2009-08-25.
José Alberto Álvarez Bravo, Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- El primero de mayo de 2008 participé, por
primera vez, en un desfile en la Plaza de la Revolución. Mi pancarta no
era alegórica a la fecha, ni pedía la liberación de los 5, sino la de mi
hijastro Carlos Denis Crespo, en prisión por la comisión de un delito
común que ni siquiera ocurrió.
Cinco días después, me personé en la oficina correspondiente del
Departamento de Atención a la Ciudadanía del Consejo de Estado. Lo
primero que parece haber predispuesto en mi contra, tanto al funcionario
que me atendió, como a la que parecía ser la jefe de la oficina, fue la
pulsera blanca con la palabra CAMBIO en mi muñeca.
El contenido de la breve carta incrementó la hosquedad en sus rostros:
"Liberen a Carlos Denis Crespo. De su inocencia, ustedes conocen.
Mantenerlo en prisión, como represalia por mis discrepancias ideológicas
con el esquema socio-político del que ustedes son arquitectos y
sostenedores, es injusticia. Y es crimen.
Me ofrezco en canje."
Uno de los seis destinatarios era el señor Raúl Castro.
Luego de una media hora de espera, la funcionaria regresó de su probable
consulta con sus superiores.
¡Se le dará respuesta!, fue todo cuanto tuvo a bien comunicarme. Quince
meses después, lo único que ha sucedido es que la promesa de una
funcionaria, facultada para hablar a nombre de las autoridades cubanas,
es una lejana y persistente vibración en mis oídos.
Por la poca entidad de este suceso, -comparado con el hundimiento del
Remolcador "13 de marzo", del Yate "Río Canímar", del fusilamiento de
los tres jóvenes de la Lancha "Baraguá" y otros incontables crímenes
cometidos por estas autoridades-, el hecho calificaría como
intrascendente, a pesar de que un joven guardó prisión durante 27 meses
siendo probadamente inocente. Lo alarmante y peligroso de estas
cotidianas historias, es el total desprecio de quienes dicen
representarnos, hacia la constitución y las leyes vigentes.
Entre las muchas deudas que dejarán las autoridades que han detentado el
poder durante medio siglo, -una vez barridas por la implacable rueda de
la historia- las demandas de justicia por parte de la población serán
tal vez las más traumáticas. Y las más difíciles de perdonar y olvidar.
¡SE LE DARÁ RESPUESTA! - Misceláneas de Cuba (25 August 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=22456
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