El Gobierno eliminará los llamados 'comedores obreros' en otros 13
ministerios y entidades estatales cuyos gastos de alimentación para
trabajadores son en divisas.
Así, extenderá la medida "experimental" que implantó en el 2009 para
reducir los gastos del Estado.
El Gobierno de Raúl Castro anunció este viernes el cierre de los
comedores obreros que dan servicio a 225.000 empleados, con lo que
ahorrará más de 25 millones de dólares en subsidios, pese a las
compensaciones que recibirán los afectados.
"Se propone aplicar la medida a más de 225.000, lo cual permitirá
reducir los gastos" en 22 millones de dólares anuales en alimentación y
en unos 25 millones "si consideramos un 10 por ciento de egresos
indirectos en transporte, energía eléctrica y salario" de los
trabajadores de esos servicios, dijo la viceministra de Economía, María
Vélez.
La medida comenzó experimentalmente hace ocho meses en la sede de cuatro
ministerios y abarcó a 2.814 trabajadores, quienes recibieron en
compensación 15 pesos (0,60 dólar) diarios para procurarse la
alimentación durante la jornada laboral.
En declaraciones al diario oficial 'Granma', Vélez dijo que el 85 por
ciento de esos trabajadores estaba satisfecho con la medida, por lo que
se decidió extenderla a otros 13 organismos estatales que reportaban
inversiones elevadas en divisas para el mantenimiento del servicio de
comedores.
Esos organismos son el sistema bancario, la Cancillería, los ministerios
de Turismo, Transporte y Comercio Exterior, así como dependencias de
Agricultura y Finanzas, el Instituto de Aeronáutica Civil, la Cámara de
Comercio y la corporación comercial Cimex.
Los empleados recibirán también una compensación de 0,60 dólares por
día, independiente del salario.
"Todo el dinero que los organismos ahorren al aplicar esta medida debe
ser aportado al presupuesto del Estado para que la decisión repercuta de
manera positiva en las finanzas del país", manifestó Vélez.
La aplicación de la medida continuará extendiéndose. Al comenzar el
proceso existían 24.700 comedores en el país, para alimentar 3,4
millones de trabajadores, con un subsidio de 350 millones de dólares
anuales.
El Gobierno impulsa una serie de medidas para enfrentar graves problemas
económicos y financieros, debido a ineficiencias propias del modelo
cubano y la crisis internacional.
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