Jorge Hernández Fonseca
LiberPress- Cubalibredigital- 30 de Marzo de 2007- El dictador cubano en su
lecho de enfermo, se nos presenta por escrito como un 'experto' en
anti-norteamericanismo, etanol, ecología y estrategia alimentar. En ninguno
de los tres últimos campos puede mostrar una obra como para darle peso a sus
criterios. Solamente como anti-EUA es que el dictador muestra un copioso
currículo como para tenerlo en cuenta. Veamos.
Los criterios estrictamente políticos decurrentes del escrito dictatorial,
van encaminados a tratar de crear subliminalmente, una barrera ficticia
entre Brasil Y EUA. Nada tan insensato. Brasil exhibe una copiosa colección
de éxitos en el área alcoholera, que le han hecho acreedor del
reconocimiento de la principal potencia tecnológica mundial. Eso le duele
mucho a Fidel Castro.
Es evidente que, en momentos que analistas políticos serios reportan un giro
hacia la izquierda en Latinoamérica, el dictador cubano se preocupe porque
el líder del principal partido de la izquierda Continental, y presidente el
mayor país de Sudamérica, se asocie a Estados Unidos a partir del
reconocimiento norteamericano del desarrollo de una tecnología netamente
brasileña, que pudiera resolver uno de los principales problemas de la
Norteamérica actual: la energía.
El artículo del dictador cubano no esconde un toque inevitable de envidia
hacia Lula da Silva, contestado decentemente por el Canciller brasileño:
"las ideas de Castro son ideas antiguas". Pero no es mi intención abordar
los aspectos políticos de pésimo "paper" que el dictador nos ofreció,
queriendo dictar cátedra en un asunto del cual no sabe rigurosamente nada.
En cuanto a la ecología, el país en el que Castro es amo y señor "de vidas y
hacienda" es el ejemplo más acabado de lo que no debe ser hecho, al
transformar la "tierra más hermosa que ojos humanos vieron" en un verdadero
suplicio económico, ecológico, político, humano y moral.
Respecto a la estrategia alimentar que sugiere, baste decir que Cuba es el
único país del universo que ha mantenido un estricto racionamiento de todo
tipo de productos, comida, ropas, accesorios y un largo etcétera, que deja
"desnudo al rey" cuando critica la posición brasileña con el etanol. El
gigante sudamericano acaba de tirar de la extrema pobreza, en un año, a casi
10 millones de personas, dándoles acceso a bienes y servicios que en Cuba
son una quimera.
Quiero concentrarme en los criterios técnicos vertidos por el dictador
cubano, sobre todo en los referidos al etanol, que califica nada menos que
de "idea siniestra". Los que de un manera u otra estuvimos en la isla
relacionados con la Industria azucarera, sabemos del criterio antiguo (como
dijera el Canciller brasileño) del dictador cubano, de no convertir
alimentos en recursos energéticos y específicamente en Cuba, de no convertir
el azúcar y sus derivados, en alcohol.
Este criterio subjetivo, no sustentado sobre ninguna base racional (la
mayoría de los alimentos, al final, son convertidos en energía por el cuerpo
humano) el dictador cubano lo impuso en Cuba ocasionando un subdesarrollo
energético memorable. Un país, que pudiendo cocinar con cocinas de alcohol
eficientes y modernas (a falta de gas natural o líquido) todavía cocina con
queroseno importado, es el ejemplo más acabado del retraso tecnológico y la
insalubridad.
Este capricho dictatorial, recuerda mucho el criterio bajo el cual Stalin
prohibió en la URSS de los años de la post guerra, el uso de la computación
(vean bien, Stalin prohibió la computación) bajo el caprichoso criterio de
que la informática "era contraria al marxismo leninismo", lo que costó al
país un retraso tecnológico que nunca más pudo equilibrar en los años
sucesivos.
