Posted on Tuesday, 12.02.08
By Por ANITA SNOW
The Associated Press
LA HABANA -- Barack Obama será el primer presidente estadounidense que
tiene cierta libertad para decidir si deja de lado las políticas de la
Guerra Fría hacia Cuba y la gente que está nombrando hace pensar que
dará pasos en esa dirección.
Obama dijo que apenas asuma el 20 de enero, levantará todas las
restricciones a los viajes para ver a familiares y al envío de remesas a
Cuba.
Afirmó al mismo tiempo que mantendrá el embargo impuesto hace cinco
décadas hasta que Cuba dé "pasos importantes hacia la democracia",
incluida la liberación de los 219 presos políticos que se piensa hay en
la isla.
Las relaciones entre ambos países están empantanadas desde hace medio
siglo, en el que no hubo acercamientos y cada uno esperó que el otro
hiciera concesiones primero.
La gran novedad es que Obama ha dicho que está dispuesto a hablar
personalmente con el presidente cubano Raúl Castro, quien ha expresado
en numerosas ocasiones que le interesaría negociar con Washington en un
terreno neutral, de igual a igual.
Esto ha hecho que muchos cubanos piensen que se está más cerca que nunca
de salir del pantano en que se encuentran las relaciones entre las dos
naciones.
"Lo que queremos es que los estadounidenses no nos sigan viendo como
enemigos", declaró Lázaro Medardo, un vendedor de flores de 68, mientras
empujaba su carrito por la vieja Habana. "No somos su enemigo".
Los cubano-estadounidenses han tenido reacciones encontradas a las
promesas de Obama. La mayoría votaron contra él en las elecciones, pero
Obama triunfó en la Florida. Por otro lado, la Florida no resultó un
estado vital para ganar la presidencia, lo que acabó con el mito de que
para llegar a la Casa Blanca es necesario tener el apoyo del exilio cubano.
"Obama tendrá mucha más libertad que Bush", declaró Daniel Erickson, de
la fundación Diálogo Interamericano, con sede en Washington. "No le debe
su éxito a los cubano-estadounidenses de la Florida".
Por ello, el nuevo presidente podrá tomar el rumbo que le parezca y, si
se lo propone, puede anular algunas políticas de George W. Bush de un
plumazo. Para levantar el embargo necesitaría el apoyo del Congreso,
algo que puede dar por descontado en vista de la mayoría que tienen los
demócratas en ambas cámaras legislativas.
Un nuevo enfoque de la política hacia Cuba, por otro lado, podría ayudar
a mejorar las relaciones con Latinoamérica en general, según un informe
de la Brookings Institution, que dice que la política hacia La Habana ha
perjudicado las posibilidades de Washington de trabajar
constructivamente con otros países de la región.
Varias figuras prominentes de la nueva administración están a favor de
unas relaciones más abiertas.
Como presidente de de la comisión de relaciones exteriores del Senado,
el vicepresidente electo Joe Biden pidió el restablecimiento del
servicio de correo con Cuba y que se suavizasen las restricciones a los
viajes de los cubanos a la isla.
La futura secretaria de estado, Hillary Rodman Clinton, no estuvo de
acuerdo en que el presidente de Estados Unidos hable con Raúl Castro,
pero dijo que respondería positivamente a las medidas que pueda tomar
Cuba que demuestren voluntad de cambio. Es de notar que su esposo, Bill
Clinton, alivió las restricciones a los viajes a la isla en 1999 y
permitió vuelos directos hacia La Habana desde Nueva York, Los Angles e
incluso Miami.
La candidata de Obama a embajadora ante las Naciones Unidas, Susan E.
Rice, ha promovido siempre una diplomacia multilateral y criticado las
medidas preventivas contra otros países. Habrá que ver qué hace cuando
las Naciones Unidas hagan su voto anual de condena al embargo, que
recibe apoyo casi unánime.
Rice ha dicho que Washington debe buscar un nuevo enfoque hacia Cuba,
"que promueva un cambio en la isla".
El nuevo secretario de comercio Bill Richardson ha tenido contactos con
los cubanos en el pasado.
En 1996, siendo legislador nacional, mantuvo una charla con Fidel Castro
en La Habana y logró la liberación de tres presos políticos cubanos.
Como embajador ante las Naciones Unidas, en 1997, conversó con el
ministro de relaciones exteriores cubano Roberto Robaina sobre acciones
terroristas contra la isla.
Richardson reemplazará a Carlos Gutiérrez, un cubano de nacimiento, muy
anticastrista, que fue uno de los presidentes de una comisión que
propuso planes secretos para promover una transición hacia la democracia
en Cuba. La Habana sostuvo que esa Comisión para la Asistencia a una
Cuba Libre creada por la Casa Blanca era parte de una campaña para
derrocar el gobierno cubano. Parece poco probable que la comisión
sobreviva en la nueva administración.
Otro cubano, el alcalde de Miami Manny Díaz, es candidato a la
secretaría de vivienda y desarrollo urbano. Díaz integró el equipo de
abogados que intentó infructuosamente lograr que el balserito Elián
González se quedase con familiares cubanos de Miami. Se le reconoce a
Díaz haber promovido una revitalización del centro de Miami.
En caso de ser nombrado, se encontrará en el gobierno con dos viejos
rivales en la batalla en torno a Elián González, incluido el secretario
de justicia Eric Holder, quien era el número dos en el Departamento de
Estado cuando las autoridades sacaron por la fuerza a Elián de la
vivienda de sus parientes de Miami y se lo entregaron a su padre, para
que se lo llevase de vuelta a Cuba.
Gregory Craig, quien fue abogado del padre de Elián, será el asesor
legal de la Casa Blanca.
Quienes están a favor del embargo temen que Obama haga demasiadas
concesiones a Cuba de entrada, sin esperar nada a cambio.
"Para que se levante el embargo o cualquier otra sanción, se tienen que
tomar ciertas medidas: respeto a los derechos humanos, la liberación de
todos los presos políticos y elecciones libres y democráticas", sostuvo
la conductora radial de Miami Ninoska Pérez en un artículo de opinión en
el diario USA Today. "El que tiene que cambiar es el régimen cubano, no
la política de Estados Unidos".
Los líderes cubanos, que consideran el embargo la causa de todos los
problemas que encara la isla, también se muestran escépticos.
"Sería sumamente ingenuo creer que las buenas intenciones de una persona
inteligente podrían cambiar lo que siglos de intereses y egoísmo han
creado. La historia humana demuestra otra cosa", expresó Fidel Castro en
un reciente artículo sobre Obama.
Pero el informe de esta semana preparado por personas que desempeñaron
prominentes cargos de gobierno recomienda medidas que van más allá de lo
que planteó Obama: permitir que los estadounidenses viajen a Cuba,
eliminar a Cuba de la lista del Departamento de Estado de países que
promueven el terrorismo y aumentar los contactos entre funcionarios de
Estados Unidos y Cuba.
Muchos cubanos piensan que Obama puede ser la persona indicada para
promover un cambio.
"Su forma de pensar es mas progresista", dijo Eduardo Betancourt, de 35
años, apoyado en su bicicleta en una plaza de la Vieja Habana. "No tengo
familia en Estados Unidos, pero muchos de mis amigos sí tienen y ellos
esperan que ahora van a verlos más".
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