2009-08-14. cubanet.org
Miguel Saludes
(www.miscelaneasdecuba.net).- El intercambio inusual entre un cubano
exiliado y Silvio Rodríguez pudo ser el móvil inspirador del anunciado
concierto de Juanes en La Habana. El pasado mes de mayo Adrián Leiva
escribió una carta abierta al autor de Ojalá, expresándole su criterio
sobre la truncada presentación del trovador en Nueva York, al no recibir
oportunamente la visa de entrada a territorio norteamericano.
Al mismo tiempo Leiva exponía la problemática de cientos de cubanos, que
como él, no pueden entrar a su patria, para visitarla o quedarse a vivir
en ella definitivamente, a causa de las leyes que al respecto existen en
la Isla.
"Le invito a que su voz y su guitarra entonen una canción que reclame la
concordia entre todos los cubanos, el respeto a la diversidad, a la
unidad de la dividida familia cubana y la cancelación de la nefasta
salida definitiva que constituye el mayor oprobio a la sangre derramada
por nuestros antecesores. No le pido una canción protesta. Quisiera
mejor una canción de amor que toque las puertas de los corazones de
todos los cubanos. Sobre todos a los que más precisan de esa palabra."
Adrián exhortaba a Silvio a que invitara a otros artistas que quisieran
ser solidarios con lo que él denomina la causa de los ausentes: "Que
canten a favor de que un día también podamos estar presentes. Invite a
Fito Páez, Ana Belén, Serrat, Pablo, Chico, Mercedes Sosa, y a todos los
que quieran ofrecer su corazón. Canten a la libertad y al derecho de
todos los cubanos a estar en nuestra tierra."
La respuesta de Silvio llegó sorpresivamente a través de un periódico
dominicano: "No le garantizo que voy a escribir una canción sobre el
tema, porque yo no soy el único que manda en eso: también necesito a las
musas. Pero sí le prometo que voy a seguir planteando en todas partes
que los ciudadanos cubanos deben tener derecho a entrar y a salir de su
país cuando lo deseen y, por supuesto, cumplan con los requisitos
legales para hacerlo."
El nombre de Juanés no figuraba entre los mencionados por Leiva. Ha sido
precisamente este artista el auspiciador de un concierto que debe
celebrarse el próximo 20 de septiembre en la Plaza José Martí, más
conocida como de la Revolución. La iniciativa del artista colombiano ha
provocado un alud de críticas en favor o en contra de una nueva jornada
musical en favor de la paz, en esta ocasión dedicada a Cuba.
Lo que se oponen alegan la falta de libertades existentes en el país
antillano. Argumentan que esa actividad no será la que abra el camino de
la democracia y que, contando con las buenas intenciones de Juanes, su
propuesta será manipulada para dar una imagen favorable hacia el
régimen, dejando fuera aspectos como el de los presos políticos o el
dolor de la diáspora cubana dispersa por el planeta, principalmente en
Estados Unidos.
La polémica apunta también al escenario escogido, por ser el mismo que
sirvió de proscenio durante décadas a Fidel Castro. Juanes dice que su
objetivo es cantarle al pueblo cubano, respuesta cuestionada por sus
detractores, que se preguntan por qué no hizo esa misma distinción con
Honduras, donde originalmente estaba planificada la cita trasladada para
la capital cubana.
En el caso hondureño Juanes recibió la arremetida de la izquierda, que
en este caso se opuso al acto por considerar que daría credibilidad al
gobierno que sacó a Zelaya del poder. Los exabruptos empleados por
elementos tildados de chavistas, eran similares a los que ahora recibe
el artista desde la otra vertiente. Incluso más fuertes.
En el caso de Cuba, Juanes ha recibido el espaldarazo de la Casa Blanca
durante un encuentro sostenido con Hillary Clinton. La actual jefa de
Estado manifestó su respeto hacia el cantante y le deseó suerte en su
proyecto.
No sería el primer evento concebido para buscar el entendimiento
espiritual de las partes en conflicto a través de la música. Ocurrió en
1979 con un intercambio artístico entre Cuba y Estados Unidos. Billy
Joel, Kris Kristofferson, Rita Coolidge y la Fania All Stars, estuvieron
en esa ocasión.
En 1999 se produjo Bridge to Havana con Gladys Knigh, Joan Osborne,
Peter Frampton y Mick Fleetwood, entre otros. El impacto de aquellas
presentaciones quedó limitado al teatro Karl Marx. La entrada fue
restringida para un determinado tipo de público, la mayoría miembros del
Partido y la Unión de Jóvenes Comunistas invitados por esas
organizaciones políticas.
Juanes marca la diferencia al escoger un lugar abierto para su
presentación. Sería el segundo acto que haría justicia al destino
original concebido para la gran explanada bautizada con el nombre de
Plaza Cívica de La Habana. El primero fue la Misa oficiada por el Papa
Juan Pablo II durante su visita pastoral en 1998.
Por el momento sólo quedaría hacer una sugerencia crítica a Juanés y es
que su propuesta sea dirigida también a los artistas cubanos exiliados.
No obstante es justo reconocer el empeño del artista foráneo, que de
alguna manera quiere contribuir con una causa buena. Corresponde a los
de la isla poner fin a la injusta división que amenaza continuar más
allá de estos cincuenta años transcurridos, por razones políticas e
ideológicas del poder totalitario allí establecido.
Sería ideal que la convocatoria por la Paz programada para el próximo
septiembre en la Habana reúna a todos los cubanos que puedan y quieran
estar allí, sin necesidad de visas o permisos oficiales. Un deseo
difícil de materializar, no solo por la barrera natural que significa el
mar. Queda la esperanza de que ese día los ausentes estén presentes de
alguna manera. Al menos uno de ellos, Adrián Leiva, tiene el anhelo de
compartir ese día, en unión a los suyos en la Casa Grande de todos los
cubanos.
UN CONCIERTO POR LA PAZ....EN CUBA - Misceláneas de Cuba (14 August 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=22264
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