2010-04-02.
Luis Tornés Aguililla
(www.miscelaneasdecuba.net).- 1ro de abril de 2010.- A todo lo largo del
castrofascismo en Cuba, los servicios especializados del régimen
ocultaron alevosamente al pueblo lo que la palabra «República» debió
significar.
Lo anterior implicó que millones de cubanos nacidos después del triunfo
castrista ignorasen totalmente la necesidad de fundar en Cuba un sistema
institucional y civil que, gracias a un real contexto democrático,
excluyera del poder a individuos con afecciones mentales profundas y
nadie podrá negar que para querer secar la ciénaga de Zapata y luego
destruir todo el tejido de producción agrícola de un país hay que estar
totalmente loco con visos evidentes de perversidad .
Por ejemplo, Francia es una democracia pero con dispositivos
constitucionales que impiden a un partido racista y xenófobo entrar de
manera determinante en los mecanismos del poder a nivel nacional.
Esos dispositivos previstos en la constitución francesa a través de su
Código Electoral, le ahorra a los galos una guerra civil o dicho de otro
modo: El Estado democrático está al servicio de la República y no al
servicio de la toma del poder porque es La República en su contexto
democrático (contrariamente a lo que ocurre en Cuba) la que garantiza la
expresión de la voluntad general, la separación de poderes y el respeto
de las libertades públicas e individuales por encima de los intereses
particulares, sectarios, partidistas, etc.
Leemos en algunos documentos oficiales cubanos «República de Cuba» pero
todo el mundo comprende que se trata de un paripé formal cuya
connotación es mañosamente limitada para que la percepción del pueblo no
se aparte de la persona de Fidel Castro quien pretendía ser, hasta hace
poco y a todos los niveles, el bloque indivisible en la conciencia de la
gente por encima de cualquier noción republicana. Ein Volk, Ein Reich,
Ein Führer!…. Se chilló en Alemania durante doce años respondiendo al
mismo objetivo perseguido por el castrofascismo durante medio siglo.
En Cuba, parece cercano el día en que la Banda Armada será puesta fuera
de juego pero como no se trata ni remotamente del final de La Historia,
bien veremos que al terminarse las ceremonias y las conversiones de
última hora, los que tengan la ingrata (lo escribo por adelantado)
misión de poner a funcionar ese país con alguna normalidad, seguramente
empezarán explicando qué es una República de hombres y mujeres libres.
El ejercicio será largo y decepcionante pero obligatorio para que la
Yurisclaidys de la Caridad Rodríguez Rodríguez (sus padres son primos)
no coja la tangente en un lance desmedido durante La «Movida» general
que ya se anuncia.
El paso del Estado totalitario a la República democrática será como
caminar sobre el filo de una navaja porque el interés general es
identificado por la gente del pueblo como el interés de aquellos que
durante más de cincuenta años sometieron el país a una miseria material
y moral espantosas.
Ojalá que, llegado el día, no nos caiga del cielo otro «predestinado»
con el cuento de que «habrá dinero para todos…» porque el desastre que
nos deja la Banda Armada es tal que hará falta mucho sacrificio,
austeridad e inteligencia para levantar el espíritu republicano de
aquella isla (nuestra de cada día).
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=26913
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