Friday, April 04, 2008

Cuito Cuanavale 20 años después (I)

4 de abril de 2008

Cuito Cuanavale 20 años después (I)

Luis Cino

LA HABANA, Cuba, www.cubanet.org) - La Cuba oficial acaba de celebrar
varios meses por adelantado el aniversario 20 de la batalla de Cuito
Cuanavale. La batalla es considerada decisiva por el gobierno cubano, no
sólo en la guerra que sostuvo en Angola durante 13 años, sino también
en la eliminación del apartheid.

Se pensaba que el momento definitivo de esa campaña fue el ataque de
los Migs 23 cubanos contra las posiciones sudafricanas en Calueque y
Rucaná, cerca de la frontera con Namibia, el 28 de julio de 1988. Pero
este año, el gobierno cubano escogió para la conmemoración los
encarnizados combates de los días 23 y 24 de marzo, cuando el destino de
la campaña empezó a inclinarse a su favor.

Según lo explica Cuba, contra el bolsón de resistencia establecido en
Cuito Cuanavale por órdenes del propio Fidel Castro desde La Habana, se
estrelló, en 1988, una ofensiva sudafricana de 9 000 soldados, más de
300 tanques, 600 piezas de artillería y aviación.

A fines de los 80, la versión oficial cubana fue aceptada sin mayor
novedad. A causa del apartheid, el gobierno sudafricano estaba aislado
internacionalmente y carecía de credibilidad. Las dos décadas
transcurridas y los archivos desclasificados han puesto lo ocurrido en
Cuito Cuanavale en una dimensión que no coincide exactamente con la
versión cubana.

El objetivo sudafricano no fue nunca tomar Cuito Cuanavale, una pequeña
ciudad de la provincia de Cuando Cubango, en el sudeste de Angola. Su
interés estratégico era garantizar que sus aliados de la UNITA
controlaran la frontera con Namibia. Así impedirían los ataques de los
guerrilleros de la SWAPO, que era apoyada por Cuba y el gobierno angolano.

Cuito Cuanavale se hizo importante para los sudafricanos en agosto de
1987. Desde ella, las FAPLA, bajo la dirección del general soviético
Konstantinov y con el apoyo de la aviación cubana, lanzaron una ofensiva
sobre el río Lomba. Su objetivo era expulsar a la UNITA de sus
bastiones en las ciudades de Jamba y Mavinga.

La ofensiva del ejército gubernamental angolano motivó que el ejército
sudafricano acudiera en auxilio de sus aliados de la UNITA. La ofensiva
de las FAPLA, dirigida por los soviéticos, fracasó estrepitosamente y
deterioró de modo dramático la situación de las fuerzas cubanas en Angola.

Fidel Castro se opuso a la ofensiva contra el Lomba desde que se
planificó. En una carta a Gorbachov del primero de diciembre de 1987,
desclasificada recientemente por el gobierno cubano, Castro
responsabiliza del desastre "a los asesores soviéticos que se empeñaron
en lanzar las tropas angolanas a una ofensiva en profundidad hacia las
apartadas regiones del sureste del país".

Fidel Castro respondió al desesperado pedido de ayuda del gobierno
angolano con la "Operación XXXI Aniversario de las FAR", y envío a
Angola de 500 tanques, cientos de piezas de artillería, aviones y 50 000
soldados. El 5 de diciembre de 1987, los refuerzos ya estaban
desplegados en Cuito Cuanavale.

En la carta a Gorbachov, Fidel Castro se negó a la petición soviética de
presentar ante los norteamericanos el reforzamiento cubano en Angola
como "un relevo de personal". En su lugar, argumentó que "la abierta
intervención sudafricana creó una situación militar peligrosa que obligó
a Cuba a una acción absolutamente defensiva".

Entre diciembre de 1987 y febrero de 1988, Fidel Castro, en su puesto de
mando en La Habana desde donde dirigía las operaciones, no recibió
noticias favorables a sus armas. La primera no llegó hasta mediados de
febrero, cuando las fuerzas cubanas y de las FAPLA lograron contener a
los sudafricanos en el río Tumpo, 22 kilómetros al este de Cuito Cuanavale.

Desde las alturas de Chambinga, los sudafricanos sometieron durante
semanas a la asediada Cuito Cuanavale al mortífero fuego de los cañones
G-5. Los disparos eran guiados por miembros de las fuerzas especiales
apostados en los bosques que rodeaban la ciudad.

La artillería sudafricana logró destruir el aeropuerto de Cuito
Cuanavale. Los Migs 23 cubanos se vieron obligados a trasladar su base
175 kilómetros al oeste.

El fuego artillero era una de las pocas cosas en que Sudáfrica
aventajaba a los cubanos. La versión cubana exagera la magnitud de las
fuerzas sudafricanas.

Sin contar a los cubanos, los soldados de las FAPLA sobrepasaban 4 a 1 a
los sudafricanos. El Batallón Mecanizado 61, con varios tanques Leopard
y 55 blindados Ratel fue la única unidad convencional del ejército
sudafricano que participó en la campaña.

El peso de la infantería recayó en el batallón 32 Búfalo, integrado por
angolanos del diezmado FNLA de Holden Roberto, que comandaban oficiales
sudafricanos.

El gobierno cubano reclama como una victoria la enconada resistencia que
ofrecieron sus soldados y los de las FAPLA, encerrados durante meses en
el perímetro defensivo de Cuito Cuanavale.

Por su parte, los sudafricanos alegan que su objetivo no era tomar la
ciudad, sino impedir que fuera aplastada la UNITA. En 13 años de guerra,
los mejores generales cubanos no lograron aniquilar a los más de 30 000
insurgentes de Jonás Savimbi.

Tampoco Sudáfrica pudo impedir la independencia de Namibia. Sólo que no
la liberaron las fuerzas cubanas y de la SWAPO, sino que fue uno de los
resultados de los acuerdos cuatripartitos de paz de New York.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/abril08/04cronica1.html

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