Tuesday, May 26, 2009

Pobres pero honrados

Pobres pero honrados

Valentina Cueto

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - "Somos pobres, pero honrados",
era frase común del vocabulario popular cuando, antes del triunfo
revolucionario de 1959, la sociedad cubana estaba dividida en estratos
bien definidos: pobres y ricos, dueños de los medios de producción y
asalariados. Los ciudadanos pertenecientes a las clases más
desfavorecidas querían significar con esta expresión su integridad, a
pesar de lo humilde de su condición. Entonces, ¿por qué la palabra
honrado ha perdido espacio en el vocabulario del cubano de hoy?

Cuando a los niños y jóvenes se les pregunta por los valores que deben
cultivar generalmente mencionan la honestidad, el colectivismo, el amor
patrio, etc. Quizás la honradez no aparece en este repertorio por
considerársele un valor pasado de moda, perteneciente a una sociedad
muerta y enterrada; o porque, para quien no conoce a fondo la lengua
castellana, suena más culto decir "soy honesto" que "soy honrado". En
definitiva nadie puede culparlos por repetir argumentos aprendidos de
memoria como la tabla de multiplicar.

Pobre, pero honrado describe a ese ser humano que, aunque carente de los
recursos económicos necesarios para satisfacer sus necesidades, es
incapaz de utilizar malas artes y peores intenciones para acceder a los
bienes de que carece. Como la pobreza de los cubanos supuestamente
terminó el primero de enero de 1959, el adagio popular debe haber
perdido su vigencia y de ahí que haya caído en desuso.

Hoy se dice "Somos ciudadanos honestos", y para nada se menciona la
honradez. Ser honesto es bueno, pero ser honrado es mejor. Un viaje al
diccionario me aclara que honrado es quien procede con rectitud e
integridad; o sea, una persona moral, incorruptible y sin dobleces,
cuyas pautas de comportamiento se asemejan a una línea recta porque no
se desvían de esos valores morales que le dan sentido. Honestidad es
sinónimo de decencia, decoro; indica recato, pudor, urbanidad y compostura.

Resulta evidente que, de acuerdo con estas definiciones, la honradez es
un sustantivo que describe la condición interna y las creencias que nos
hacen actuar de forma moral; mientras que la honestidad, aunque
utilizada frecuentemente como sinónimo suyo, apunta al comportamiento
correcto, es decir, a lo exterior.

Entonces ser honesto pudiera describir a quien actúa para guardar las
apariencias y no de acuerdo con esos valores y creencias de carácter
moral que forman parte de sus patrones fundamentales, de su propia esencia.

Honestidad es la forma, pero honradez es el contenido. Lo que implica
que se puede ser honesto sin ser honrado, pero no viceversa.

¿Se puede vivir hoy en Cuba con los salarios que nos paga el gobierno,
siendo honesto y honrado?

Cuba: Pobres pero honrados (26 May 2009)

http://www.cubanet.org/CNews/y09/mayo09/26_C_4.html

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