Agencias
martes 31 de julio de 2007 12:55:00
TEMA: El año de Castro II
Raúl Castro, que cumple un año al frente del gobierno cubano, aseguró
este lunes que la revolución será "eterna" por estar sustentada
firmemente en la unidad del pueblo y que seguirá "enarbolando bien alto"
la bandera del socialismo y la dignidad, informó EFE.
El también ministro de las Fuerzas Armadas encabezó en el cementerio de
Santa Ifigenia, Santiago de Cuba, un acto de homenaje a Frank País
—muerto hace 50 años durante la dictadura de Fulgencio Batista—, en el
que encendió una "llama eterna" en homenaje a los "mártires de la patria".
"Su fuego será tan eterno como esta revolución por estar sustentada
firmemente en la unidad de un pueblo que ha demostrado con creces su
disposición a dar la vida por la patria y sus ideales", dijo Raúl
Castro, quien el 31 de julio de 2006 recibió el poder de forma
"provisional" por la grave crisis de salud de su hermano.
Esta fue la primera intervención del general de Ejército después de que
el pasado 26 de julio, en Camagüey, pronunciara un discurso en el que
subrayó la necesidad de cambios estructurales en la economía.
En ese discurso también advirtió a los cubanos que el país no ha
superado aún el periodo especial en el que se sumió después de la caída
del bloque soviético.
Muchos analistas coinciden en que el año que ha trascurrido desde el
traspaso de poderes se ha caracterizado por el inmovilismo, aunque Raúl
Castro ha consolidado su papel como líder del régimen.
Expertos citados por la agencia EFE opinaron que su discurso del 26 de
julio fue el más "contundente" desde que se puso provisionalmente al
frente del gobierno y los medios de comunicación de la Isla (todos bajo
control del Estado) aseguran que tuvo buena resonancia en la población.
El semanario oficialista Trabajadores se refirió el lunes a "la completa
sintonía que se produjo entre el sentimiento popular de toda Cuba y la
intervención del general del Ejército Raúl Castro" debido "a su enfoque
consecuente con las mayores insatisfacciones y empeños de los cubanos
durante los últimos años".
"Este discurso, sin dudas pragmático, ha dado ya y seguirá dando mucho
de qué hablar y, sobre todo, muchísimo para hacer en el terreno del
desarrollo económico y social del país", agregó el órgano de la Central
de Trabajadores de Cuba (CTC, único sindicato legal en la Isla, y
controlado por el gobierno).
Las palabras de Raúl Castro sorprendieron a muchos cubanos que,
acostumbrados a mensajes oficiales sobre los logros de la revolución, no
esperaban el tono crítico del general; pero no han faltado los
escépticos sobre las dificultades para impulsar cambios que se traduzcan
en mejoras para la población.
"Seguimos en un callejón sin salida y todavía no se ve la luz. Puede que
haya cambios, pero no van a ser ahora, y hay desánimo entre la gente,
había expectación cuando la enfermedad de Fidel, pero se ha ido
perdiendo", comentó una habanera de 58 años que se gana la vida como
limpiadora desde hace veinte.
"No pueden prescindir de un ajuste estructural y no puede ser en breve,
pero el problema que enfrentan ahora es una carrera contrarreloj", opinó
un observador occidental.
"Parece que después de un año Raúl ha tomado posiciones y ha asumido la
dirección", dijo un diplomático occidental, que ve cada vez más lejana
la posibilidad de un retorno de Fidel Castro a la escena política y
consideró que Cuba ha comenzado una tímida transición.
El futuro "está en parte ya adelantado", apuntó el diputado Osvaldo
Martínez en el último número de la revista Temas, que dedica un amplio
espacio a un debate sobre la situación en la Isla.
"El relevo generacional se ha ido produciendo de manera natural (...) se
ha confirmado ya un equipo de dirección en el que participan esas
generaciones nuevas", añadió.
Entre los dirigentes de esas nuevas generaciones se encuentra Carlos
Lage Cordorníu, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria
(FEU) e hijo del vicepresidente Carlos Lage.
El papel de los jóvenes en el proceso abierto en Cuba, según Lage, es
fundamental: "Queremos proponer y hacer cosas nuevas, no necesariamente
como las piensan otras generaciones, pero sin negar la revolución".
El camino es complicado porque, explica Lage en Temas: "Hacia dónde
vamos, es algo que todavía no sabemos. Le llamamos socialismo, aunque el
socialismo, como lo plantearon los marxistas clásicos no ha existido nunca".
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