Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Ahora le llaman Pánfilo
Ojama. Pero hace mucho tiempo perdió su nombre oficial por el de
Pánfilo en Cuba. Lo de Ojama lo ganó con su grito de guerra. "¡Jama,
aquí lo que hace falta es jama!". Además de la rima con el apellido del
presidente norteamericano, Obama.
Pánfilo es uno de los más de cincuenta alcohólicos que frecuentan las
esquinas cercanas al Parque Villalón, en el Vedado. A diferencia de sus
congéneres que se apiñan en las esquinas a libar el alcohol sucio que
venden en la bodega a 20 pesos, Pánfilo vaga por las calles cercanas a
su casa. Blasfema a derecha e izquierda a cualquier hora del día o la
noche. No es peligroso, pero muchos transeúntes prefieren evitarlo.
Hoy es un fenómeno de barrio, aplaudido por los medios de prensa
internacionales, que lo elevan a la categoría de héroe nacional por
decir verdades lapidarias ante una cámara indiscreta de alguien que
quería hablar de reguetón. Así hicieron a principios de 2008 con el
estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) Eliécer Ávila.
Jaime Bayly, del canal Mega TV de Miami, puso a Pánfilo como paradigma
de lo que deben hacer los cubanos. ¿Debemos gritar obscenidades? ¿Ser
alcohólicos? ¿Oponernos a la dictadura?
Las imágenes tomadas de los canales extranjeros y de Youtube fueron
vistas por los vecinos con "antena" prohibida y los internautas. De ahí
partió la "ruta tecnológica", bajar la señal, grabarla en una PC y de
ahí al disco, a la memoria flash o al correo electrónico. Se proyectó en
centros de trabajo, de manera discreta y en cientos de hogares con PC o
lectores de DVD.
La bulla llegó al cuartel de la policía política. La parte mala de la
fama. Pánfilo pasó de ser un borracho mas, a ser observado por los
"factores" (el CDR, el comité zonal del partido comunista y hasta el
médico de la familia) y la policía política, que lo cita cada vez que un
mayimbe se entera del suceso y quiere saber de quién habla la "vox populi".
Se cuenta en el barrio que Pánfilo fue citado en nueve oportunidades y
que lo amenazaron con ingresarlo en una clínica para desintoxicarlo si
se volvía a repetir el espectáculo. Para él, la clínica es lo más
parecido a una cárcel.
Pánfilo Ojama está castrado como ciudadano, como los miles de
alcohólicos de mi barrio y del país. Fue intoxicado hace cincuenta años
por la apatía, la impotencia y la desidia del régimen totalitario. El
alcohol o las drogas sólo son los vehículos tangibles de la enajenación
social. Aunque en un momento de lucidez grite. "¡Jama, aquí lo que hace
falta es jama!".
aleagapesant@yahoo.es
Pánfilo Ojama (3 June 2009)
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