Monday, June 25, 2007

Los Enemigos del Diálogo

Los Enemigos del Diálogo
El punto de vista de la Concertación Pro Diálogo y Reconciliación (CPDR)
25 de junio de 2007

La Habana – bitacoracubana - El lunes 18 la Unión Europea analizó, una
vez más, su Posición Común establecida en 1996. Por ella, se vincula la
normalización de las relaciones entre la UE y Cuba al progreso en los
derechos humanos y la democratización por parte de las autoridades de la
Isla. El diálogo ha salido fortalecido en este análisis.

Él se produce un mes después de concretado el primer paso del Diálogo
Político Permanente entre las autoridades de España y Cuba en materia de
derechos humanos, un Diálogo resultado de la visita realizada a Cuba en
el mes de abril por el canciller español Miguel Ángel Moratinos.

El contexto político para este análisis es nuevo: conversaciones
propiciadas por el gobierno de la Isla, respuesta positiva por parte del
gobierno español, rondas discretas para la preparación de las pláticas,
anuncio público de los eventos, visitas escalonadas hasta el más alto
nivel, inclusión del tema más sensible para la comunidad internacional,
para el gobierno cubano y para la comunidad pro democrática cubana: el
de los derechos humanos, y principios de acuerdos básicos para avanzar
hacia negociaciones específicas y estructurales en dicho tema. Este
contexto se acopla al discurso inaugural de la sucesión en política
exterior, un discurso de ofertas de diálogo, y a un perceptible mensaje
de distensión hacia la comunidad pro democracia dentro de la Isla.

Todo ello significa que por primera vez en los últimos cincuenta y dos
años aparecen en Cuba las cuatro premisas fundamentales para un proceso
calibrado de negociaciones: disposición intelectual y psicológica para
conversar, búsqueda de calma geopolítica, siembra progresiva del clima
de confianza interno y externo, y apertura del diálogo; tanto en su
dimensión política como en términos prácticos.

Pero el diálogo para Cuba tiene claros enemigos, dentro y fuera del
país. Estos enemigos van desde estados hasta grupos que abogan por una
transición pacífica sin odios ni venganzas; desde abogados del diálogo
abstracto, amantes de la confrontación verbal concreta, hasta claros
defensores del derrocamiento del gobierno de la Isla, y desde personas e
instituciones que en el pasado exigían conversaciones al gobierno hasta
aquellos dentro de las autoridades cubanas que no quieren escuchar de
transición o cambios; ni siquiera de evolución. En lo que constituye una
rara pinza griega, enemigos políticos coinciden como enemigos de los
amigos del diálogo.

En el repaso que la Concertación ha hecho para la elaboración de este
punto de vista, no ha encontrado semejante conjunción de fuerzas,
corrientes, estados e individuos contra un eventual proceso de diálogo,
esta vez en Cuba.

Cada uno aporta lo suyo: confusión de conceptos, lecturas de
intenciones, apagones mediáticos, presiones políticas, coacción moral,
zancadillas agradables, groserías ilustres y demandas que solo se pueden
lograr con siete divisiones blindadas después de alguna humillante derrota.

Las conversaciones de Camp David para iniciar la paz Árabe-Israelí; el
proceso de Esquipulas para la paz en Centroamérica; Oslo, Dayton o
Madrid como cadena de éxitos-fracasos-éxitos para la paz entre Israel y
Palestina supusieron el inicio de algún tipo de acercamiento, de diálogo
de reconocimiento entre las partes involucradas; en casi todos los
casos, con la participación en principio de potencias interesadas en la
solución de conflictos.

Hay un montón de testimonios producidos por los escépticos de todos
estos procesos, pero el récord de enemigos está prácticamente vacío.
Solo quienes han deseado la destrucción del contrario han atacado con
virulencia el diálogo en sí mismo. Y conste que aquellos han sido o son
conflictos calientes, en los que la comunidad internacional y los amigos
del diálogo agradecen cada tregua, cada intención de conversaciones,
cada declaración de cease-fire y cada promesa de fotos, sonrisas y
estrechones de mano para la creciente galería global de amantes de la paz.

Hace cuatro décadas que cesó en Cuba el conflicto caliente por la
democracia. La posibilidad del diálogo se abre como nueva dimensión
sobre la que levantar la convivencia política plural y democrática,
pacífica y tolerante, respetuosa de los derechos humanos y de lo mejor
de nuestra cultura. Y en ausencia de guerra civil. Frente a esta
posibilidad se unen intereses, espejismos distantes, intransigencias
disfrazadas y la ausencia natural del sentido de lo político, resultado
de casi cinco décadas de totalitarismo. No están preparados para admitir
que la confrontación, fracasada, terminó.

Para la Concertación, que apuesta exclusivamente por el diálogo, no por
un diálogo de inventario para vencedores y derrotados, sino por un
diálogo que propicie una transición pactada sin sumas cero, el desafío
para promover y proteger el proceso de conversaciones, tanto en términos
políticos como culturales, es inmenso.

Afortunadamente, este espacio de amigos del diálogo se fortalece con la
participación de nuevos grupos e instituciones. La incorporación del
Proyecto de Estudios de la Mujer y del Centro de Estudios e
Investigaciones Sociales potencia los esfuerzos cívicos, académicos y
culturales que otras instituciones independientes hacen y harán por
enraizar y fortalecer la cultura del diálogo en Cuba. Son seis ya las
instituciones que forman parte de la Concertación. Con ellas, nuestra
divisa de que: solo dialogando, podemos, adquiere un mayor y mejor alcance.

Fernando Sánchez López
Presidente Partido Solidaridad Democrática
Coordinador Concertación


http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=5023

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