Washington no ve gestos de apertura en La Habana
ANTONIO CAÑO - Washington - 26/05/2009
El Gobierno y el Congreso de Estados Unidos se han movilizado para
impedir que el secretario general de la Organización de Estados
Americanos, José Miguel Insulza, pueda cumplir, con el apoyo de un grupo
de países encabezados por Venezuela, su propósito de reintegrar a Cuba a
esa organización en la próxima asamblea.
Algunos congresistas amenazan con bloquear la cuota estadounidense
Tanto la secretaria de Estado, Hillary Clinton, como los más activos
miembros del Congreso en esta materia han hecho en los últimos días
declaraciones advirtiendo de que se opondrán a esta iniciativa. Algunos
han amenazado incluso con suspender el pago de la contribución
norteamericana a la OEA si ésta actúa sin el acuerdo de Washington.
Aunque la Administración de Barack Obama ha realizado gestos de
aproximación a Cuba desde el primer día y el propio presidente ha
declarado su deseo de normalizar las relaciones con ese país, ni el
Gobierno ni el Congreso creen que el régimen de Raúl Castro haya
respondido hasta el momento de forma suficientemente positiva como para
premiarle con su reingreso a la OEA.
Esta posibilidad quedó de manifiesto en una entrevista de Insulza
publicada en EL PAÍS el 11 de mayo en la que abogaba por la eliminación
de la cláusula por la que Cuba fue excluida de la OEA en 1962. Ese paso
permitiría, aunque no de forma automática, la reincorporación de la
isla. Algunos miembros de la OEA, entre ellos el anfitrión de la próxima
asamblea, Honduras, han elaborado varios borradores de propuestas para
anular esa cláusula.
La posición manifestada por Insulza y el apoyo de diversos Gobiernos
encendieron las alarmas en Washington, donde el Ejecutivo no quiere
verse en la situación de tener que votar en contra de una resolución de
ese tipo en la reunión de ministros americanos del 2 y el 3 de junio en
San Pedro de Sula (Honduras).
En una comparecencia ante el comité de Relaciones Exteriores del Senado,
Hillary Clinton advirtió el miércoles que su Gobierno no permitiría la
readmisión de Cuba en la OEA hasta que ese país no cumpla con las
exigencias democráticas que las normas de esa organización establecen.
"Si Cuba no desea atenerse a los mandatos [de la Carta Democrática], no
veo cómo podría ser entonces parte de la OEA, y yo ciertamente no voy a
apoyar de ninguna manera un intento de esa naturaleza para admitirla",
manifestó Clinton.
Uno de los senadores más influyentes, el republicano Richard Lugar, que
siempre ha favorecido una política de diálogo con La Habana, advirtió la
semana pasada que "sería un gran error eliminar la resolución de 1962
que suspende la participación de Cuba" porque ello provocaría "serias
dudas sobre el compromiso de la organización en la defensa de la
democracia". También en el Senado, el demócrata Bob Menéndez ha
presentado un proyecto de resolución por el que, en caso de consumarse
la reincorporación de Cuba, EE UU suspendería la aportación de fondos,
que representan algo más del 60% del presupuesto de la organización.
"No voy a gastar el dinero de los contribuyentes en una organización que
quiere reintegrar a Cuba, que es una dictadura", considera Menéndez, de
origen cubano. Una resolución similar ha sido introducida en la Cámara
de Representantes por el republicano Connie Mack.
La Administración prefiere no recurrir a amenazas contra la OEA y confía
en que la iniciativa sobre Cuba sea retirada y relegada hasta mejor
oportunidad. José Miguel Insulza insistía este fin de semana en The New
York Times en que la eliminación de la cláusula de suspensión no supone
inmediatamente la aceptación de Cuba como un miembro más de pleno
derecho. Para Insulza, en esta batalla hay además un interés personal,
puesto que sus posibilidades de ser reelegido el próximo año al frente
de la OEA pueden, en gran medida, depender del manejo que haga de esta
situación. En su entrevista en EL PAÍS, Insulza afirmaba que no creía
concebible una nueva Cumbre de las Américas sin la participación de Cuba.
Para que el pronóstico de Insulza se cumpla será necesario que la
aproximación entre EE UU y Cuba alcance un ritmo mucho mayor del que
tiene desde la cumbre de Trinidad y Tobago.
EE UU maniobra para evitar el regreso de Cuba a la OEA · ELPAÍS.com (26
May 2009)
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