Habla El General
En la entrevista con Sean Penn, Raúl Castro repite viejas historias
sobre las personas que luchan pacíficamente por la reconciliación y el
progreso nacional.
Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 05/12/2008
El general Raúl Castro brindó la primera entrevista a un extranjero,
desde su designación el 24 de febrero pasado al frente de los Consejos
de Estado y de Ministros, al famoso actor y director de cine
norteamericano Sean Penn, pocos días antes de la elección presidencial
en Estados Unidos.
La larga conversación, de unas siete horas —inusual por las
características del entrevistado, poco dado a hablar en demasía—,
aparecerá en la edición de la revista The Nation el próximo 15 de
diciembre, aunque fue adelantada por su autor en el sitio digital de la
publicación. El aspecto fundamental del prolongado contacto fue la
referencia de Raúl Castro a estar en disposición de entrevistarse con el
nuevo presidente Barack Obama, aunque indicó su deseo de que sea en un
"lugar neutral", para comenzar a solucionar el diferendo entre
Washington y La Habana.
Al respecto señaló: "Pienso que no sería justo que yo visite primero,
porque siempre son los presidentes latinoamericanos quienes van a
Estados Unidos. Pero también sería injusto esperar que el presidente de
Estados Unidos venga a Cuba… Quizás podríamos encontrarnos en Guantánamo".
En opinión del gobernante, el interés cubano en esas conversaciones
estaría centrado en el fin del embargo norteamericano, que ya dura
varios decenios, aunque no es menos cierto que se ha flexibilizado
enormemente en los últimos tiempos, para convertir a Estados Unidos en
el quinto socio de Cuba, en cuanto al comercio de bienes en 2007.
Ha sido muy importante la información aportada en la entrevista, por
primera vez, sobre los contactos regulares efectuados desde hace años
entre militares de ambas naciones relacionados con la base de
Guantánamo, lo cual demuestra un pragmatismo y apego a la realidad, por
parte del MINFAR y el Pentágono, superiores al comportamiento de otras
instituciones de ambos países, aisladas por la confrontación.
A su vez, los planteamientos de Raúl Castro, aunque sarcásticos,
contrastan con la dureza de las reiteradas "reflexiones" de su hermano
mayor, siempre cargadas de resentimiento y agresividad hacia el vecino
del norte. De todos modos, a pesar de que la propuesta puede
considerarse positiva, indudablemente conllevará un sólido trabajo
diplomático anterior, después de tantos años de crispación en las
relaciones bilaterales. Resultará necesaria una gran voluntad política y
contactos a distintos niveles para preparar esa cumbre tan beneficiosa
para ambas partes.
Mover ficha
Sin dudas, La Habana también tendría que dar pasos concretos, pues
aunque el nuevo presidente norteamericano quisiera celebrar esa reunión,
le sería muy difícil acometerla si las cárceles cubanas se mantuvieran
llenas de personas condenadas simplemente por emitir opiniones
políticas. Mucho menos podría ser resuelto el problema del embargo, que
no depende directamente del presidente, sino del Senado y la Cámara de
Representantes.
Lo más importante sería que comenzaran los movimientos por ambas partes,
como lo anunciado por Obama de cerrar la prisión de Guantánamo, lo cual
seguiría con el cumplimiento de la promesa preelectoral de permitir el
libre flujo hacia la Isla de los cubanoamericanos y el envío de ayuda
económica a familiares y amigos.
El objetivo sería establecer un clima de confianza, en un ambiente
tantos años enrarecido por la confrontación. Ello necesitará tiempo y
una apreciable carga de voluntad política, en momentos en que el nuevo
mandatario de Estados Unidos está presionado igualmente por muchos
problemas de gran envergadura.
Desafortunadamente, Raúl Castro repitió viejas y desacreditadas
historias sobre las personas que luchan pacíficamente en Cuba por la
reconciliación y el progreso nacional.
El general no debería olvidar que más del 25% de los reos políticos
cubanos han sido declarados prisioneros de conciencia por Amnistía
Internacional; ni que, concretamente, 55 integrantes de los 75 apresados
en marzo de 2003 son mantenidos en condiciones infrahumanas sólo por
señalar problemas semejantes a los mencionados por él en su discurso del
26 de julio de 2007 y en otras oportunidades.
En modo alguno se trata aquí de reclamar derechos de autor, puesto que
el reconocimiento de esos problemas por él tiene singular valor. Lo
importante es encontrar soluciones a la grave situación nacional. No
obstante, sus manifestaciones hacen aún más inocentes a quienes cumplen
injustas condenas.
http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/habla-el-general-137025
No comments:
Post a Comment