Odelín Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Con tantos avatares,
problemas no resueltos y desengaños a granel, la revolución le ha dado
cuerpo al proletariado. Y como masa desinformada, expuesta a contagiarse
de discursos y parasitismo ideológico, a veces olvida ponerse la coraza
a prueba de embustes. Resulta que en la agricultura los problemas entran
en la pipeta de las soluciones y no salen, mientras que el panadero se
pregunta quién descompuso el horno o se llevó la harina de producción
nacional "en calidad de préstamo".
Con tanta ebullición de problemas e inconformidades en la población, a
la prensa oficial le espera la calle. Sobran los reportajes sobre la
escasez de productos agrícolas en la capital cubana, argumentaciones
bilaterales claro está, expuestas al corte y pega de los comisarios. El
viejo culpable es desplazado por uno nuevo. Entiéndase que si ayer fue
la tarima el centro del debate, mañana pueden ser los intermediarios,
los almacenes de acopio, el surco, el productor Liborio o su hermano
menor Nicolás.
Ahora las tierras no responden al llamado de la "revolución", según
refleja el reportaje de la periodista Evelitse Tamilé, transmitido el 14
de febrero por el Noticiero Nacional de Televisión. La tierra se
presenta a la zaga y por ello la escasez de boniato, malanga, tomate y
frijoles estropean esa ecuación raulista que sugiere más de cuatro si
sumamos dos más dos.
Según José Manuel Martínez, subdelegado del Ministerio de la Agricultura
(MINAGRI), "la capital, para cubrir su demanda necesita aproximadamente
entre mil 200 y mil 300 toneladas diarias de todos los productos".
Entretanto, Jorge García, director de Mercados Agropecuarios Estatales
(MAE), asegura que en los primeros 45 días del año los mercados
capitalinos reciben diariamente alrededor de 390 toneladas.
Y de esta cincuentenaria encerrona no salimos. Los problemas y las
vicisitudes rebotan de un lado a otro, pero ni siquiera rozan el piso de
arriba. Y para rematar, los escuadrones castristas de comunicación toman
la vanguardia en la siembra de culpables y "la tierra ahí", ¿dónde si
no? En este reportaje dominical se escuda la ineficiencia sistémica con
la falta de fertilizantes para preparar y mantener los cultivos.
"No hemos podido darle a todos los cultivos que están protegidos la
nutrición que requieren. La industria sin embargo, ha disminuido los
rendimientos en un 50%. De 17 toneladas que planificamos para el tomate,
estamos alcanzando 8 y 9 toneladas por hectárea", comentó para el
reportaje el director nacional de cultivos varios, Gilberto Díaz.
Al parecer, los huracanes Gustav, Ike y Paloma, de paso por Cuba el
último trimestre de 2008, del MINAGRI solo sacudieron la producción y
distribución hacia la red de Mercados Agropecuarios Estatales. Peor aun,
en fase de recuperación, los depredadores de la centralización prefieren
inclinar el surtido hacia los Mercados de Oferta y Demanda (MOD),
establecimientos con mejor calidad y variedad de productos.
Mientras la escasez de insumos y fertilizantes –vieja problemática en
roles de actualidad nacional- están bajo investigación, en sustitución
se pide a gritos recoger estiércol animal donde mal pastan alrededor de
1. 8 millones de cabezas de ganado. El MINAGRI salva responsabilidades
en lugar de asumirlas; porque escalera arriba y sin voltear la vista
hacia abajo, ahí donde los frutos se derrochan y consumen al por mayor,
la tierra sí responde a los avatares organizativos y de distribución.
Pese a las penurias, los jóvenes comunistas exigen en asambleas
municipales de base, habilitar las parcelas ociosas de los titulares
Castro Ruz. Ellos dicen hacerlas producir más, mejor y con menos
recursos. Sin embargo, los usufructuarios, más que fertilizantes,
necesitan incentivos salariales para escuchar en la voz de la tierra:
¡Yo sí puedo!
Se me ocurre que nuestra tierra es como aquella canción de Silvio
Rodríguez: "Está pariendo un corazón, no puede más, se muere de dolor".
Noticias/Cuba Las tierras no responden (21 February 2010)
http://www.cubanet.org/CNews/y2010/feb2010/19_C_2.html
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