La senilidad post operatoria del dictador lo ha llevado a escribir una pieza
que pasará a la historia como símbolo de su decadencia. Por un lado critica
a EUA por su plan junto a Brasil con el etanol y por otro recomienda a la
Unión Europea elaborar un plan similar --en lugar de usar maíz o caña de
azúcar, se usaría la soya-- lo que según el propio Castro "ayudaría a
resolver problemas energéticos y alimentarios". ¿Vale para Europa, pero no
para EUA?
Hay en el artículo del dictador un párrafo verdaderamente patético. Parece
mentira que sus asesores hayan dejado publicar semejante incoherencia. Decir
que es necesario "reducir y además reciclar todos los motores que consumen
electricidad y combustible es una necesidad elemental y urgente de toda la
humanidad" es más que un error de enfoque, es gritar a los cuatro vientos
que no sabe de lo que está hablando. Usar la palabra "reciclar" en este
contexto ayuda a la ambigüedad, porque no está claro si quiere "mejorar la
eficiencia" o pasar estos motores a retiro creando un ciclo superior. ¿Cuál?
Además, la electricidad en Brasil y muchos lugares del mundo es producida
por medios limpios, en hidroeléctricas, por lo que no hay que atacar el uso
de "motores eléctricos" y menos de la energía eléctrica, que implica
modernidad.
Como se deduce del propio artículo, la conversión del maíz en etanol deja un
residuo que es alimento animal, y se transforma en alimentos humanos de todo
tipo. Convertir alimentos en etanol con caña de azúcar, deja también
incontables subproductos que al final se convierten en alimentos (con 26% de
proteínas --en el caso del maíz-- como reconoce el propio dictador en su
lamentable artículo) por lo que, convertir una parte de los alimentos
productores de etanol, no elimina, sino más bien ayuda, a la producción de
alimentos. En países como Brasil por otro lado, hay tierras suficientes para
producir alimentos y etanol, como en otras partes del mundo.
El dictador habla de la subdesarrollada producción de alcohol en Cuba a
partir de las mieles y dice que "es un sueño o un desvarío" la producción de
alcohol directamente del jugo de caña --tecnología desarrollada por Brasil--
lo que es una absoluta y redonda mentira. Un embuste. Cuba es capaz de
producir alcohol con jugo de caña con similar éxito que lo hace Brasil.
El dictador culpa a los cambios climáticos por la raquítica producción
azucarera cubana, lo que se constituye en el colmo de la falta de respeto a
sus congéneres. Un hombre que todos saben mandó a desmantelar casi
totalmente la industria azucarera, a eliminar los campos de caña,
desempleado más de 100,000 obreros, dijo además que el mercado de azúcar era
"una basura" (mientras los brasileños se hacían millonarios dentro de este
mercado) no cabe dudas que está enfermo y en adelante, habrá que filtrarle
sus opúsculos a la prensa pública.
Proponer como solución mundial para los países pobres "el cambio de
bombillos" no puede más que provocar la hilaridad planetaria con las
demencias de un anciano convaleciente, así como ejemplificar el uso de "una
computadora y el creciente número de redes de Internet" es como para matar
del corazón al opositor Guillermo Fariñas, que hizo huelga de hambre para
que le permitieran conectarse al sistema de Internet, prohibido en Cuba como
todos saben.
Como si todo esto fuera poco, hablar de agua en la isla es una total falta
de respeto con el pueblo cubano. No hay una sola ciudad cubana, por pequeña
que esta sea, donde haya agua corriente para consumo humano. Todo en Cuba es
a base de tanques de agua estancada en tanques de 55 galones. No hay pueblo
de la isla donde funcione el acueducto. ¡Una vergüenza!
El dictador quiso salir del ostracismo post operatorio escribiendo una de
las piezas más erróneas, incompetentes y neutras de su larga historia de
embustes. El Óscar que ganó Al Gore seguramente estuvo en la mente senil del
déspota. No dudemos que ya está en camino su "documental", con la secreta
ambición de recibir un Premio en Hollywood.
¡Que lo compre quien no lo conozca!
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