Miriam Herrera Calvo* / www.cefom.org
6 de abril de 2007
La Habana - Mediante la encuesta denominada Inventario de la Pobreza
Rural que vienen realizando de forma conjunta la Federación
Latinoamericana de Mujeres Rurales y el Centro de Estudios y Formación
de la Mujer, Rosa Berre, se ha descubierto algo aterrador: núcleos de
personas con nivel educacional y buena situación económica y social, ya
que muchas trabajan en firmas extranjeras o pertenecen a la dirigencia
política del país, donde las mujeres son víctimas de la violencia doméstica.
El caso se complica, cuando las agresiones físicas y verbales, casi
siempre producto de las intoxicaciones alcohólicas de sus esposos quedan
impune, por no hacer pública su conducta para no afectar su imagen
política y social, que pueda comprometer la posición laboral o el cargo
como dirigente del cónyuge. En algunos casos de violencia doméstica las
víctimas se niegan a dirigirse a los organismos gubernamentales o
autoridades competentes, ya que debido al nivel de influencia de sus
esposos sus planteamientos no son escuchados o las medidas con los
victimarios son insignificantes, dejándolas en plena indefensión.
Algo aterrador de este fenómeno de la violencia doméstica es que muchas
de sus víctimas son arrojadas a la calle por sus esposos, casi siempre
en horas de la noche durante severas crisis de alcoholismo, viéndose
obligadas a permanecer largas horas deambulando por las calles sin
amparo de nadie o un lugar para refugiarse. El círculo vicioso de la
violencia doméstica en Cuba se agudiza, por no existir viviendas
alternativas para las personas en conflicto, ya sea por alquiler o
compra de inmuebles.
El trabajo de campo de la investigación social que realizamos también ha
puesto de manifiesto cómo mujeres de la tercera edad buscan en los
contenedores de basura objetos de todas las clases, unos para la venta
al estado en los lugares de reciclaje y otros desgraciadamente para su
propio consumo. Incluso, algunas venden productos básicos, como la leche
de sus hijos, para cubrir otras necesidades.
Sólo a varias semanas de la fundación del Centro de Estudios y Formación
para la Mujer "Rosa Berre" se ha puesto de manifiesto la necesidad de
una adecuada política de género, la falta de conocimientos sobre
diversos temas que le competen a la mujer y un sinnúmero de féminas
carentes de apoyo social y económico; que se acercaron a nosotras ávidas
de simplemente de "saber".
Una supervisión visual apoyada por intercambios verbales con la
población en general nos permitió conocer la situación de las féminas
del territorio Loma Modelo en el Municipio de Regla, Ciudad de La
Habana. A pesar del 60% de las mujeres del lugar trabajan en alguna
dependencia estatal, su principal problema es garantizar la alimentación
de su familia, falta de viviendas adecuadas, por el gran deterioro de
las mismas y en número menor pero existente muchas carecen de lugar
propio para vivir. Todas con serias dificultades para trasladarse a sus
centros laborales, muchas lo hacen con niños pequeños los cuales
estudian cerca del lugar de trabajo de sus madres.
Algo alarmante es el gran número de mujeres solteras o en uniones
libres, con poca responsabilidad sobre la familia.
Las sociedades durante lustros han creado leyes, organizaciones que han
condenado conductas tan reprochables como el abuso contra las mujeres,
pero no todas poseen la valentía para denunciar la violencia de las que
son objetos, sobre todo proceden de hijos, esposos o familiares que
casi siempre son enfermos de alcoholismo o simplemente practican la
drogadicción en algunas de sus manifestaciones.
En Cuba, a pesar de ser una sociedad cerrada bajo un régimen
estrictamente policial, este fenómeno no se comporta diferente al de
otras sociedades más abiertas, por lo hacemos un llamado a las
diferentes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales
relacionadas con el tema de la mujer, para que se solidaricen con
nuestra causa, para todas juntas emprender acciones rápidas para el
rescate de esa población de mujeres que están en situaciones de riesgo,
sin importar sus creencias religiosas o políticas, sólo nos debe
importar su condición de arquitectas naturales de la vida.
* Directora del Centro de Estudios y Formación para la Mujer "Rosa Berre"
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4458
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