Cuba: Homosexualidad, historias de una madre
Por Dixie Edith
viernes 21 de noviembre de 2008, actualizado Noviembre 22, 2008
Sancti Spíritus, Cuba (Especial de SEMlac).- "Tienes que seguir, con la
frente muy alta, porque tú eres ante todo un ser humano". Ese fue el
consejo de la espirituana Magaly Hermoso Santos, de 43 años, a su hijo
Raulito, cuando este fue rechazado por ser homosexual, mientras
estudiaba el nivel medio superior.
"Hasta entonces, él no había tenido problemas en la escuela. En la
primaria nunca recibió rechazo ni de otros niños, ni de los maestros.
Raulito se llevaba bien con todo el mundo, siempre ha sido muy sociable,
muy conversador", contó a SEMlac Magaly, quien reside en Sancti
Spíritus, al centro de la isla.
"Tampoco tuvo problemas en la secundaria porque venía con su mismo grupo
de amigos desde muy pequeño. Los conflictos comenzaron cuando ingresó en
el tecnológico de contabilidad. Sufrió el maltrato de alumnos y de
algunos profesores. Lo empezaron a apartar", detalló.
Magaly Hermoso acudió varias veces a la escuela, hasta que una situación
con un profesor de Educación Física terminó en problemas mayores.
"Este maestro humilló a Raulito públicamente, lo botó de su clase. Dijo
delante de todos los alumnos palabras obscenas contra el muchacho y
contra mí misma. Incluso, desafió, fuera de la escuela, al que entonces
era mi esposo. Fui a conversar con la directora y con otras personas.
Finalmente, el profesor fue expulsado del tecnológico", relató.
Para ayudar a enfrentar situaciones como esas, Magaly Hermoso fue una de
las primeras madres que decidió acompañar a su hijo a las actividades
del Centro de orientación para jóvenes, adolescentes y la familia
(COJAV), de su provincia.
"Aquí vengo cada vez que puedo para respaldar a mi hijo y a sus amigos.
A veces, cuando ninguna mamá está, yo estoy con todos ellos", aseveró.
"Todavía hay personas en la calle que se creen más bárbaras que nadie y
ofenden a los homosexuales. Ya Raulito no me deja intervenir. Me dice:
'Mami, yo soy como soy y el que no quiera aceptarme, que no me mire'.
Pero a la gente hay que explicarle que estos muchachos son seres humanos
y no merecen ser maltratados".
Aprendizaje difícil
Aunque las leyes cubanas vigentes no contemplan sanciones abiertamente
homofóbicas, y desde hace varios años los sectores especializados de la
isla han promovido el concepto de la homosexualidad como una variante
más de la sexualidad, la comunidad homosexual cubana todavía vive bajo
la presión, por una cultura machista hegemónica muy arraigada en la
sociedad .
Probablemente por eso, la vida de Magaly Hermoso comenzó a cambiar
cuando su hijo mayor, Raulito, que hoy ya tiene 21 años, apenas contaba
con tres.
"Empezamos a descubrir que le gustaban mucho las muñecas, y las
gangarrias (bisuterías), como decimos las mujeres. Entonces tratamos de
quitarle aquellas inclinaciones. Le dábamos carritos, porque pensábamos
que con 3 años era muy pequeño para pensar y razonar", rememoró Hermoso.
A medida que fue pasando el tiempo, ya con cinco años, las preferencias
del niño hacia este tipo de juguetes se acentuaron y, tras varias
dificultades con su matrimonio, Hermoso terminó separándose del padre
del pequeño.
"Él empezó a ser un poco bruto con Raulito", precisó la madre
La reacción del padre de Raúl no es una novedad. Especialistas, como la
psicóloga Patricia Arés, vienen señalando, desde hace más de una década,
que la familia cubana evoluciona hacia vínculos más flexibles y
democráticos, pero reconocen que entre las áreas más resistentes al
cambio están los estereotipos sexistas tradicionales que ubican a
mujeres y hombres en mundos distintos, a veces irreconciliables.
En la misma época en que decidió su divorcio, Hermoso comenzó a llevar
al niño a consultas con psicólogos en el hospital pediátrico de Sancti
Spíritus.
"Allí participaba de una suerte de terapia de grupo, jugaba en un
saloncito con otros niños, y los especialistas confirmaron que se
inclinaba para los juegos de las niñas. Cuando ya tenía 8 ó 9 años
mandaron a buscar a su papá. En aquel momento yo no supe lo que
conversaron porque eso es confidencial, pero él comenzó a ver al niño de
otra manera", dijo Hermoso.
Cuando tuvo a su segundo hijo, ya esta mujer había roto un matrimonio y
había decidido ser un apoyo permanente para Raulito, ante cualquier
circunstancia. Quizás por eso, hoy relata con orgullo cómo son las
relaciones de los dos hermanos.
"Mi otro hijo es heterosexual, tiene 17 años y sale a pasear con su
novia y su hermano. Van juntos a fiestas, a discotecas; sus amistades se
mezclan y en mi casa siempre hay muchachos conversando, escuchando música".
Escollos
Hermoso cree que se ha avanzado bastante en cuanto a la aceptación
social hacia la diversidad sexual, pero aún queda camino por andar.
"De cuando yo tenía 15 años a hoy, que tengo 43, ha habido un cambio
fuerte, sobre todo entre los jóvenes. Pero aún se notan rasgos de
intolerancia, por ejemplo, en muchos centros de trabajo. A veces Raulito
ha llegado a un lugar a buscar trabajo y solo de verlo le han dicho que
no", reflexionó esta madre.
Para ella, la intolerancia y la discriminación se notan más cuando se
trata de una lesbiana. "Es como si ofendiera sólo por su imagen. Conozco
muchachitas así, que sus padres las han rechazado, como si fueran
bestias, y han tenido que pedir un pedacito de cuarto para vivir en casa
de otros familiares".
Proyectos de aceptación hacia la diversidad sexual como el que promueve
el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), están encaminados a
evitar situaciones como esas.
El CENESEX facilita ayuda especializada a estas personas, no para
corregir su opción sexual, sino para ayudarles a asumirla, a encontrar
la comprensión de la familia, o darle herramientas para prevenir las
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) o el VIH/sida.
En casos como los de los transexuales, también se ocupa de hacer las
gestiones ante las autoridades para un cambio de identidad.
Esta posición sobre la diversidad sexual empieza, poco a poco, a ser
introducida en los textos escolares cubanos, a partir de la enseñanza
secundaria, y en la preparación de los profesionales de los sectores de
la educación y la medicina.
Pero, según esta madre espirituana, no es suficiente: "La televisión y
la radio deben ocuparse con seriedad de estos temas, porque ellos forman
conductas en la gente. Hay que entrevistar a homosexuales, a lesbianas,
a transexuales; que cuenten sus experiencias para que la gente sepa por
lo que pasan y aprenda a respetar", opinó Hermoso.
"Pero el tratamiento tiene que ser serio. Los homosexuales de la
televisión no pueden ser más los buenos de las telenovelas, ni los
personajes sobre los que hacen chistes los humoristas. Así nunca se va a
ganar el respeto", precisó.
ROTATIVO de Querétaro
http://rotativo.com.mx/nacionales/cuba_homosexualidad_historias_de_una_madre/386,33,9412,html
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