Eso es
algo que uno llega a entender con toda esta historia. Que el extremismo
y el fanatismo por Cuba no es una cosa justa. Hay que dejar que todo el
mundo respire, que opine, que tenga sus pensamientos e ideas propias.
Pero si todo sale bien y si Dios quiere que la justicia aparezca en este
país, no sé qué haré después, no le sé contestar esa pregunta en estos
momentos. Lo único que me interesa es volver a ser como yo era. Ojalá
que la justicia aparezca en la ciudad de Bayamo.
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