Relevo generacional
By ARIEL HIDALGO
Si mis cálculos no me fallan, por estos días se cumplen treinta años de
que un joven profesor de filosofía, con publicaciones en prestigiosas
revistas del país, laureado por una de sus obras y con algunos de sus
trabajos utilizados como bibliografía suplementaria en universidades del
país, terminara de escribir un pequeño libro que le llevaría a prisión.
Un día antes del amanecer tocaron a su puerta y el joven profesor sería
llevado al centro de detención de Seguridad del Estado, luego a la sala
psiquiátrica especial Carbó Serviá y finalmente incomunicado por más de
un año en una celda tapiada del ``rectángulo de la muerte'' donde
encerraban a quienes iban a fusilar. Procesado por supuesta ``propaganda
enemiga'', sería condenado a ocho años de cárcel con una prescripción
increíble para el siglo XX: ``y en cuanto a sus obras, destrúyase
mediante el fuego''.
¿Por qué tanto ensañamiento? ¿Por qué se le aislaba y se ordenaba quemar
todas sus obras? El manuscrito no había sido reproducido para ser
distribuido por las calles; una copia enviada al extranjero cuando su
autor consideró inminente su detención nunca fue publicada, ni antes de
ser arrestado ni mientras estuvo en prisión; y el original fue
encontrado en una gaveta de su escritorio. ¿Dónde estaba, pues, la
propaganda enemiga por la que era juzgado? La razón sólo podía ser una:
hasta entonces la dirigencia cubana podía enfrentar cualquier crítica
``de derecha'', e incluso de izquierda, siempre que se fundamentara en
presupuestos sociológicos tradicionales. Bastaba simplemente con
oponerles una lógica diferente, ajena por completo a los parámetros
``burgueses''. Pero no le era fácil contrarrestar una crítica basada en
su propia lógica y que por tanto estremecía desde la misma ideología
marxista los cimientos argumentales de la lealtad al oficialismo entre
sus propias filas.
El libro, por tanto, no se había escrito para ser leído en el exterior
por personas con una formación cultural totalmente ajena a esa realidad,
sino dentro del país, por militantes del partido y de la Juventud
Comunista, por académicos oficialistas, por militares y dirigentes de
organizaciones progubernamentales. Se trataba, en pocas palabras, del
primer trabajo crítico del sistema estatal centralizado de la nueva Cuba
desde una óptica marxista, donde se demostraba el surgimiento de una
nueva clase social dominante a partir de la definición leninista y donde
se ponía de manifiesto que en el nuevo sistema la ley económica era la
apropiación, por parte de los burócratas designados desde las altas
instancias, de parte del plusproducto para ser intercambiado mediante el
trueque tácito. Con palabras más llanas, ``te resuelvo hoy para que tú
me resuelvas mañana''. En conclusión, se demostraba que el modelo
establecido en Cuba nada tenía que ver con socialismo ni con marxismo.
Como al que no quiere caldo se le dan dos tazas, el poder ha recibido
muchas tazas con el mismo caldo en estos treinta años, sobre todo a
partir del derrumbe del campo socialista y la Unión Soviética. Numerosos
críticos del sistema comenzaron a surgir en el mismo seno de sus
instituciones, aprovechando la tolerancia circunstancial de aquel
período de desconcierto para proponer nuevos modelos más acordes con los
ideales de justicia social. Cuando la cúpula se recuperó, el derribo de
las avionetas civiles en febrero del 96 y la consiguiente Ley
Helms-Burton crearon el nuevo clima internacional que permitieron
justificar la prohibición de nuevas fundaciones y la arremetida
ejemplarizante contra el Centro de Estudios de América (CEA).
Pero ya no podían imponer sentencias carcelarias sin generar un
escándalo de alto costo entre sus propias filas. Sin embargo, el
movimiento crítico-reformista permaneció con un perfil bajo durante el
resto de la administración Clinton y los dos períodos de Bush, hasta que
dos acontecimientos le dieron nuevamente relevancia: el proceso de la
sucesión en Cuba, que incluía el llamado del sucesor a plantear
libremente los problemas, y el inicio de una nueva era internacional de
distensión con el arribo a la Casa Blanca de la administración demócrata
de Obama.
a oposición tradicional siempre ha presupuesto que todo el sector
oficial u oficialista es monolítico y que todo gira ciegamente en torno
a la cúpula y su caudillo. Justamente el título de este artículo pudiera
haber sido Cuña del mismo palo de no ser porque el palo y la cuña, a
pesar de utilizar la misma retórica, son en realidad de naturalezas muy
diferentes. Si no se tiene esto en cuenta, no se podrá entender por qué
el liderato histórico, muy cerca de desaparecer por razones biológicas,
pospone una y otra vez el congreso que supuestamente marcará el rumbo
del proceso, mientras se lanza a una carrera desesperada en la búsqueda
de los supuestos relevos. Se trata, en realidad, de reforzar su
autoridad con cuadros jóvenes leales a la línea oficial sin los cuales
no podría celebrarse un congreso que podría revertir el curso de la
historia.
ARIEL HIDALGO: Relevo generacional - Columnas de Opinión sobre Cuba - El
Nuevo Herald (19 September 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/547001.html
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