2008-12-23.
Wilfredo Vallín Almeida, Licenciado en Derecho, Asociación Jurídica Cubana
General Abelardo Colomé Ibarra
Ministro del Interior
Sr. Ministro:
A partir del día 10 próximo pasado y hasta hoy, el que suscribe ha
recibido la visita de numerosas personas que, de una u otra forma,
tuvieron que ver con los acontecimientos del parque Villalón en la ya
reiterada marcha en celebración del Día Internacional de los Derechos
Humanos que un grupo de compatriotas suele realizar.
Habiendo escuchado con atención a estas personas entre las que hay
algunas mujeres, he llegado a algunas conclusiones que me han parecido
pertinentes exponer a usted y al resto de nuestros conciudadanos.
En primer lugar, a contrario sensu de lo ocurrido en años anteriores en
esta fecha y lugar, es decir, de la brutalidad desatada contra personas
desarmadas e indefensas, en esta ocasión las fuerzas policiales
uniformadas y no uniformadas se comportaron de forma irreprochable en el
trato dado durante la detención, conducción y estadía de estos
ciudadanos en las estaciones de policía donde se retuvieron para ser
luego liberados y, en ocasiones, hasta devueltos a sus hogares en los
vehículos de la policía, horas más tarde.
Esa actitud sÍ se corresponde con el pensamiento del más grande de todos
nosotros: "Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el
culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre". Salvo en algún
caso puntual, ese fue el actuar general de sus hombres. Para Ud., pues,
nuestro reconocimiento.
En el segundo aspecto de este asunto, no puedo, desgraciadamente,
expresar el mismo beneplácito. Este año, si bien en las condiciones
antes expresadas, volvieron a detenerse, esta vez a un grupo mucho
mayor, de personas mientras en el Palacio de Convenciones se efectuaba
un taller en celebración de tan magna fecha.
La detención de una persona, como sé que Ud. conoce, procede únicamente
cuando se sospecha (y no someramente) de la comisión de un delito.
Detener a alguien cuando no se ha violado la ley en ningún sentido
constituye un acto arbitrario y que en nuestro caso, no se justifica de
ninguna manera a la luz de lo expresado por el canciller Pérez Roque en
el diario Juventud Rebelde de fecha viernes 29 de febrero de 2008:
"El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, dijo
este jueves que la firma de los Pactos de Derechos Humanos responde a
una decisión soberana de un gobierno que nunca ha actuado bajo presión…
Añade que la Constitución de Cuba y su legislación consagran los
derechos protegidos por esos Pactos y que las políticas y programas del
Estado cubano garantizan la efectiva realización y protección de esos
derechos para todos los cubanos."
Sólo en los casos de excepción pudieran desconocerse los derechos que la
Ley otorga a los ciudadanos y, que sepamos, ese estado no ha sido decretado.
Según se nos enseñó en los recintos universitarios, "el cumplimiento de
la Ley es obligatorio para todos": nunca se nos dijo que el Ministerio
del Interior constituyera una excepción. Por otra parte, si procede la
exigencia de la observancia de las leyes a los ciudadanos, esa exigencia
se dobla en el caso de las autoridades por lo que implica la fuerza del
ejemplo.
Me placería sobremanera, como lo fue en la primera parte de esta carta,
poder constatar en una próxima oportunidad, que en este segundo aspecto
de la triada ciudadanía-Derecho- autoridades el Ministerio del Interior,
del cual es usted la máxima representación, se torna, cada vez más,
garante de los derechos ciudadanos.
De Ud. respetuosa y atentamente,
Wilfredo Vallín Almeida
Licenciado en Derecho
Asociación Jurídica Cubana
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=18620
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