Sunday, October 12, 2008

LLAMAMIENTO GENERAL AL PUEBLO DE CUBA

MOVIMIENTO CUBANO DE JÓVENES POR LA DEMOCRACIA (MCJD)PROMOTOR FUNDADOR
DE LOS PROGRAMAS CUBANOS "UNIVERSITARIOS SIN FRONTERAS" y "AUTONOMIA
UNIVERSITARIA"

LLAMAMIENTO GENERAL AL PUEBLO DE CUBA

Por Néstor Rodríguez Lobaina *
Distribuye:
Puente Informativo
de Angélica Mora
Analista
Especial para La Nueva Cuba
Nueva York/Cuba
La Nueva Cuba
Octubre 11, 2008

El Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia (MCJD), en apreciada
atribución concedida por ley para solicitar atención gubernamental, hace
un llamamiento de solidaridad a todas las organizaciones, instituciones,
asociaciones, gremios, grupos civilistas y pueblo en general para
demandar a las autoridades regentes de la República de Cuba, la
realización de una consulta popular destinada a legalizar por
participación directa y secreta, de todas las personas con derecho a
voto, la propuesta unipartidista de elevar en cinco años, la edad de
jubilación de todos los trabajadores cubanos.

La forzada estatización de la sociedad cubana, impuesta por la dictadura
Castrista como utilitario recurso de control y domesticación nacional
determinó en la supresión de las libertades y derechos siempre tenidos
por el pueblo cubano, para trabajar y desarrollar bienes patrimoniales a
la nación, y de manera particular al hombre que es la más preciada
riqueza de toda justa nación, por su natural condición humana y por
constituir éste, el principal creador de obras y medios de fomento
productivo, bienestar y mejoramiento de la calidad de vida de toda
sociedad libre y plural. A la mutilación de la gestión productiva se
fueron sumando las degenerativas formas de estructuración social basadas
en la formación de un Estado policial y represivo, donde el hombre queda
reducido a la absurda e ilegitima condición de serviles fámulos, prestos
a cumplir por coerción y miedo las imperativas ordenanzas que del
tiránico poder dimanan.

Atrapado en la incapacidad para producir alimentos, bienes de consumo y
progresos compartidos al alcance de todos los cubanos por igual, yace en
irreversible coma el régimen, que no cae, porque no cae lo que repta y
chupa. Luego de ser canceladas las millonarias sumas de dinero y
recursos provenientes de la ex URSS y demás suministradores del extinto
campo socialista, con lo cual el Castrismo pudo sostener aparentemente
abastecida la engañosa vitrina del Socialismo, la nación cubana entró en
una acelerada espiral decreciente de rayana simetría con la más
carencial indigencia económica y moral, nunca antes padecida. El período
más especial, para una parcela partidista siempre bajo la atemorizada
supervivencia en alimentos y medios de subsistencia determinó en asumir
la mendicidad como un glorificado arte gubernamental, hasta que la
urgida alianza con Chávez permitió asirse de un nuevo pezón nutricio,
donde extraer para luego vender, las ricas sustancias petrolíferas con
las que se pretende resucitar la fósil gerontocracia partidista cubana
aferrada al poder como las acéfalas ostras a los corales.

Como consecuencia del coactamiento ciudadano y la ineptitud del aparato
dominante para concretar planes y programas productivos, los que se
reciclaban artificiosamente en otros igualmente fracasados intentos, que
únicamente han servido para enmascarar la nulidad y descalificación de
sus dilapidantes administradores, la nación cubana zozobra en la
absoluta precarizad económica con forzada afectación en la población
cubana sumida permanentemente en la escasez, la penuria y la agónica
certeza de estar atrapados dentro de un tenebroso sistema carcelario,
donde sus vidas no son más que simples elementos estadísticos puestos a
disposición del régimen, que a su pleno antojo las manipula, controla y
esquilma.

La usurpación del poder, la creación de un sistema de estilo fascista y
policial, la eliminación de todos los contrarios y divergentes, la
confirmación de estructuras paramilitares destinadas para sofocar
cualquier intento redentor, la mutilación de la potencialidad productiva
de las personas, la impuesta condición de vivir siempre al límite de la
supervivencia social, la incapacidad para que las personas aspiren y
logren propuestas personales, el estado de confrontación y beligerancia,
el alucinado escenario tribunesco, el lenguaje acusativo y procaz, la
violencia, la droga y el vicio, la doble moral como escudo, el
voluntarismo como atrofia; y tantos y tantos programas de control y
manipulación del pensar y la conducta, que pierden en la idiótica
idolatría, a toda una perdida generación de cubanos y cubanas sumidos en
la durable privación por causa de un régimen de fuerza que les niega al
pueblo la capacidad de crear y producir para todos y para el bien de todos.

Dentro de las extremas condiciones de vida inmanentemente transcurre la
penosa existencia de la familia cubana. La mujer, como fuente matriz del
desarrollo demográfico y centro de responsabilidad de los quehaceres
domésticos, permanece sometida a las mayores vicisitudes para poder
garantizar estas elementales funciones de género, cuando tiene que
hacerlo impuestas a condiciones de casi imposible soluciones. El acceso
al estudio, al trabajo y el reconocimiento social en igualdad de
condiciones a la de los hombres grava sobre ellas la enorme carga, de
tenerlas que enfrentar y resolver en medio de abrumadoras circunstancias
que parten, del nada favorable igualitarismo, con que se ha pretendido
en el socialismo explotar a la mujer como un medio básico más de
trabajo, al beneficio del poder que les arrebata las esencias más
preciadas de su noble cualidad femenina.

