Publicado el 04-09-2007
Deben demandar los militares en Cuba la salida de los Castro
Por Ariel Remos
DIARIO LAS AMERICAS
El mayor general retirado Erneido A. Oliva, que fuera segundo jefe de la
Invasión de Bahía de Cochinos, desempeñando después el cargo de Segundo
Comandante General de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia,
Washington, D.C., se dirigió en carta a las Fuerzas Revolucionarias
Cubanas, instándolas a que lleven la democracia a Cuba.
Basado en que "El futuro de Cuba luce espantoso" el documento del
general Oliva lamenta que las Fuerzas Armadas hayan esperado tanto
tiempo en hacer lo que debían, que es "demandar la inmediata salida del
país de ambos, Fidel y Raul Castro, para que comience un futuro mejor
para el pueblo cubano.
Una vez sacados Fidel y Raul Castro del poder, las FAR deben proceder a
crear un gobierno que:
• Reorganice y utilice las fuerzas armadas para defender y proteger a la
población de todos aquellos que se opongan a la libertad y a la
democracia; respetar sus derechos humanos y brindarle ayuda en casos de
emergencia.
• Permita a la población disfrutar de los beneficios de su trabajo y no
tengan que arriesgar sus vidas en el mar buscando un futuro mejor.
Oliva declara que el "delfín" (heredero Raul Castro) no parece poseer la
motivación, convicción y liderazgo necesario para continuar gobernando a
un país que clama por cambios políticos, económicos y sociales.
Da por sentado que los miembros de las FAR "están muy conscientes de la
situación y, como seres humanos, se encuentran preocupados por su
bienestar personal y el de los miembros de sus familias. Pero no es
suficiente estar preocupados. La acción es también necesaria".
"Los miembros de las FAR" –dice también Oliva—"tienen en sus manos todas
las herramientas requeridas para cambiar el statu quo y, por lo tanto,
mejorar la situación de todo el pueblo cubano y evitar un éxodo masivo
que pudiera crear una crisis internacional más grande y peligrosa que la
causada por la del Mariel en 1980".
"Mientras ellos" –dijo refiriéndose a las FAR—"caminan, pedalean sus
bicicletas o utilicen el transporte público para trasladarse a sus
instalaciones militares", recomienda también que deben observar
cuidadosamente el miedo, hambre y desesperación que reflejan los rostros
de los hombres, mujeres y niños que encuentran a su paso, y lo evalúen y
comenten entre ellos.
Termina Olivas diciendo que espera que los miembros de las FAR
comprendan que ha llegado el momento de unirse, actuar ahora, y exigir
el comienzo de cambios democráticos antes de que sea demasiado tarde.
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