Lo que duele Cuba
Julia Navarro
Verán yo creo que nuestro ministro de Exteriores no ha estado muy
acertado en su reciente viaje a Cuba. La decepción que ha provocado en
la mayoría de los colectivos de disidentes es patente, de ahí mi afirmación.
En un intento de acallar las criticas y el escepticismo, desde el
Gobierno se dice que los frutos del viaje del ministro Moratinos y las
dos Secretarias de Estado, Leire Pajín y Trinidad Jiménez, los veremos a
medio plazo, y resaltan que por primera vez las autoridades cubanas han
aceptado a hablar de "derechos humanos".
Cuba es una dictadura feroz, y por más que durante años Fidel fue un
héroe para la izquierda y algunos les cueste ver a Castro tal cual es,
no se puede seguir mirando hacia otro lado o disculpar a este dictador
actuaciones que a otros dictadores no disculpamos. Tanto da que una
dictadura sea de derechas o se diga de izquierdas, a la postre son
iguales: violan los más elementales derechos de las personas, aniquilan
la libertad, persiguen con saña a los disidentes encarcelándoles unas
veces, otras haciéndoles desaparecer y las que más asesinándoles. Por
eso hay que comprender la desesperación y decepción de quienes se
atreven a alzar su voz contra Castro, como las Damas de Blanco u otras
organizaciones.
Quienes se juegan la vida todos los días plantando cara al dictador se
desesperan al ver la política de paños calientes de la diplomacia
española ahora bajo la batuta de Zapatero. En los próximos días y
semanas veremos si algunos de los muchos presos políticos que sufren en
las cárceles de Castro logra la libertad. Veremos si se permite un
respiro a los demócratas de la isla. Veremos incluso si la dictadura
castrista deja de arremeter contra la Unión Europea. Al parecer los
responsables políticos españoles creen que pueden conseguir mucho de
Castro por la vía del talante, es decir de no enfadar al dictador.
¡Ojalá lo consigan! De lo contrario, en el futuro a más de uno le
costará sostener la mirada de los que hoy sufren la pesadilla de vivir
en esa gran cárcel que es la isla.
Una cárcel para los demócratas cubanos, que ya sabemos que para los
turistas es un paraíso y para los empresarios que hacen negocios allí
mucho más. Porque esa es otra, también se dice desde el gobierno que
tienen la obligación de velar por los intereses de los negocios
españoles es la isla.
Yo creo que hay un poco de todo en la posición de nuestro gobierno, por
una parte el no haber superado el síndrome de que Cuba es una dictadura
y Castro un dictador asesino, también que a Zapatero le gusta hacer
política de una manera diferente, es decir quiere demostrar que él por
las buenas puede conseguir lo que se le ponga por delante, y en tercer
lugar, el pragmatismo, entre derechos humanos y negocios, pues... a la
vista está. Que se lo pregunten a las Damas de Blanco.
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