Para justificar el alargamiento de la explotación laboral a cinco años
más, la dirección regente en Cuba, culpa a la familia cubana de un
notable decrecimiento de la natalidad, que envejece la sociedad y pone
en peligro la relación regenerativa demográfica del país. Así, emerge
cínica, la actitud del régimen pretendiendo victimar en sacrificio
partidista a la familia en Cuba, que durante cincuenta años ha sufrido y
arrastrado la notoria incapacidad del impuesto sistema para producir y
crear condiciones favorables a todos los componentes sociales de la
nación sometidos a vivir, como en un campo militar, al límite de la
resistencia en una aplicada denigrante estrategia de control conductual.

La familia cubana, impuesta a vivir en el escenario de una escalofriante
obra de descarnado existencialismo subsistente, no puede, como bien
quieren y esperan todas las personas unirse y multiplicarse en propio
regocijo y provecho de la sociedad; pero para eso, sus gobiernos tienen
el deber de garantizar las favorables formas de convivencia y
protección. La familia cubana viviendo en agravada condición de
generalizado hacinamiento o derruidas viviendas; y por demás, carentes y
prohibidas de hacerlas o adquirirlas no puede pensar en multiplicarse,
para condenar a sus hijos a vivir en la penuria de un cubil como morada,
o a la espera de un sorpresivo desalojo policial.

Castigar a servir por más tiempo de tiranizada labor a la familia
cubana, en reprimida culpa por mostrar una baja tasa de nacimientos está
esencialmente demostrando la incapacidad del sistema para emprender
renovante medidas destinadas a liberar al hombre y al mercado nacional
del rígido tutelaje partidista utilizado para mantener sometido y
totalmente dependiente al pueblo de las estrictas ordenanzas que el
poder impone. La inmovilidad como recurso de control estatal continúa
desmintiendo las anunciadas medidas expresadas por las máximas
autoridades del régimen, en claro temor de no poder soportar o quedar
superado por un proceso liberador nacional, de notorios resultados
económicos personales.

Para nadie es un secreto en Cuba, menos para el aparato político militar
que rige y supervisa policialmente la vida de cada cubano, que la mujer
no pare en Cuba, según su anhelado deseo porque no tiene una vivienda
digna, confortable y segura donde criar a sus hijos. La mujer no pare en
Cuba, porque el régimen es incapaz de garantizar el imprescindible
alimento para nutrir a sus hijos. La mujer no pare en Cuba, porque no
existe transporte para llevarla adecuadamente al trabajo donde se vende
su fuerza de trabajo por unos miserables pesos de pancartas. La mujer no
pare en Cuba porque no tiene quien le cuide los niños, porque le precio
de la electricidad es una vergüenza nacional, La mujer no pare en Cuba,
porque Cuba es el único país del mundo donde funcionan dos monedas,
-destinadas a robar a los trabajadores-, una como pago y otra como medio
de adquisición de productos y bienes; y es bien sabido que el dinero que
recibe como bono de pago salarial no alcanza en lo más mínimo, para
luego obtener los impuestos CUC o chavitos, en los cuales obligadamente
tiene que cambiar su disminuida paga para poder comprar ropas, calzado,
y todo lo que necesitan los niños y las personas en utilidad
existencial, cuando un CUC es igual a veinticinco pesos recibido como
pago La mujer no pare en Cuba porque definitivamente no quieren castigar
a sus hijos dentro de la precaridad que el régimen les obligó a ellas a
supervivir.

El llamamiento del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia a
todas las organizaciones, instituciones, movimientos, asociaciones,
gremios y personas de la sociedad civil a exigir un referendo nacional,
con voto secreto y directo, destinado a legislar constitucionalmente la
propuesta gubernamental de elevar a cinco años la edad de jubilación
laboral en Cuba debe atenderse y apoyarse como una evidente expresión de
civilidad y compromisos compartidos, en bien de todos y para el bien y
destino de la familia cubana; intentar comparar la situación de Cuba con
otras naciones desarrolladas para tal aplicación es una desvergonzada
postura, de quienes desde el poder que infamantemente detentan, apenas
pueden exhibir hoy, ni los resultados económicos y productivos que tenia
Cuba, cuando traicionando pactos y compromisos usurparon el poder.

Pretender exprimir nuestras vidas hasta las últimas vitalidades es una
manifiesta expresión del carácter explotados del anquilosado régimen,
negado a liberar a los cubanos de los hierros que impiden la plena
libertad y la iniciativa privada, que son las mejores fuentes de riqueza
y prosperidad nacional. Cubanos y cubanas, la unión en la diversidad
para salvar el futuro común es un imperativo que nadie puede eludir.


* Néstor Rodríguez Lobaina, Presidente del Movimiento Cubano de Jóvenes
por la Democracia (MCJD) Promotor inicial de los Proyectos
"Universitarios sin Fronteras" y "Autonomía Universitaria"


http://www.lanuevacuba.com/archivo/nestor-rodriguez-lobaina-5.htm

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