Monday, October 05, 2009

La conciencia intranquila

Sociedad
La conciencia intranquila

La influenza A, como la conjuntivitis o el dengue, es un fantasma viral
que recorre la Isla.

Orlando Luis Pardo, La Habana | 05/10/2009

Viernes tras viernes, yo compraba el Granma para ponerme aún más
paranoico al leer el parte oficial de los casos cubanos de gripe H1N1.
Pero ya ni eso. El detalle es que ya no hay datos.

El virus de la influenza A ha dejado de tener influencia entre nosotros.
Tal vez como noticia no vende: son rezagos clínicos de nuestra
mentalidad de mercado, supongo.

Sin embargo, una amiga me llama desde Matanzas medio aterrorizada.
Cuenta de un vecino fallecido fulminantemente en horas. También de
niños. De cuarentena y puestos de mando en los hospitales. A lo peor
exagera, eso no importa. Lo obvio es que ni ella ni su bebé quieren
morirse en esta temporada planetaria de caza (Vade Retro, Guadaña).

Como fiel lector del periódico Granma, yo también le quito importancia
al asunto. La tranquilizo con mis mejores falacias argumentales (no por
eso menos sinceras): me desespera la idea de que ella esté tan lejos de
mí y se esté sintiendo tan insegura desde su ignorancia de sí saber lo
que pasa alrededor.

Por lo demás, le recomiendo que evite las grandes aglomeraciones de
gente (en Matanzas dudo que quede alguna: en La Habana acabamos de tener
el jolgorio de Juanes). Y le imploro o impongo que nunca nunca nunca
coja camiones ni guaguas, porque el proletariado te tose en pleno rostro
y sigue su viaje tan campante como si nada (incluso se ofenden hasta
llegar a los puños si alguien protesta por el salivazo).

Cuelgo el teléfono. En el noticiero de televisión de los viernes creo
que también releían el parte de la prensa oficial sobre la epidemia
cubana de H1N1. Pero ya ni eso tampoco. H0N0: Habanada nuestra que estás
a punto de ingreso, innominado sea siempre el nombre de tu enfermedad…

La influenza A, como la conjuntivitis o el dengue, es un fantasma viral
que recorre la Isla de cabo a cabo. Los programas del Estado para
combatirlos están vigentes de gratis, por supuesto, pero serán tan
funcionales como lo permitan su personal emergente y un presupuesto de
emergencia.

Así que, por el momento, seguimos careciendo de una narrativa
coyuntural. Nos falta el relato realista que reflexione sobre este o
aquel fenómeno patológico. Por eso fermentan tan bien entre el público
(nosotros, los sobreleyentes) la fe fundamentalista y la falsa ficción.
Por eso mi amiga llama desde Matanzas aterrorizada y medio, y por
primera vez no le da pena conmigo pronunciar a pelo la palabra perdida Dios.

Y es que todos queremos sobrevivir a esta temporada planetaria de caza
(Vade Retro, Granma). Aunque sea para seguir leyendo el periódico de
página en pánico, displicente pero disciplinadamente hasta el fin de los
viernes: la no-noticia también vende, y mucho más que cualquier esquela
estadística sobre esta o aquella patología fenomenal.

La crisis de Cuba se me antoja entonces de una naturaleza no tan grave
como groseramente gramática. Un tema que pasa no tanto por la noción de
legalidad o elegibilidad, por ejemplo, sino por nuestra limitadísima
legibilidad en tanto nación.

El que lee, puede. Toma, lee (aunque este axioma agustino siempre me
sonó a castigo físico: un manotazo que te obliga a leer). Toda lectura
es libertad residual de asociación, lo que en Cuba resuena casi como un
delito o al menos un acto predelictivo. Por este camino, hasta el
periódico más despótico no puede evitar convertirse en un arma de
infinito filo liberal. La letra impresa es perversa. Y leer por ausencia
podría ser ahora nuestro más radical ejercicio cívico de alfabetización.

Sin embargo, aunque hago el máximo esfuerzo para evitarlo, no logro
dormir con la conciencia tranquila tras calmar por teléfono a mi amiga
madre en Matanzas. No me adapto a los silencios clínicos de nuestra
mentalidad de Estado, supongo: no adopto del todo los protocolos cínicos
a la hora de cubanamente leer.

© cubaencuentro.com

La conciencia intranquila - Artículos - Cuba - cubaencuentro.com (5
October 2009)
http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/la-conciencia-intranquila-215281

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