CARMEN MUÑOZ | MADRID
En un discurso «desalentador» para la disidencia, Raúl Castro reiteró
que no cederá al «chantaje» de la Unión Europea y Estados Unidos sobre
el respeto a los derechos humanos, ni tampoco al de los opositores en
huelga de hambre. Durante su mensaje en la clausura del IX Congreso de
la Unión de Jóvenes Comunistas, el domingo por la tarde, el menor de los
Castro, de 78 años, aseguró que Cuba «jamás será doblegada. Antes
prefiere desaparecer, como lo demostramos en 1962», durante la Crisis de
los Misiles con EE.UU.
En su habitual recurso al enemigo externo para justificar la situación
interna, el presidente cubano insistió en que «no cederemos jamás al
chantaje de ningún país o conjunto de naciones». Denunció también el
«chantaje inaceptable» de disidentes como Guillermo «Coco» Fariñas,
Franklin Pelegrino del Toro o el prisionero de conciencia Darsi Ferrer
Ramírez, que llevan semanas en huelga de hambre para reclamar la
excarcelación de presos políticos enfermos o atención médica y el debido
proceso. A todos ellos los consideró de nuevo «delincuentes comunes»,
que si mueren es su culpa y de quienes les «financian».
Después de esta intervención, el periodista independiente Fariñas
anunció que «ahora más que nunca debo continuar esta huelga de hambre
porque Raúl me ha lanzado un reto... y yo lo acepto. Voy a morir con
dignidad», en declaraciones a Afp desde un hospital de Santa Clara.
El general Castro volvió a condenar las «increíbles campañas mediáticas»
y las «tergiversaciones», al responder a las críticas vertidas por el
Parlamento Europeo, otros organismos, gobiernos y personalidades tras la
muerte del prisionero de conciencia Orlando Zapata Tamayo, el pasado 23
de febrero. Llevaba 85 días de huelga de hambre para pedir sus derechos,
«demandas absurdas» para el gobernante caribeño. Desde esa fecha, éste
ha sido su discurso más extenso sobre las protestas de la disidencia,
que fue seguido por el ya no tan niño «balserito» Elián González.
La disidencia consideró «gris» y «tan amenazante como siempre» el
mensaje del menor de los Castro, que dirige la dictadura comunista desde
julio de 2006. «Está haciendo más dura la concha protectora para que la
gerontocracia se mantenga en el poder hasta que desaparezca
físicamente», apuntó a este periódico la directora del Instituto Cubano
de Economistas, Martha Beatriz Roque. La bloguera Yoani Sánchez destacó
también el hecho de que «una persona cercana a los 80 años cierre el
congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, es indicativo de los tiempos
que corren hoy en Cuba, de no ceder el timón a los más jóvenes».
El verdadero enemigo
En cuanto a las prometidas reformas, Raúl Castro criticó a quienes le
reclaman «avanzar más rápido» y advirtió que sobran un millón de
funcionarios. En este sentido, la periodista independiente Miriam Leiva
aseguró que el régimen está «desorientado, no sabe qué hacer con la
crisis y no toma las medidas urgentes que requiere el país, sólo le
ofreció al pueblo desempleo masivo y represión a quien exprese un
criterio distinto». Su esposo, Óscar Espinosa Chepe, preso político con
licencia extra penal por razones de salud, indicó que La Habana «vuelve
a buscar el pretexto del enemigo externo, cuando el enemigo real está
entre nosotros, es el totalitarismo». Por último, el activista de
derechos humanos Elizardo Sánchez afirmó que el mensaje castrista «nos
impulsa a abandonar casi toda esperanza de que puedan permitir las
reformas políticas, económicas y jurídicas que urgen».
http://www.abc.es/20100406/internacional-iberoamerica/castro-prefiere-cuba-antes-20100406.html
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