Saturday, November 11, 2006

Más disciplinados para el nuevo año

LABORALES
Más disciplinados para el nuevo año

Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba - Noviembre (www.cubanet.org) - Un nuevo dicharacho
popular se escucha por los parajes capitalinos. Apodan "rosca izquierda"
a la revolución y sus líderes. La graciosa frase se entiende como un
apretón del gobierno en sentido contrario a los intereses sociales.
Nada, es el sentido del humor cubano en presencia del aquelarre socialista.

Según el periódico Granma en su edición del miércoles 25 de octubre,
nuevos reglamentos disciplinarios internos comenzarán a regir a partir
del 2 de enero del 2007. La nueva resolución 188 del 2006, plantea
educar a los trabajadores y enfrentar las indisciplinas e ilegalidades
en su desempeño laboral.

El nuevo engendro jurídico, emitido por el ministerio de Trabajo y
Seguridad Social (MTSS), derivado de una constitución capitulada al
antojo de la revolución, penaliza severamente el incumplimiento de estas
nuevas obligaciones laborales. Obligaciones que van desde
impuntualidades injustificadas hasta la prohibición de ficheros y videos
pornográficos ¡Que desfachatez la del proletariado!

Sin dudas, estamos frente a un nuevo intento para reeducar al pueblo
trabajador. Violar el horario establecido o abandonar el puesto durante
la jornada de trabajo sin autorización también implica sanciones. Aunque
el editorial no especifica la severidad de las sanciones. Privar a los
trabajadores de sus estímulos en divisas, método que se viene realizando
durante años, puede aparecer como medida cautelar para cada una de las
obligaciones.

La escasez de materias primas, la falta de presupuestos, los continuos
cortes eléctricos o la ausencia de agua potable, causan interrupciones
prolongadas en sectores de producción y servicios. Estos eventos,
propios de una economía sin perspectiva, mantendrán su parábola en
ascenso. Con o sin los nuevos reglamentos.

Según el doctor Francisco Guillén Landrián, director jurídico del MTSS,
no se trata de cambiar los viejos conceptos reglamentarios, si no de
reformarlos sobre la base de nuevos procedimientos. Llama la atención la
obligación más controvertida del dictamen ministerial. Esta plantea
textualmente sancionar aquellos que no informen sobre las sustracciones,
pérdidas, desvíos, apropiaciones y daños de los que se tengan conocimientos.

Hoy en día, la sustracción de bienes del Estado se ve generalizada en
todos los renglones económicos del país. En noviembre del 2005, salió a
la palestra el último escándalo masivo de corrupción. Más de tres mil
personas terminaron en prisión. El régimen incrementó el control de sus
bienes. El presidente en funciones, Raúl Castro, junto a otros
generales, tomó por varias semanas el control del puerto de la Habana y
otros organismos.

Desde entonces, la situación de carencias de la familia cubana se
deteriora aceleradamente. Muchos colectivos de trabajadores pactan y
parten los bienes que pueden sustraerle al Estado para sobrevivir. En
ocasiones, estos bienes se disputan entre sí, creando enemistades y una
imagen bochornosa, de la que no se habla.

Sustraer es cosa de todos y obligación de las masas ¡Si no de qué
vivimos! No se puede vivir con los míseros salarios que se perciben hoy.
Mucho menos incitar a las masas con reglamentos absurdos, que propicien
las delaciones y acaben con el poco compañerismo que nos queda. Estos
son los métodos de Fouché. Los mismos que ha empleado la dictadura
durante años dentro de su cúpula de sultanes.

Desde el 31 de julio, con la proclama del Comandante, la prensa sirve de
antesala a las medidas dictadas, emitidas al plagio de ministros y
ministerios. Son tiradas en el Granma como puntos y comas a la sombra de
su adulterada tinta. ¿Quién dice que tenemos gobierno? No tenemos nada,
nunca tuvimos nada. Como Cristo, queremos el pan, la vida y la libertad.
Entonces la rosca, sin reglamentos que aprieten, podrá girar a la derecha.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/nov06/10a7.htm

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