Monday, February 08, 2010

Lejanía y ceguera

Lejanía y ceguera
RAUL RIVERO
08.02.2010

LA Unión Europea podrá endulzar este semestre -bajo la presidencia de
España- su relación con el Gobierno cubano. Podrá levantar la Posición
Común con un discurso conciliador y unos abrazos sonoros con los
representantes de la dictadura. Pero la represión común, el castigo, la
cárcel y las golpizas a los demócratas no los levanta nadie.

La Posición Común de los Veintisiete se basa en un documento del siglo
pasado y condiciona las relaciones con Cuba a cambios y aperturas
democráticas en la isla. Sus detractores argumentan que es un enfoque
envejecido porque va a cumplir 14 años, como si el régimen que lo
provocó no tuviera más de medio siglo de trabajo sistemático, invariable
en su afán de dejar a los cubanos en la ruina y sin libertad.

Esta pasada semana, al mismo tiempo que se reanimaba en Europa la
posibilidad de suspender o no la vigencia del acuerdo, las fuerzas de la
policía arrestaron a 37 opositores pacíficos en la provincia de
Camagüey. Propinaron palizas a una veintena de activistas y trataron de
impedir una manifestación de apoyo al prisionero político Orlando Zapata
Tamayo, que se debate entre la vida y la muerte en la sala de penados de
un hospital de la ciudad.

El hombre, condenado a 25 años de cárcel en 2003, es considerado un
preso de conciencia por Amnistía Internacional, y se declaró en huelga
de hambre en diciembre en protesta por los malos tratos carcelarios. Ese
prolongado periodo de ayuno le ha dejado en un estado muy grave.

Las jornadas de represión en ese territorio no pueden aceptarse como un
hecho aislado o como una iniciativa natural surgida de la esencia
represora de la policía. Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo a los
periodistas que la maniobra en contra de los opositores «estuvo dirigida
por la máxima figura del Partido Comunista en Camagüey, Julio César
García. Él personalmente dirigió la operación. Golpearon incluso a mujeres».

No es coherente ver, tratar de ver, avances en materia de derechos
humanos en un país donde estos episodios son parte de la vida cotidiana.
Un sitio del mundo en el que viven en las cárceles 201 prisioneros
políticos.

La oposición pacífica interna no quiere trancar el dominó. No son unos
locos que propagan el fuego por teléfono ni son unos fanáticos de la
fuerza. Quieren exigencias reales y resultados. Necesitan apoyo y
respeto para su trabajo. Ellos, y la mayoría silenciada por el poder,
serán protagonistas del cambio que propiciará la eliminación definitiva
de la represión. Y de la Posición Común.

Lejanía y ceguera | Opinión | elmundo.es (8 February 2010)
http://www.elmundo.es/opinion/columnas/raul-rivero/2010/02/22244151.html

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