La Iglesia dice que mediación por presos fue comprometida
"No hay solución ideal en un conflicto prolongado y que ha implicado a
tantas personas ubicadas en las más disímiles posiciones", señala en un
artículo Orlando Márquez, director de Palabra Nueva
EFE, La Habana | 22/06/2011
La revista católica Palabra Nueva defendió este miércoles que la
mediación de la Iglesia Católica cubana en el proceso de excarcelaciones
de presos políticos en el último año no fue neutra "sino bien
comprometida", con riesgos y "teniendo para todos una mirada pastoral y
caritativa".
La web de Palabra Nueva publica un artículo de su director, Orlando
Márquez, donde hace balance de la mediación de la Iglesia católica y del
arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, ante las autoridades
cubanas que fructificó en la excarcelación progresiva de 126 presos
políticos, de los que 114 se trasladaron a España con familiares.
"No fue una mediación neutra, sino bien comprometida, que tomó riesgos y
aceptó estar en el epicentro del torbellino, teniendo para todos, de un
lado y otro, una mirada pastoral y caritativa", indica Márquez.
El propósito era "lograr, mediante el diálogo, una salida a la gran
tragedia" de las familias de los presos políticos, aunque esa mediación
no fuera la "solución ideal" porque "no hay solución ideal en un
conflicto prolongado y que ha implicado a tantas personas ubicadas en
las más disímiles posiciones", escribe el director de Palabra Nueva.
El artículo recuerda que la Iglesia intercedió entre los familiares de
los presos políticos (las Damas de Blanco) y las autoridades cubanas por
reclamos "puramente humanitarios" y destaca que en ningún momento se
planteó la posibilidad de una mediación entre las autoridades y sus
opositores para tratar cuestiones políticas.
Márquez distingue que se trató de una mediación y no de una negociación,
si bien resalta que la Iglesia cubana ha defendido durante muchos años
que "es necesario escuchar a todos quienes en Cuba manifiestan interés
en aportar ideas y esfuerzos por el bien del país".
"Las leyes que llevaron a estas personas a la cárcel permanecen
vigentes. Ahora o en un futuro no lejano, es necesario que el país
finalmente logre un espacio en el que las diferentes opiniones,
intereses y criterios, puedan encontrarse y fundirse en un proyecto
común y universal propio", opina el director de Palabra Nueva.
El papel del cardenal Ortega en ese proceso de excarcelaciones fue
recientemente criticado en España por Teófilo de Luis, un diputado del
conservador Partido Popular (PP), que afirmó que a los presos políticos
se les forzó al destierro.
De Luis también acusó al arzobispo de La Habana de colaborar de forma
"inmisericorde y vergonzante" con el régimen cubano, unas afirmaciones
que han sido desmentidas y reprobadas por la Iglesia Católica de la Isla.
"Nunca intentó convencer a nadie de emigrar", escribió Orlando Márquez,
que dedica parte de su artículo a describir que el propio cardenal
preguntaba personalmente a los presos si deseaban viajar a España y
explicaba a los que le preguntaron que no era condición para salir de la
cárcel.
"Es incorrecto afirmar que fueron forzados al exilio, u obligados a
viajar como condición para no seguir en prisión. Más incorrecto aún es
decir que el Gobierno cubano y la Iglesia se aliaron para desterrar a
estas personas", añade.
Entre julio de 2010 y abril de 2011, 114 presos políticos fueron
excarcelados y trasladados a España junto a 647 familiares dentro de un
inédito proceso de diálogo entre la Iglesia Católica cubana y el
Gobierno de Raúl Castro que fue apoyado por España.
Otros doce opositores que fueron encarcelados durante la ola represiva
de la Primavera Negra de 2003 y que se negaron a abandonar Cuba también
fueron finalmente excarcelados y permanecen en la Isla.
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