Sunday, February 14, 2010

EL NUEVO MARCO DE LAS RELACIONES ENTRE CUBA Y RUSIA

EL NUEVO MARCO DE LAS RELACIONES ENTRE CUBA Y RUSIA
2010-02-14.
Elías Amor, Economista ULC

(www.miscelaneasdecuba.net).- La reciente visita del responsable de la
diplomacia rusa Serguei Lavrov a La Habana confirma lo que ya sabíamos.
El régimen castrista acoge con agrado a cualquier gobierno, más aun si
se trata de Rusia, que llega a La Habana y no pregunta ni se interesa
por la situación de los presos políticos.

Mientras que más de 200 personas inocentes sufren hacinados en las
cárceles comunistas de Cuba, privados de cualquier derecho y libertad,
los dos gobiernos, otrora aliados en la guerra fría contra Occidente,
vuelven a descubrir que tienen más puntos de unión, que diferencias.

¿Por qué Rusia desembarca en La Habana y lo hace sin tener en cuenta la
grave situación de los presos políticos? ¿Qué es lo que se esconde
detrás de este nuevo escenario diplomático?
Vayamos por partes. El régimen de Fidel Castro, es el gran vencedor.
Empeñado en no reconocer su fracaso histórico en lo económico, social,
libertades y respeto a los derechos humanos, descubre que es muy
rentable tanto hacia dentro, como hacia afuera, obtener el apoyo de
otros a su "gesta histórica".

La clave es conseguir cualquier cosa, sin ceder nada a cambio. Imponer
unas tesis en las que nadie cree a cualquier precio. No ceder. Mantener
la represión y el control sobre la población, eliminar cualquier
vestigio de libertades y pluralismo, negar las potencialidades de la
economía privada de mercado. Mientras que no se cuestione esta agenda,
el castrismo siempre se mostrará como un aliado fiel hasta que, como ha
ocurrido con Venezuela, le toque morder la mano de quién le da de comer.
Que Moratinos tome buena nota de todo ello.

La diplomacia rusa debería saber con quién está jugando las cartas. Sin
duda, con el oportunista más aventajado de la historia. Capaz de
presentar lo blanco como negro, y viceversa. Ese espíritu de concordia y
de entendimiento que se respira entre las autoridades de los dos países,
se vendrá abajo en cualquier momento porque ni Cuba puede otorgar nada a
Rusia, ni este país tiene el más mínimo interés en apoyar un régimen que
se encuentra en fase terminal.

Un poco de historia no vendrá del todo mal. La extinta URSS fue durante
tres décadas el apoyo principal político, militar y económico del
comunismo cubano, una auténtica luna de miel que convirtió al castrismo
en el brazo armado de la guerra fría. Pero, a partir de 1991, con la
eliminación del telón de acero, los acuerdos entre los dos países se
cancelaron. El castrismo se vio abocado a una de las etapas más
difíciles de su historia, el denominado "periodo especial" y un cierto
resentimiento hacia el antiguo aliado europeo se dejó sentir de modo
especial en la nomenclatura de La Habana. A partir de 2005 Cuba y Rusia
empezaron a restablecer nexos y acuerdos, que concluyeron con las
visitas de Medvedev y Raúl Castro en 2008.

De momento, parece que la aproximación entre los dos países tiene un
matiz cultural. El motivo ha sido la Feria del Libro de La Habana, donde
unas 300 casas editoriales han presentado 3.500 títulos y otros 30
libros de autores rusos. En segundo lugar, la actuación conjunta del
ballet Bolshoi y el Ballet Nacional de Cuba en el teatro Karl Marx, que
supone el regreso de la compañía rusa después de 30 años.

Otro aspecto que merece atención ha sido la iniciativa del Fondo estatal
con presencia en 46 países ``Mundo Rusia' que propone inaugurar en La
Habana su primer centro cultural de América Latina, con el objetivo de
potenciar la enseñanza del idioma ruso en Cuba, su antiguo aliado de la
Guerra Fría. El centro será instalado en la Biblioteca Nacional José
Martí y ``apoyará la enseñanza del idioma ruso, que toma auge de nuevo
en Cuba'.

Alguien podría pensar que acuerdos de esta relevancia no justifican
tanto bombo y platillo. En cualquier otro país, pasarían desapercibidos.
Pero en la Cuba de Raúl y Fidel Castro, el retorno de los rusos es mucho
más que unos cuantos libros, una actuación de ballet y un centro de
enseñanza de idiomas. Es, ante todo, la posibilidad de amenazar a
Estados Unidos, y mostrar al vecino del Norte que, todavía, aun en fase
terminal, el castrismo muere, pero lo puede hacer matando. Al final, los
regímenes que duran tanto tiempo y que atraviesan etapas tan distintas
de la historia, descubren que en la tómbola de los años, cualquier
premio, aunque sea pequeño, siempre será un premio.

En este momento, el castrismo es sólo eso, aguantar y aguantar. No hay
horizonte ni futuro. Una lenta y tal vez, demasiado larga, letanía.

EL NUEVO MARCO DE LAS RELACIONES ENTRE CUBA Y RUSIA - Misceláneas de
Cuba (14 February 2010)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=25696

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