2 de abril de 2007, 06:51 PM
LA HABANA (AFP) - La visita que realiza el canciller español Miguel
Angel Moratinos a Cuba, donde se reunirá con Raúl Castro, es entendida
por La Habana como una vía para allanar diferencias con Bruselas, pero
la expectativa se centra en la contrapartida de la isla de cara a la
Unión Europea (UE).
El canciller cubano Felipe Pérez Roque dijo a Moratinos en sus
conversaciones oficiales que su visita "es una clara señal de
rectificación, de cambio de rumbo", que restaña las "profundas heridas"
que dejó en las relaciones el anterior gobierno del presidente José
María Aznar.
Señaló su confianza en que la UE pueda tener una política propia hacia
Cuba, "no segunda de nadie, y que pueda tratarnos con el mismo respeto"
que la isla le dispensa.
Por su parte, Moratinos le manifestó que trasladará a sus homólogos
europeos "una visión diferente, más próxima a la realidad cubana, más
objetiva y constructiva, que pueda hacer avanzar las relaciones".
El diario oficial Granma opinó que esta visita muestra "la vía por la
que pueden conducirse las relaciones entre Cuba y la UE", sobre la base
"del respeto mutuo, la no injerencia en los asuntos internos y el
reconocimiento del derecho de cada país a escoger libremente su sistema
económico y social".
El ministro español viaja a Cuba a menos de 20 días de un encuentro con
Pérez Roque en Madrid y a dos meses de que los cancilleres de la UE
analicen su posición frente a la isla.
El bloque se encuentra dividido entre los que piden más rigor con Cuba y
otro grupo menor, encabezado por Madrid, que están a favor del diálogo.
"La visita era necesaria en un momento importante para el futuro de Cuba
y el futuro de las relaciones entre Cuba y España", dijo Moratinos a los
cancilleres de la UE antes de viajar, en referencia a la situación de la
isla, gobernada hace ocho meses por Raúl Castro, debido a la enfermedad
de su hermano Fidel.
Cuba ha tenido una historia un tanto accidentada con la UE, debido a
peticiones de apertura y reformas democráticas, que La Habana desdeña
por entenderlas como imposiciones, y amplificación de la política de
Estados Unidos.
El punto más bajo se alcanzó en 2003, cuando la UE impuso sanciones
diplomáticas a la isla por el encarcelamiento de 75 disidentes, que
incluyeron la ausencia de visitas de alto nivel y el corte del
financiamiento a proyectos culturales.
La UE decidió invitar a los disidentes a las recepciones de sus fechas
patrias, mientras que el Gobierno se abstuvo de enviar a sus
funcionarios o de incluir a embajadores europeos en numerosas
actividades, lo que se dio en llamar en Cuba, "la guerra de los canapés".
Pero en 2005 el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero
convenció a la UE de suspender temporalmente esas medidas por ineficaces
e implementar una política de diálogo con La Habana.
Cuba respondió con la excarcelación del poeta Raúl Rivero, el más
emblemático de los 75 condenados, al que le permitió emigrar a España.
Desde la visita del Papa Juan Pablo II, en enero de 1998, Cuba dijo
haber renunciado a su antigua política de liberar presos políticos a
petición extranjera, lo que reiteró ese mismo año al entonces presidente
de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, quien había entregado una lista de
50 reos.
Tampoco fue atendida una petición de liberación de presos que entregó en
2001 el presidente mexicano Vicente Fox.
Pero cuando Moratinos emprenda su regreso a Madrid podría llevar consigo
en su portafolio alguna razón que muestre a sus aliados europeos que
valió la pena volar a La Habana.
"Desearíamos pues también abordar lo que debe ser una relación entre la
Unión Europea y Cuba, dado el marco internacional en donde nos movemos",
dijo Moratinos este lunes adelantando el tema que tiene a la expectativa
a mucha gente en Europa, Washington, Miami y la disidencia de Cuba.
http://espanol.news.yahoo.com/s/afp/070402/latinoamerica/cuba_espa__a_diplomacia_4
No comments:
Post a Comment