Publicado el 08-24-2009
Cuba y la libertad
Por Guillermo Lousteau Heguy, Interamerican Institute for Democ
El siguiente documento, redactado desde la cárcel, constituye un
testimonio sobre la situación en Cuba, como asimismo un alegato
irrefutable sobre el concepto mismo de la libertad y la opresión.
Dice así:
• "En primer lugar, la dictadura que oprime a la Nación no es un poder
constitucional, sino inconstitucional. Constitución legítima es la que
emana directamente del pueblo soberano, y considerado el caso de una
república regida por un poder legislativo, un poder ejecutivo y un poder
judicial que se equilibran y contrapesan los unos a los otros"
• Los militares están padeciendo una tiranía peor que los civiles. Se
les vigila constantemente y ninguno de ellos tiene la menor seguridad en
sus puestos; cualquier sospecha injustificada, cualquier chisme,
cualquier intriga, cualquier confidencia es suficiente para que los
trasladen, los expulsen o los encarcelen deshonrosamente.
• La política cubana tiene que ser de estrecha solidaridad con los
pueblos democráticos del continente y que los perseguidos políticos de
las sangrientas tiranías que oprimen a las naciones hermanas
encontrarían en la patria de Martí, no como hoy, persecusión, hambre y
traición, sino asilo generoso, hermandad y pan. Cuba debía ser baluarte
de libertad y no eslabón vergonzoso de despotismo.
• Cuba podría albergar espléndidamente una población tres veces mayor;
no hay razón, pues, para que exista miseria entre sus actuales
habitantes. Los mercados debieran estar abarrotados de productos; las
despensas de las casas debieran estar llenas; todos los brazos podrían
estar produciendo laboriosamente.
• La ciudadanía acaba de contemplar horrorizada el caso del periodista
que estuvo secuestrado y sometido a torturas de fuego durante veinte
días por los esbirros de esta dictadura, que no cabe compararla con
ninguna otra por lo baja, ruin y cobarde, secuestran, tortura, asesinan
y después culpan canallescamente a los adversarios del régimen.
• Cuba está sufriendo un cruel e ignominioso despotismo y vosotros no
ignoráis que la resistencia frente al despotismo es legítima: éste es un
principio universalmente reconocido.
• El derecho de rebelión contra el despotismo, señores magistrados, ha
sido reconocido desde la más lejana autoridad hasta el presente, por los
hombres de todas las doctrinas, de todas las ideas y de todas las creencias.
• En la Edad Media, Juan de Salisbury en su libro de hombre de Estado
dice que cuando un príncipe no gobierna con arreglo a derecho y degenera
en tirano, es lícita y está justificada su deposición violenta. Martín
Lutero proclamó que cuando un gobierno degenera en tirano vulnerando las
leyes, los súbditos quedan liberados del deber de obediencia. Calvino,
el pensador más notable de la reforma desde el punto de vista de las
ideas políticas, postula que un pueblo tiene derecho a tomar las armas
para oponerse a cualquier usurpación.
• La Declaración de Independencia del Congreso de Filadelfia, del 4 de
Julio de 1776, consagró este derecho en un hermoso párrafo que dice:
"Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales;
que a todos les confiere su Creador ciertos derechos inalienables, entre
los cuales se cuentan la vida, la libertad y la consecusión de la
felicidad; que para asegurar estos derechos se instituyen entre los
hombres gobiernos, cuyos justos poderes derivan del consentimiento de
los gobernados; que siempre que una forma de gobierno tiende a destruir
esos fines, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir
un nuevo gobierno que se funde en dichos principios y organice sus
poderes en la forma que a su juicio garantice mejor su seguridad y
felicidad".
• Pero hay una razón que nos asiste, más poderosa que todas las demás:
somos cubanos y ser cubano implica un deber. No cumplirlo es un crimen y
una traición. Vivimos orgullosos de la historia de nuestra patria: la
aprendimos en la escuela y hemos crecido oyendo hablar de libertad, de
justicia y de derechos. Se nos enseñó que el Titán había dicho que la
libertad no se mendiga. Escribió el Apóstol en su libro La edad de oro:
Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas y permite que
pisen el país los hombres que lo maltratan, no es un hombre honrado".
• Todo eso aprendimos y no lo olvidaremos aunque hoy en nuestra patria
se esté asesinando y encarcelando a los hombres por practicar las ideas
que le enseñaron en la cuna.
Aunque parezca increíble, este impecable documento pertenece a Fidel
Castro y expuesto en "La Historia me absolverá".
Sería bueno saber si el "Diccionario de pensamientos de Fidel Castro"
presentado hace unos días en La Habana recoge estos conceptos.
Diario Las Americas - Cuba y la libertad (24 August 2009)
http://www.diariolasamericas.com/news.php?nid=83865
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