Según Amnistía Internacional,
a la que desde 1988 no se le ha permitido entrar en Cuba,
"las libertades de expresión, asociación y circulación
continuaron sometidas a graves restricciones"
EFE
Londres
Diario Las Américas
Florida
E.U.
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Fidel Nuñez
Analista
Jefe de Buró
Latinoamérica
Dept de Investigaciones
La Nueva Cuba
Mayo 24, 2007
El hostigamiento a los activistas de derechos humanos aumentó en Cuba en
2006, año que acabó con 69 presos de conciencia encarcelados por sus
ideas o actividades políticas no violentas, según Amnistía Internacional
(AI).
En su último informe sobre "El estado de los derechos humanos en el
mundo", publicado hoy, se indica que otros 12 presos de conciencia
cubanos seguían cumpliendo condena fuera de las prisiones debido a
problemas de salud, sin que se hubiesen recibido informes de
liberaciones de este tipo de reos durante todo el año pasado.
AI, a la que desde 1988 no se le ha permitido entrar en Cuba, denuncia
que "las libertades de expresión, asociación y circulación continuaron
sometidas a graves restricciones".
En Cuba, donde siguen prohibidos los partidos y las actividades
políticas de oposición, el Gobierno continuó también sin permitir la
entrada al relator especial de derechos humanos de la ONU.
En cuanto a la oposición interna, el informe asegura que "aumentaron el
hostigamiento público y la intimidación a activistas de los derechos
humanos y disidentes políticos por parte de grupos cuasioficiales en los
llamados 'actos de repudio'".
AI cita el ejemplo de Juan Carlos González Leyva, presidente de la
Fundación Cubana de Derechos Humanos, que fue objeto de varios "actos de
repudio" con la intervención de "partidarios del Gobierno que, al
parecer, actuaron con la connivencia de las autoridades".
González Leyva, que es invidente, fue detenido en marzo de 2002 por
"desacato, desórdenes públicos, resistencia y desobediencia" y pasó dos
años preso sin juicio, y en abril de 2004 fue condenado a cuatro años
cárcel que debía cumplir en su domicilio.
El informe también menciona que en 2006 en Cuba, donde el Estado
controla todos los medios de comunicación, "persistieron las graves
restricciones a la libertad de expresión y asociación".
"Aumentó el número de casos de acoso" a periodistas independientes y
activistas que mantienen las llamadas bibliotecas libres, y se encarceló
a personas sospechosas de estar vinculadas a grupos disidentes o
promocionar los derechos humanos, agrega.
Sobre el acceso a internet, AI indica que "siguió sujeto a graves
limitaciones", y menciona el caso del periodista Guillermo Fariñas, que
realizó una huelga de hambre durante siete meses para reclamar dicho
acceso, sin éxito.
También en relación a la libertad de información, el informe menciona el
caso del periodista independiente Armando Betancourt Reina, detenido en
mayo del pasado año cuando "tomaba notas y fotografías del desalojo de
una vivienda en la ciudad de Camagüey".
Acusado de "desorden público", Betancourt seguía al terminar el año
encarcelado y a la espera de juicio.
Otros disidentes estaban en una situación similar, según AI, que indica
que la reclusión sin acusación, por sospechas de llevar a cabo
"actividades contrarrevolucionarias" o por "cargos poco claros",
afectaba a "numerosas personas".
El informe también menciona que en 2006 "la población cubana continuó
notando los efectos negativos del embargo estadounidense" y que las
relaciones políticas con EEUU siguieron siendo "tensas, pese a que las
exportaciones de productos agrícolas a Cuba superaron los 500 millones
de dólares".
De la Unión Europea, el informe indica que "no volvió a introducir las
sanciones levantadas en 2005 a pesar de la persistencia de motivos de
preocupación por la situación de los derechos humanos en Cuba".
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