Saturday, May 03, 2008

Raúl Castro se consolida

Raúl Castro se consolida

Miriam Leiva

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Que Raúl Castro ha tenido
tiempo suficiente para prepararse a asumir el poder, es incontestable.
Tuvo que esperar 47 años para alcanzar la provisionalidad y un año 9
meses antes de lograr la consolidación. Pero no parece posible que en
Cuba vuelva a existir un mando personal absoluto.

Contó desde pequeño con un hermano decidido a obtener sus objetivos,
quien gobernó Cuba sin limitaciones e influyó en la política
internacional, ya fuera en América Latina y África o poniendo el mundo
al borde de una confrontación nuclear. Fidel Castro movió al pueblo
cubano y mantuvo el ardor en Europa y Estados Unidos.

Sus cálculos sagaces fueron destruidos por la corrosión de la Unión
Soviética. Andropov lo comprendió, Gorvachov ejecutó, y ambos se
proponían reformas para preservar el sistema. Hubo que abandonar la
imposición militar en los países del "socialismo real", que se
independizaron, sucumbió Moscú con Boris Yeltsin y se desmembró la URSS.

Cuando cesó el oroducto y el sostenimiento militar, la economía y los
aliados se desvanecieron para Cuba. Fue la mayor oportunidad tras
bambalinas de Raúl Castro para poder liberalizar tímidamente, lograr el
auge del turismo, el trabajo por cuenta propia y la agricultura. Pero
en cuanto llegó al poder en Venezuela el discípulo Chávez, tallado
cuidadosamente durante años, se garantizaron el oleoducto y los
petrodólares. El envío de médicos y maestros solidarios y
propagandistas, se tornó una lucrativa exportación neta. Vuelta a la
tuerca para los isleños y atrás todo viso de independencia económica.

Hasta el perfeccionamiento empresarial aplicado fuera de la industria
militar fue paralizado. La caída en picado de la sociedad cubana resultó
imparable; la destrucción económica y material continúo carcomiendo
hasta los valores espirituales de quienes habían sido convencidos
soportes del régimen y sus descendientes, generaciones criadas en la
doble moral y las ilusiones perdidas.

La ley de la vida se impuso un trágico día. El comandante en jefe casi
muere, y sólo una semana después de la urgente operación se anunció al
pueblo su gravedad y pronóstico reservado. Comenzó ese 31 de julio de
2006 la provisionalidad o interinato de Raúl Castro y su equipo de
militares, el soporte de un poder que parecía nunca podrían ejercer. Se
apreciaban movimientos de las fuerzas armadas, agentes de la Seguridad
del Estado, informantes y los Comités de Defensa de la Revolución por
todas partes, mientras el pueblo estaba expectante.

Indudablemente, lograron impresionar a la comunidad internacional, crear
incertidumbre sobre el derrotero que tomarían ante el probable
fallecimiento de Fidel Castro y estimular ansiedad por mantener buenas
relaciones con los probables nuevos dirigentes.

Transcurrió más de año sin que las medidas auguradas por Raúl Castro
llegaran. Todo parecía indicar que se desarrollaban contradicciones y
acomodo de posiciones entre los talibanes aferrados al poder y quienes
debían afianzarse. El General llamó al pueblo a discutir su discurso
del 26 de julio de 2007 y plantear críticas y sugerencias en el momento
y el lugar oportunos. Por entonces, la gente ya perdía nuevamente las
esperanzas de que comenzara algún cambio.

La consolidación fue lenta y a paso firme. La marcha de las antorchas
en enero de 2008, guiada por Raúl con miles de jóvenes universitarios
alrededor, mostraba el despegue. La Asamblea Nacional lo aclamó
Presidente de los Consejos de Estado y Ministros, él desplazó de la
proximidad al Comandante con la aprobación de que sería únicamente quien
tuviera la comunicación directa para los asuntos de gran importancia, y
estableció un Consejo de Estado con personas muy allegadas a ambos, pero
sobre todo antiguos pilares de su Segundo Frente durante la insurrección
y posteriormente.

Este 28 de abril sorprendió a la población el anuncio en el noticiero de
televisión sobre la realización de un pleno del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba, pues desde hacía mucho tiempo no se
realizaba. El Segundo Secretario del Partido desde esa reunión sólo lo
será nominalmente hasta el VI Congreso acordado para finales de 2009,
pues el mismo Raúl Castro expresó que "la provisionalidad ha concluido"
y que Fidel se mantendría como "guía ideológico". Se destaca su
referencia a las decisiones adoptadas por él conforme a las facultades
que le confieren la Ley al nombrar a José Ramón Fernández como
vicepresidente del gobierno a cargo de la educación incluyendo las
escuelas militares y el deporte, así como las decisiones del Pleno de
incorporar tres nuevos miembros al Buró Político: Ramiro Valdés,
Salvador Valdés Mesa y el General de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera.

Sin embargo, de la mayor importancia es la Comisión del Buró Político
integrada por Raúl Castro, José Ramón Machado Ventura, Juan Almeida
Bosque, Abelardo Colomé Ibarra, Carlos Lage, Esteban Lazo y Julio Casas
Regueiro, quienes son también presidente, primer presidente y
vicepresidentes del Consejo de Estado, para hacer "más operativo y
funcional el proceso de toma de decisiones que requieran un rápido
tratamiento y al mismo tiempo permitan una evaluación colectiva". Es el
poder consolidado para ejercer el mando y aplicar las medidas.

Se redondea el mando sobre el partido con las siete comisiones
permanentes ejercidas por los secretarios del Comité Central y
subordinadas al Buró Político, y puede preverse el anuncio del nuevo
Consejo de Ministro o la remoción paulatina muy probablemente con
personas vinculadas a los equipos de trabajo de Raúl Castro.

Aunque dentro y fuera se comenta con mucha fuerza que no ha habido
renovación, sino consolidación de los ancianos históricos, debe
suponerse que promuevan el reemplazo generacional respondiendo a
sinceridad, honestidad y conocimientos. Es una oportunidad única para
que en el ocaso de sus vidas comiencen la recomposición de Cuba con la
participación de todos.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/may08/02cronica1.html

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