Friday, August 10, 2007

Teleguayaba

Comunicación
Teleguayaba

Ni el último engendro de antena casera resulta suficiente para alcanzar
las señales de TV Martí.

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José Hugo Fernández, La Habana

viernes 10 de agosto de 2007 6:00:00

Como aquella mosca de la fábula, que al estar posada sobre los tarros
del buey creyó que araba, los peripatéticos patrocinadores de Tele Martí
celebran el hecho de que al fin —dicen— ésta se esté viendo en la Isla,
aunque sea a través del canal mexicano TV Azteca, que emite en español
desde Miami.

De cualquier modo, siguen perdidos en el llano, ya que para acceder a TV
Azteca se precisa aquí del servicio clandestino por satélite, y pueden
contarse con los dedos de una mano los que disponen de dinero para pagar
ese servicio, pero aun entre ellos son todavía menos los que están
dispuestos a gastarse sus luchados chavitos en el aburrimiento que les
brinda TV Martí.

Sin embargo, no todo ha sido pérdida. Para los pícaros al menos, no sólo
los de la otra orilla, sino también los de La Habana, que saben sacar
hasta de donde no hay.

Ahora está a la venta, sobre todo en los barrios de la periferia
capitalina, el último engendro de antena casera, ideado especialmente
—dicen— para captar TV Martí "al pecho", o sea, sin que sea necesario el
satélite, tal y como se accede a la Mesa Redonda o al culebrón de turno,
que son uno los tres.

Consiste esta antena en una aparatosa armazón de tubos y varillas
metálicas, cuya notabilidad (física), si bien no resulta suficiente para
alcanzar las señales del avión que, según comentan desde allá, está
logrando burlar la interferencia del régimen, tal vez alcance para que
la policía mantenga en la mirilla a sus usuarios.

Y todo por la suma de 10 pesos convertibles (cuc), que representa un
precio módico si lo comparamos con el satélite de marras, cuya antena se
cotiza entre 500 y 700, de acuerdo con la generación a que pertenezca,
además de los 120 que vale la tarjeta de acceso, la cual debe ser
renovada periódicamente, y los 25 cuc que hay que pagarle cada mes a
quien atiende el servicio.

Enormes, refulgentes, encandiladoras, igual que las cadenas con medallas
de la Caridad del Cobre que suele traer a Cuba en sus visitas cierto
tipo de compatriota miamense, estas nuevas antenas caseras, más que para
acercarnos las imágenes de la libertad, parecen concebidas para mostrar
un adelanto de lo caro y lo engañoso y lo difícil que pueden salir
nuestros deseos de confrontarlas.

¿Será que están siendo diseñadas (como operativo para desestimularnos)
en los talleres de la Seguridad del Estado? No las medallas, sino las
antenas.

No habría por qué ponerlo en duda, ya que todo cuanto nos revelan
mediante la pantalla no pasa nunca de ser nebulosa y lloviznita. Y para
eso en días excepcionales, con el cielo despejado y contando con nuestra
mejor disposición, nuestra paciencia y nuestra buena vista.

Ciertamente fue José Martí quien nos advirtió que en política "lo real
es lo que no se ve". Pero tampoco hay que tomarlo tan al pie de la
letra. Y si no, que lo diga la gente de a pie, o sea, casi toda la gente
en nuestra Isla, que justo por estos días ha cambiado el nombre de TV
Martí por el de TELEGUAYABA.

Tal vez este nuevo bautizo no obedezca a un arranque de espíritu
justiciero, porque ya ni para eso nos está alcanzando el ánimo. Además,
para el caso ni siquiera sería menester hacer justicia. La justicia se
hace sola. También lo dejó dicho otro santo: "Nomina sunt consequentia
rerum" (los nombres derivan de las cosas).

http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/teleguayaba/(gnews)/1186718400

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