"En Cuba se libra una lucha contra el tiempo y cada vez hay menos"
MAURICIO VICENT - La Habana - 24/09/2009
La entrevista se celebra en su casa habanera del barrio de Mantilla,
donde Leonardo Padura, de 54 años, ha escrito las nueve novelas que ha
publicado. La última, El hombre que amaba a los perros (Tusquets),
recién salida en España, revive el crimen de Ramón Mercader, el asesino
de Trotski, y es una reflexión sobre la perversión del socialismo como
gran utopía de la humanidad en el siglo XX.
"El estalinismo se exportó y frustró la realización de un gran sueño"
"Existe una literatura del desencanto fruto del cansancio"
Pregunta. ¿Qué tiene de actualidad esta historia?
Respuesta. Mercader es un hombre que estuvo alrededor de uno de los
acontecimientos históricos más dramáticos y reveladores del siglo XX. Su
historia es permanente: un hombre que renuncia a todo por una fe; es un
símbolo de cómo el fanatismo es capaz de pervertir a las personas.
P. ¿Qué cosas descubrió durante la investigación que no sabía?
R. Durante cinco años consulté las fuentes más diversas. Me impresionó
descubrir lo poco que sabíamos los cubanos de lo que había sido la
verdadera historia soviética y comprender por qué ese país y esa
sociedad debían desaparecer: eran criaturas falsas y enfermas desde
hacía muchísimo tiempo, que incluso practicaron el crimen de Estado.
P. El protagonista casi perdona a Mercader ¿Y usted?
R. Yo he tratado de entenderlo, de buscar sus razones. Pero no lo
perdono. Siempre queda, incluso en el totalitarismo más férreo, un
resquicio ético que el individuo puede manejar desde sus propias
convicciones y que le permite decir que no ante lo inadmisible.
P. ¿Cuál fue la principal estafa del socialismo?
R. El estalinismo, sin duda. Las proporciones de la perversión política,
económica, filosófica, ética y hasta estética que implicó la apropiación
por parte de Stalin de una idea que pretendía crear una sociedad de
iguales, fue la mayor traición. El estalinismo se exportó y se convirtió
en legado y, con otros métodos y rostros, frustró la realización de un
gran sueño.
P. ¿Qué ha dejado en Cuba la copia del modelo socialista soviético?
R. Creo que Cuba desde el inicio trató de crear su propio modelo. Y en
buena medida lo logró: sólo así se entiende que haya desaparecido el
socialismo soviético y que Cuba, sola y con el embargo norteamericano,
haya mantenido su estructura política y social... Pero quedaron cosas
importantes, como la economía centralizada, la mayoritaria propiedad
estatal de los medios de producción y otras que hoy se discuten. En
Cuba, sólo con transformaciones esenciales del viejo modelo, puede
empezar a pensarse en un socialismo posible, en una sociedad más
equitativa y viable.
P. Muchos de sus personajes son gente decepcionada y arrepentida...
R. Existe una literatura del desencanto que no es sólo un reflejo de la
crisis que vive el país, sino, y sobre todo, del cansancio de los
individuos. El exilio al que se han ido tantos es una de las
manifestaciones de ese desencanto. Pero también es una opción la crítica
y el debate por el que hemos optado muchos de los que nos hemos quedado
en la isla.
P. Al llegar al poder Raúl muchos esperaban un cambio. Han pasado casi
tres años...
R. En Cuba se libra una lucha contra el tiempo, y cada vez hay menos
tiempo. Hay lastres muy pesados y peligrosos para la estabilidad y el
futuro del país: la ineficiencia y la asfixia de una economía que no
acaba de encontrar cauces productivos; el crecimiento de la marginalidad
y la corrupción; el burocratismo; la acumulación de necesidades muy
diversas (vivienda, alimentación, la relación desquiciada entre salario
y costo real de la vida, etcétera). Hace falta ver si hay capacidad para
cambiar todo lo que debe ser cambiado, introducir esos cambios
estructurales y conceptuales que se mencionan pero no se definen.
P. Todo sigue estando en manos de los históricos...
R. Los cubanos llevamos casi veinte años viviendo en medio de una crisis
económica propia... Ya sean los históricos o los emergentes, el deber de
los que gobiernan es responder a la necesidad e introducir los cambios
que preserven lo aprovechable y procuren soluciones a lo no resuelto.
P. ¿Que le pareció el concierto de Juanes en La Habana?
R. Muy bien. Un concierto sin consignas políticas, en el que el mensaje
principal es la paz y la comprensión, eso en Cuba es una cosa
extraordinaria y necesaria. El concierto fue un revulsivo de cosas que
están anquilosadas... Todo lo que sea apertura, en cualquier sentido, es
importante.
"En Cuba se libra una lucha contra el tiempo y cada vez hay menos" ·
ELPAÍS.com (24 September 2009)
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Cuba/libra/lucha/tiempo/vez/hay/elpepicul/20090924elpepicul_5/Tes
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