cárcel habanera
La combinación del hacinamiento, la mala alimentación e higiene, y la
insuficiente atención médica, han propiciado la diseminación de esas
enfermedades, dijo Darsi Ferrer.
Redacción EER
viernes 25 de mayo de 2007 19:31:00
Un médico disidente cubano denunció que decenas de reclusos han sido
afectados por brotes de hepatitis y tuberculosis en la prisión habanera
de Valle Grande, donde las autoridades carcelarias declararon en
cuarentena hace un mes a varios destacamentos.
Darsi Ferrer, que dirige el opositor Centro de Salud y Derechos Humanos
Juan Bruno Zayas, dijo en un texto enviado a la prensa que la
combinación de factores como el hacinamiento, las malas condiciones de
higiene y alimentación, y la carencia de servicios médicos adecuados,
propician "la presencia y diseminación de esas enfermedades transmisibles".
"En los 18 destacamentos de la prisión los reclusos sobrepasan las
capacidades de albergue de las barracas. Muestra de ello lo constituyen
las decenas de reos que duermen en el piso", afirmó Ferrer.
"La disposición de agua se limita a media hora diaria. Centenares de
reclusos por cada destacamento tienen que ingeniárselas para almacenar
el necesario recurso en una cubeta", que deben distribuir "para
satisfacer sus necesidades de beber, asearse y lavar las ropas", detalló.
Dada la escasez de agua "resulta en extremo difícil realizar actividades
de limpieza (…) Los baños turcos, tipo letrinas, se mantienen sucios
desbordando excrementos. La fetidez en ocasiones se torna irresistible",
dijo el médico en su texto.
Además, "en el reducido espacio de los destacamentos los reclusos están
expuestos a calores sofocantes, pobre ventilación e intensa humedad".
Según Ferrer, a los presos "sólo los sacan a tomar sol una hora por
semana" y la alimentación que reciben está "muy por debajo de los
requerimientos" diarios. "Con frecuencia la comida es servida en estado
de putrefacción y la proteína es parte del menú una vez por mes".
El médico disidente afirmó que en Valle Grande "no hay instalaciones de
salud. Algunos reclusos con ciertos conocimientos de medicina son los
encargados de ofrecer asistencia médica elemental, ubicados en un local
improvisado donde disponen de un mínimo de recursos".
Ferrer explicó que la hepatitis es una enfermedad provocada por
diferentes virus y, de acuerdo con el agente viral que la provoque, se
clasifica en A, B, C, D o E. Por la vía de transmisión, la hepatitis A
es la que se manifiesta en forma de brotes.
"El virus de la hepatitis A se encuentra en grandes cantidades en las
materias fecales de personas con infección aguda. La infección ocurre
principalmente por vía oral y su aparición es favorecida por malas
condiciones sanitarias, hacinamiento, malnutrición, inmunodeficiencias,
y contaminación del agua y alimentos, entre otros", dijo el médico.
En cuanto a la tuberculosis, es también una enfermedad infecciosa,
producida por una bacteria conocida como bacilo de Koch. "Se adquiere
por inhalar gotitas en suspensión que contienen el microorganismo. La
transmisión generalmente es de forma directa del enfermo contagioso al
receptor", indicó Ferrer.
Según el médico, "es frecuente que la enfermedad se localice en los
pulmones aunque puede afectar otros órganos. Las lesión se caracteriza
por el desarrollo de granulomas (tumores granulares) en los tejidos
infectados. El tratamiento inadecuado puede acarrear daños permanentes
en la salud de los afectados e incluso la muerte".
En los últimos meses se han multiplicado las denuncias de casos de
tuberculosis en las cárceles de la Isla. Al menos dos presos políticos,
Normando Hernández y Alfredo Pulido López, ambos miembros del grupo de
75 disidentes encarcelados en 2003, sufren la enfermedad actualmente.
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