Los cuadros contraatacan
By OSCAR ESPINOSA CHEPE
Alarmada por planteamientos de ciudadanos, incluidos militantes del
Partido Comunista, que con sólidos argumentos reclaman cambios radicales
en la propiedad de los pequeños comercios, unidades de servicios y
chinchales, publicados en la sección Cartas a la Dirección del periódico
Granma, la ``nueva clase'' surgida en los últimos 51 años reacciona y
trata de defender sus espurios intereses, aduciendo proteger un supuesto
socialismo.
Con toda clase de sofismas y trastocando los efectos de la mala
administración y apropiación indebida de las riquezas de la sociedad, la
burocracia parasitaria procura soslayar la causa real del desastre, que
es realmente la aparición de un tipo de propiedad privada manejada por
un grupo de poder en su beneficio. Unicamente se han socializado las
pérdidas, sufragadas por el pueblo, sumido en la miseria como
consecuencia de este diabólico y fracasado esquema que ha conducido a la
nación al desastre.
Plantean que ``el problema es el robo y el mal aprovechamiento de la
jornada laboral'' y proclaman: ``no la propiedad, cambiemos la forma de
administrar'' el 12 de febrero en Granma, como si el robo, el
desaprovechamiento de la jornada laboral y la pésima administración no
fueran motivados por un sistema de propiedad y gestión promotor de la
ineficiencia, la corrupción y el sociolismo, que está en la base de
todos los problemas.
La inepta ``nueva clase'' cubana --sociolistos en el lenguaje popular--
integrada por una amplia burocracia conformada a imagen y semejanza de
la padecida en el Este de Europa, denunciada por Milovan Djilas en su
tiempo, teme cambios trascendentales y la pérdida de los privilegios
disfrutados durante decenios. La nomenclatura, como también es conocida,
teme perder sus impecables autos y un elevado status de vida que nunca
ha estado acorde a su función social. Sin generalizar, puede afirmarse
que muchas de esas personas, a través de sus ``relaciones'' y manejos,
se han enriquecido al mismo ritmo que el pueblo ha sido llevado a la
menesterosidad.
En la práctica, en Cuba se creó la carrera de ``cuadro'', administrativo
o político, seguida por mediocres, que sin talento ni oficio encontraron
esa vía como método para trepar, sin mérito alguno. Una anormal
inversión de la pirámide social, con los oportunistas en la cima,
mientras los profesionales, los trabajadores, los campesinos y los
ciudadanos talentosos son aplastados en la base.
Por ello no sorprenden los juicios de algunas de esas personas en Granma
del 25 de diciembre pasado, al señalar: ``La solución de crear nuevos
propietarios y cooperativistas de servicios, convirtiendo a los
empleados actuales en supuestos dueños colectivos sólo conduciría a una
desenfrenada libre competencia, que no es otra cosa que nuevas células
de capitalismo, las cuales en las condiciones de Cuba hoy constituirían
un retroceso no sólo en el orden económico, sino político, social e
ideológico''.
Ahí están las claves del pensamiento de la ``nueva clase'' en defensa
del status quo, que no es más que el mantenimiento de la corrupción, el
robo, la especulación, la ineficiencia, improductividad y el mal
servicio; que se mantenga el proceso de resquebrajamiento moral, la
fragmentación social y la descapitalización --verdadera autofagia
económica--, males que amenazan hasta los cimientos de la nacionalidad
cubana, según pensadores oficiales.
l contraataque de los cuadros es ya tan evidente que hasta la prensa
internacional comienza a reflejarlo. Representan un peligro para el país
y, como se vio en el Este de Europa cuando trataron de paralizar los
cambios, no dudaron en realizar crímenes políticos --Polonia con el
asesinato del sacerdote Jerzy Popieluszko-- o aventuras golpistas
--Unión Soviética. La ``nueva clase'' sabe que si se iniciara un proceso
de apertura, las gigantescas estructuras burocráticas, con sus
innecesarios y colosales gastos, desaparecerían y, con ellas, su enorme
poder acumulado a expensas del pueblo.
Aunque los obstáculos impuestos por la burocracia parasitaria puedan
demorar el advenimiento de una economía racional, y detener
momentáneamente el triunfo de la democracia y el respeto a los derechos
humanos en Cuba, el curso de la historia resulta indetenible. La
aparición en Granma de llamados al cambio, con sólidos argumentos,
firmados por simple ciudadanos, incluidos militantes de base del Partido
Comunista, indican claramente el surgimiento de un frente común de la
mayoría del pueblo que aspira a una Patria reconciliada, próspera y
feliz, por encima de las diferencias ideologías.
OSCAR ESPINOSA CHEPE: Los cuadros contraatacan - Columnas de Opinión
sobre Cuba - ElNuevoHerald.com (17 February 2010)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/655293.html
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