Moisés Leonardo Rodríguez
LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Casos y cosas de casa
era el nombre de un programa humorístico de la televisión cubana, cuya
protagonista principal era Consuelito Vidal. Sus temas recogían, cada
semana, aspectos de la vida familiar.
Los problemas de la vivienda en Cuba, durante más de 50 años, son tan
dramáticos, que alcanzarían para una serie televisiva de humor negro. Un
caso entre miles es el de la periodista independiente Amarilis Cortina Rey.
Según consta en documentos oficiales de la época, la vivienda número
1046 de la calle Independencia entre Lucha y Esperanza, Managua,
municipio Arroyo Naranjo, era propiedad desde el 8 de septiembre de 1924
de Juan Rey y Arca, abuelo materno de Amarilis.
Esta propiedad pasó, con todas las de la ley, a nombre de los hermanos
Severina y Juan Rey Ruiseco, según consta en el Acta No. 48 con fecha 9
de enero de 1991, copia de la cual está en poder de la litigante Cortina
Rey.
La vivienda fue dividida entre los herederos. De una parte dispuso Juan
hasta su muerte. La viuda donó el sitio donde vivía con su esposa a
quienes la habitan en la actualidad.
Severina, madre de Amarilis, ocupó su parte de la herencia hasta su
fallecimiento, en l992. La hija regresa a la casa materna en l999 para
cuidar a su padre, cuyo estado de salud demandaba atención permanente.
En 2004 muere el padre, y en ese momento la hija reunía los requisitos
legales, que exigen un mínimo de cinco años de residencia física
ininterrumpida, para tener derecho a la vivienda.
Según expresa Amarilis, ha nombrado a cinco abogados para legalizar la
parte del inmueble que le pertenece. Cada contrato ha costado 80 pesos
en moneda nacional, aparte de los gastos colaterales que demandan estas
gestiones.
El obstáculo para el título de propiedad es que los vecinos que ocupan
la otra parte del inmueble, ya legalizaron su estatus como
usufructuarios onerosos de la vivienda, considerada como un todo,
incluyendo la parte que ocupa Amarilis.
Algunos funcionarios, por ignorancia o conveniencia, no tuvieron en
cuenta que se debió hacer primero el desglose del inmueble antes de
declarar a esas personas usufructuarias. Cada vez que Cortina Rey
tramita su título de propiedad, le salen con que ya la vivienda está
legalizada, y ella debe, por tanto costear el proceso de desglose.
El argumento de Amarilis es que no es ella quien debe rectificar el
error ni cargar con los costos que ello implica. Aclara, refiriéndose a
los funcionarios vinculados a trámites de vivienda, incluidos los
abogados: "No voy a dar ni un centavo para alimentar la corrupción
existente. Si no hacen lo justo es su problema. Para sacarme de aquí
tiene que ser muerta".
corrientemartiana2004@yahoo.com
Cuba: Casos y cosas de casa (24 September 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/Sept09/24_C_4.html
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