2008-04-25.
Oswaldo Yáñez, Periodista Independiente
Ciudad de La Habana. A veinticuatro de abril del año de la inminente
Libertad para todos los Cubanos.- Las Damas de Blanco volverán a marchar
este Domingo desde la Iglesia de Santa Rita, gladiolo en mano y pidiendo
libertad para los presos políticos, un acto de repudio y una comitiva de
la Sección 21 de la Seguridad del Estado les esperan, ha llegado el
momento de ponerse con la manga la codo para apoyarlas, todas las
mujeres que puedan deberían acudir y acompañarlas.
Ha sido unánime la condena al repugnante atropello de sus derechos que
se cometió contra ellas cuando querían entregarle una misiva al Ministro
del Interior, con copia para el Dos, en la que solicitaban la libertad
para sus familiares; tanto dentro del archipiélago como en el exterior,
los mensajes de solidaridad han sido incontables.
Compatriotas, el movimiento se demuestra andando, si todos son
solidarios con ellas no hay ningún motivo para que el domingo no se
vistan de blanco y las acompañen en su caminata, las mujeres claro,
ellas lo prefieren así.
Desde las turistas, que ocasionalmente nos visitan, a las integrantes
femeninas de todos los grupos de oposición, que el desgobierno cubano no
reconce y el resto de cubanas de bien, tienen una cita insoslayable en
la Iglesia de Santa Rita.
Quizás en el siglo XXI, al que podemos calificar sin dudarlo, el siglo
de la mujer, sean estas las llamadas a protagonizar los avances
necesarios en el reconocimiento de las libertades que la gerontocracia
castrista ha sido incapaz de contemplar y mucho menos de aceptar.
El generalato verdeolivo no solo es machista en cuanto a elegir a las
trabajadoras de sus empresas, sino que llega a unos extremos
insospechados a la hora de reprimir a las disidentes. Existen
testimonios, de extrema dureza, de cubanas que han sido vejadas de una
ignominiosa forma solo por el hecho de ser hembras y de querer la
democracia para su patria. En la villa, la tristemente conocida Villa
Marista, se producen episodios que harían sonrojar de ira al más calmado.
El burdo intento de manipular las voluntades de las Damas no ha tenido
éxito. La pretensión de relacionarlas con una congresista americana solo
ha puesto de manifiesto que el régimen castrista espía a sus ciudadanos
y que manipula a voluntad las informaciones.
Calificar de mercenarias a las Damas de Blanco más que un insulto parece
un acto de deseperación. Los mismos que mendigan su prebenda habitual al
generalato para poder mantenerse, los que mienten para conservar su
puesto de trabajo, los que hacen cualquier cosa para defender al
moribundo régimen, las insultan y proclaman a los cuatro vientos que van
contra la patria.
Nadie les cree, primero porque no van como ellos en carro particular y
segundo porque no se ven las fulas que ellos manejan en las tristes
jabas de ellas. Historicamente los castristas si que han vendido su
patria por un puñado de dólares, desde los kopecs a los petrodolares
chavistas, todo les ha parecido bien con tal de poder perpetuarse en el
poder, nadie hay más traidor a la patria y a sus orígenes que un castrista.
Por todo ello espero que escuchen este llamado, el acto de repudio y los
instrumentos para la represión están preparados, solo espero que en
estos duros momentos, en los que la salud de varios presos políticos
pende de un hilo, no abandonemos a su suerte a las Damas.
Espero que la prensa internacional no padezca una repentina epidemia de
domingo y acuda a la cita, es su trabajo, espero que su conciencia les
permita realizarlo porque su ausencia sería injustificable, tanto para
propios como para extraños.
Si todos estamos de acuerdo en que la libertad de los presos políticos
es lo primero obremos por tanto en consecuencia. No les pido que dejen
solas a sus mujeres, el que quiera puede ser testigo, desde una
prudencial distancia, de la caminata. Yo estaré allí, me verán bajo mi
cobertura habitual y no me conocerán, pero allí estaré…
Espero que para poder narrar luego que la marcha se desarrolló sin
incidentes y que se recepcionó la carta en la que se solicita la
inmediata e incondiconal liberación, sin destierro, de los presos
políticos y de conciencia.
Hoy me parece oportuno acabar con una frase del prócer, injustamente
secuestrado por el castrismo:
"La mordaza que se pone en boca ajena se vuelve esposas para las propias
manos".
José Martí.
P.S.: Iglesia de Santa Rita. Quinta Avenida esquina a 26, Reparto Miramar.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15052
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