Tuesday, June 08, 2010

Cuba, conversaciones alentadoras

Cuba, conversaciones alentadoras
Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -Con las conversaciones entre
la Iglesia Católica Cubana y el gobierno, empezó un proceso
esperanzador, coincidente con el agravamiento progresivo de la situación
económica y social, con serios efectos políticos profundizados por la
muerte cruel de Orlando Zapata Tamayo, tras una huelga de hambre, que
puede conducir a la desestabilización y un escenario de violencia.

Desde hace años, la Iglesia Católica Cubana ha procurado de forma
discreta, y en variadas ocasiones públicamente- como fue el Mensaje de
la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba "El Amor todo lo espera",
del 8 de septiembre de 1993, que hoy conserva total validez- la
solución de los problemas nacionales y que prevalezcan la comprensión y
la paz entre los cubanos. Por ello, lo novedoso en esta oportunidad, es
que el gobierno haya aceptado el sostenido reclamo y converse, así como
accedido a la petición de la Iglesia de suspender los bochornosos
"actos de repudio" y no interferir en las marchas de las Damas de Blanco.

Según lo expresado por el Cardenal Jaime Ortega, las conversaciones han
abarcado la liberación de los presos y las Damas de Blanco, lo cual fue
publicado inusualmente hasta en el diario oficial Granma. Esos detalles
apuntan a negociaciones serias entre compatriotas, que con posterioridad
pudieran orientarse a temas de calado social más abarcador. Por
supuesto, no se puede augurar un éxito seguro a las conversaciones.
Aunque han sido recibidas con mucha simpatía por la población y desde
el exterior se reciben señales de apoyo, existen fuerzas interesadas en
que fracasen.

Desde el interior del gobierno, los sectores más conservadores no desean
reducir los niveles de represión y tensión en la sociedad. Al igual que
se oponen a cualquier tipo de reformas en el sistema, con seguridad
opondrán obstáculos a procesos tendientes a la reconciliación nacional.
Lamentablemente, sectores autotitulados democráticos erróneamente, sutil
o abiertamente, obstruyen las conversaciones con posiciones
extremistas e inflexibles, sin percatarse que con esas actitudes
contribuyen a dar coartadas al sector inmovilista del Partido Comunista
y el Gobierno cubanos.

Así se aprecian duros ataques al Cardenal Ortega y la Iglesia, exigiendo
acciones frente al gobierno, improcedentes para hacer avanzar
cualquier negociación. Artículos publicados allende los mares, dan la
impresión de que el enemigo está dentro de la Iglesia Católica, como
señalará críticamente el compatriota Yoel Prado en una carta publicada
en el Nuevo Herald el 17 de mayo. Estos virulentos fiscales a distancia,
comprendidos algunos que no se les conoce ninguna actividad disidente
mientras vivieron en Cuba, olvidan que por decenios la Iglesia ha sido
atacada por el totalitarismo, que llegó hasta a proscribir las fiestas
de Navidades, mutándolas en celebraciones por el 1 de enero y el 26 de
julio. Desconocen que de forma moderada y paciente, de acuerdo con las
condiciones en la Isla, ha tratado de lograr el progreso y la concordia,
lo cual se puede leer en el libro "La Voz de la Iglesia en Cuba", con
varias decenas de documentos episcopales relacionados con incansables
acciones emprendidas para encontrar el camino de la comprensión y la paz
entre los cubanos.

Partiendo de análisis desconocedores de las realidades internas,
demandan de la Iglesia Católica Cubana iniciativas que quizás pudieron
ser posibles en la muy católica Polonia, pero no en Cuba donde siempre
ha existido una religiosidad peculiar, debido al desarrollo histórico y
cultural que nos distingue sustancialmente, incluso del resto de los
países latinoamericanos. El cubano es usualmente creyente, pero con
particularidades en la práctica religiosa. Aunque el catolicismo está
en las bases de nuestra nacionalidad, y hombres como el Padre Félix
Varela y José de la Luz y Caballero fueron fundamentales en la forja de
nuestra identidad, se debe ser realista de acuerdo con las condiciones
actuales y no reclamar lo imposible.

La liberación de los presos políticos y de conciencia, además de su
justicia y sentido humano, abriría nuevas posibilidades para el avance
de los cambios a que todos aspiramos para Cuba. Esta medida crearía
condiciones para el mejoramiento de las relaciones con Estados Unidos y
Europa. El Presidente Obama propicia el acercamiento a Cuba. Ya ha dado
muestras concretas. Sin embargo, se ha visto imposibilitado de avanzar
por falta de reciprocidad del gobierno cubano. En caso de producirse la
excarcelación, se facilitaría a la actual Administración procurar pasos
adicionales, con sustanciales beneficios para el pueblo cubano. Igual
cabría señalar en cuanto a la Unión Europea, que ha afrontado desde hace
mucho tiempo la intransigencia mantenida desde La Habana.

En consecuencia, deben propiciarse los actuales esfuerzos de la Iglesia
Católica Cubana, dejando de lado la intolerancia y el radicalismo. Es
momento de unión entre todos los cubanos, creyentes y no creyentes,
residentes dentro y fuera del archipiélago. Si bien no hay garantías de
éxito y la cautela resulta aconsejable, tampoco deben crearse obstáculos
que sirvan de pretexto para abortar las negociaciones.

http://www.cubanet.org/CNews/y2010/junio2010/08_C_6.html

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