Thursday, February 11, 2010

Envejecer en La Habana Vieja

POBLACIÓN-CUBA:
Envejecer en La Habana Vieja
Por Patricia Grogg

LA HABANA, feb (IPS) - Para remozar edificios sin olvidar el alma de sus
habitantes, el Centro Histórico de La Habana Vieja prioriza la atención
de residentes de edades avanzadas con programas que pueden convertirse
en referencia para el resto de Cuba, que vive un envejecimiento
acelerado de su población.

Algo más de 17 por ciento de la población de La Habana Vieja es mayor de
60 años, lo cual lo convierte en el municipio con más habitantes de ese
grupo etario en el país.

La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) anticipa que los adultos
mayores en Cuba sumarán en cinco años algo más de 2,2 millones, una
cifra equivalente a 19,6 por ciento de los habitantes de esta isla caribeña.

De hecho, El Fondo de Población de las Naciones Unidas proyecta que en
2025 Cuba encabezará la lista de los países de América Latina y el
Caribe con población más envejecida.

En 15 años, 25,9 por ciento de los habitantes de Cuba tendrán más de 60,
seguido de Barbados (25,4 por ciento), Trinidad y Tobago (20,5 por
ciento), Uruguay (20 por ciento) y Chile (18,4 por ciento).

Ese acelerado proceso demográfico presenta, entre otros, el desafío de
ofrecer una infraestructura y servicios sociales y de salud adecuados a
un sector que, en el caso de Cuba, al cumplir 60 años podrá vivir aún
dos décadas o más, de acuerdo con las proyecciones sobre las
expectativas de vida de la ONE.

En este aspecto, el Centro de Día del Convento de Belén está marcando
algunas pautas, al ofrecer desde viviendas preparadas para las
discapacidades propias de edades avanzadas hasta programas sociales y
culturales encaminados a mejorar la calidad de vida.

"Cuando llegué aquí andaba triste, abatida. Pero eso ya es historia, me
siento bien, soy útil. Los propios abuelos me eligieron su presidenta",
dijo a IPS Cira Blanco, de 77 años, quien aprovecha su experiencia como
antigua educadora en su labor diaria de mantener organizados a unos 600
adultos mayores que acuden diariamente al centro.

Ese proyecto es uno de los de mayor impacto social desarrollado por la
dirección de Asuntos Humanitarios de la Oficina del Historiador de la
Ciudad de La Habana, radicado desde 1997 en el antiguo Convento Nuestra
Señora de Belén, una remozada edificación del siglo XVIII situada en el
casco histórico capitalino.

En un día cualquiera, como el que IPS visitó el lugar, se puede ver a
grupos en animadas partidas de dominó, un juego de mesa muy popular en
Cuba, mientras dos o tres mujeres se afanan en la confección de pijamas
para quienes están enfermos y otras tantas colaboran en lo que necesita
Magali Hernández, que atiende a 150 ancianos que están en cama en sus casas.

Hernández es enfermera jubilada y responsable, de manera voluntaria, de
los enfermos, apoyada por 26 asistentes del centro. "Los visitamos y
atendemos sus necesidades de alimentos, ropa, medicinas, sobre todo si
carecen de familia y viven solos", comentó Hernández. Los ancianos y
ancianas en mejores condiciones acuden diariamente a este lugar para
comenzar el día con una reparadora ronda de ejercicios en la plazuela
situada frente a la entrada del edificio. Le sigue una breve jornada que
llaman de "reflexión", sobre temas de actualidad y de interés para
ellos, y luego viene la participación en variados talleres.

Los hay de artes plásticas, computación, talabartería, tejido, papel
maché, teatro y música y danza, entre otros. "La incorporación a estas
actividades les cambia la vida, porque, además, son protagonistas de
todo, lo mismo ayudan a distribuir una donación que visitan a un enfermo
y se ayudan entre sí", relató la enfermera Esther Ruiz.

En materia de vivienda, uno de los problemas más agudos de Cuba, el
sistema de residencias protegidas acoge a personas mayores sin
impedimentos especiales, pero que vivían en condiciones precarias. Hasta
el momento se han construido cuatro edificaciones de este tipo, de las
que se benefician 54 personas, entre ellas varios matrimonios.

Los apartamentos están equipados con todo lo necesario, incluidos baños
con pasarelas y sillín para bañarse. Ante una emergencia pueden pulsar
uno de los dos timbres para dar aviso a la administración. "Como ve,
aquí no nos falta nada para vivir tranquilos", afirmó Victoria López, de
68 años.

Ella trabaja en labores de limpieza en oficinas del Centro Histórico. Su
esposo, Emilio Medina, de 73 años, ya está jubilado, pero le gusta ser
útil y se encarga como voluntario de labores de plomería y mantenimiento
en el edificio de 12 apartamentos. "El cambio al llegar aquí fue
radical, mi esposa pesaba 70 libras", algo más de 30 kilogramos, aseguró.

Los inquilinos de estas residencias no pagan alquiler, conservan sus
pensiones de jubilación y se los ayuda con alimentos y medicamentos. Una
empleada estatal lava sus ropas y mantiene la limpieza de los salones
comunes. "Estamos investigando otras experiencias para mejorar este
sistema", afirmó el abogado Julio César Torres.

El trabajo de la Oficina de Asuntos Humanitarios parte de la necesidad
y, en el caso de la gente de la llamada tercera edad se explica por sí
solo. "Por su naturaleza, los adultos mayores son más vulnerables, de
modo que atenderlos fue el primer objetivo, aunque no el único, de este
departamento", explicó su director Nelson Águila.

Los proyectos cuentan con apoyo de la Oficina del Historiador de la
Ciudad de La Habana y de la cooperación internacional, especialmente
proveniente de Italia y España.

"Tenemos confianza en el desarrollo de nuestro país, estos programas
están priorizados y yo diría que tienen garantizado su futuro", aseguró
Águila.

El centro tiene salón de fisioterapia, farmacia, servicio de
oftalmología y optometría y, ante emergencias climáticas, como los
huracanes, adecua sus instalaciones para brindar protección a estos
sectores vulnerables o a personas que viven en zonas de mayor riesgo.
También colabora con la asistencia a niños discapacitados.

Para expertos, el envejecimiento acelerado y profundo de la población
implica para cualquier país cambios estructurales que necesitan
respuestas adecuadas, mediante programas de inversión que anticipen las
necesidades en materia de vivienda, transporte e infraestructura en general.

"Desde el punto del vista del diseño urbano, será necesario crear
instalaciones y servicios apropiados, con conceptos arquitectónicos y
funcionales actualizados", advirtió el arquitecto Miguel Coyula en un
artículo publicado en la revista teórica Temas.

Cuba cuenta con un programa nacional de atención a la población adulta
mayor y en los últimos años se han impulsado iniciativas a favor de una
longevidad satisfactoria, pero especialistas estiman que las medidas son
insuficientes. (FIN/2010)

POBLACIÓN-CUBA: Envejecer en La Habana Vieja - IPS ipsnoticias.net (11
February 2010)
http://ipsenespanol.net/nota.asp?idnews=94655

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