Sunday, September 06, 2009

Los olores al servicio de la represión en Cuba

Publicado el sábado, 09.05.09
Los olores al servicio de la represión en Cuba
Por JUAN O. TAMAYO
jtamayo@MiamiHerald.com

Un perro policía en Cuba olfatea un arma con la que se cometió un
asesinato y después le ordenan olfatear seis frascos que contienen el
olor de diferentes sospechosos; son sólo algunas de las miles de
muestras de olores almacenados en un edificio de la policía de La
Habana. Si el letrero "Abajo Raúl'' aparece en un muro la policía usa un
perro para olfatear el olor del que lo escribió.

Cuba usa perros policía en una amplia gama de casos, y no sólo encuentra
fugitivos y drogas, sino que también colecciona olores de miles de
individuos para que los perros puedan identificar a delincuentes e
incluso a disidentes políticos.

La Habana ha sostenido públicamente y con orgullo que sus investigadores
resuelven con regularidad casos con perros y olores humanos recogidos de
lugares donde se han cometido delitos y de sospechosos, que según ellos
son tan singulares como las huellas digitales.

En los últimos 12 años ha habido más de 3,000 casos en los que, sobre la
base del olor, ha sido posible establecer la identidad de delincuentes,
afirmó Rafael Hernández, profesor de Criminología de la Universidad de
La Habana en una ponencia titulada La Odorología Criminalística en Cuba.

Hernández describe detalles del programa de perros policía, como la
preservación de los olores por un máximo de cinco años en frascos. En
lugar de formar una línea de sospechosos a identificar, las autoridades
sitúan una hilera de seis frascos.

Pero expertos de Estados Unidos aseguran que el uso tan amplio de perros
policía, especialmente en el caso de olores almacenados, es muy
cuestionable en términos de su valor como prueba en los tribunales y
completamente draconiano cuando se aplica a disidentes políticos.

"Es un fraude, absolutamente absurdo'', dijo el abogado defensor
miamense Jeffrey S. Weiner, quien ha escrito disertaciones profesionales
sobre el uso de perros policía.

"Es una farsa'', dijo el sargento Leo Abad, de la unidad canina de la
Policía de Miami. "Los perros no hablan. Si huelen una pizza no saben
decir si están oliendo el queso u otra cosa''.

El "banco de olores'' en el Departamento Técnico de Investigaciones
(DTI) en 100 y Aldabó, mide aproximadamente 75 x 30 pies y está lleno de
gabinetes metálicos del alto de una persona, con cuatro repisas, llenas
de frascos de vidrio transparente que contienen pedazos de gasa, según
un exiliado cubano que visitó el lugar a principios de los años 90, y
solicitó no ser identificado para proteger a sus familiares en Cuba.

En cuanto al uso de perros contra los disidentes "es orweliano, algo
rutinario'', indicó el activista habanero de derechos humanos Elizardo
Sánchez, refiriéndose al libro 1984 de George Orwell sobre la represión
totalitaria. "La delincuencia sigue aumentando de manera alarmante, pero
para ellos la represión política es todavía la prioridad''.

El texto de 13 páginas de Hernández, escrito en un estilo académico que
incluye una definición de "olor'', indica que el uso de "odorología
criminalística'' comenzó en la Unión Soviética en los años 60, se
desarrolló en la entonces Alemania Oriental y en 1972 se estableció por
toda Europa Oriental.

Luego del colapso de Alemania Oriental en 1989, investigadores de
Alemania Occidental encontraron un almacén repleto de decenas de miles
de pomos sellados que contenían pedazos de tela impregnados con el olor
de delincuentes y disidentes y que se usaban para identificarlos o
rastrearlos.

Cuba empezó a establecer un "laboratorio de odorología'' en 1989 "con la
experiencia de algunos compañeros que visitaron esos países'', señaló
Hernández. Se efectuaron pruebas operativas en 1991 y para 1993 la
técnica se había establecido en toda la isla.

Muchos de los perros son pastores alemanes importados de Checoslovaquia,
Bulgaria y Hungría. Algunos cocker spaniel, que son menos intimidantes,
se han usado en el Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana,
para olfatear en busca de drogas y explosivos.

Cuba emplea los perros para tareas de seguridad rutinarias: buscar
drogas, explosivos o armas, rastrear fugitivos, controlar a las
muchedumbres y buscar cadáveres o sobrevivientes después de desastres
naturales. Pero también para investigar una gama de delitos muy amplia.

"La odorología se aplica durante las investigaciones de asesinatos,
robos con violencia, terrorismo, sabotaje, robo con uso de fuerza,
violación, exhumaciones ilegales y otros delitos'', escribió Hernández
en la ponencia, publicada en la edición de enero-junio del 2003 de la
revista Derechos legales cubanos.

Un artículo publicado en el 2008 en el diario Granma, órgano oficial del
Partido Comunista, indica que el DTI usa perros para olfatear en casos
que van desde "delitos comunes hasta contrarrevolucionarios''.

Para los disidentes "eso es cosa común''. Sin un fallo judicial les
ordenan pasarse un pedazo de tela por las axilas y los genitales . . .
La muestra no es para nada específico. Es sólo para guardarla'', dijo
Elizardo Sánchez en una entrevista telefónica desde La Habana. "Dicen
que si alguien escribe un letrero contra el gobierno los perros
especializados los pueden identificar''.

Los archivos de Cubanet, una organización miamense que recibe y publica
informes de periodistas de la oposición en Cuba, incluyen por lo menos
tres casos en que se utilizaron perros policía cuando aparecieron
algunos letreros antigubernamentales en la isla.

Pero expertos estadounidenses en el uso debido de perros policía dicen
que el sistema cubano no parece ser de fiar.

"No hay científico que sepa si la muestra es válida cuatro o cinco años
después'', subrayó Ted Daus, fiscal estatal adjunto y experto en el uso
de pruebas identificadas por perros.

"Es extraño . . . y bastante'', afirmó Michael Baton, director de la
American K-9 Academy en Lisbon, Connecticut, refiriéndose al almacén de
olores. "Un concepto escabroso, no completamente imposible, pero no es
una técnica práctica''.

Un documento hallado en los archivos de la notoria STASI, el servicio de
inteligencia de Alemania Oriental, después del colapso del gobierno
comunista en 1989, indica que guardar olores humanos para
investigaciones no funcionaba bien en el caluroso y húmedo clima de Cuba.

El documento lo encontró en el 2007 Jorge Luis Vázquez, que vive en
Berlín pero nació en Cuba y ha estudiado las relaciones de la STASI con
el Ministerio del Interior de la isla.

Los olores al servicio de la represión en Cuba - Ultimas noticias - El
Nuevo Herald (5 September 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/ultimas-noticias/v-fullstory/story/536340.html

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