Fidel Por Qué lo Enseñan?

Fidel ¿Por Qué lo Enseñan?
2006-11-06
Huber Matos Araluce
Liberpress - 5/11/2006- Si de algo ha servido la última exhibición del
dictador cubano es para demostrarnos que su salud ha empeorado. Hace
algunos meses, en los momentos de incertidumbre sobre su existencia, el
periódico Tico Times de Costa Rica quiso conocer la opinión de un grupo
de cubanos reunidos en el Club José Martí en este país.

Comentamos entonces lo mismo que ahora: si está vivo o está muerto no es
problema nuestro. Si se muere hoy o dentro de seis meses eso es problema
de los castristas. Nosotros debemos concentrarnos en los esfuerzos por
asegurarnos una transición democrática en el menor plazo posible.

Por lo visto, tendremos por un tiempo más a Fidel, quien mientras esté
vivo será una piedra en el zapato para los herederos de un poder que
solo pueden usar a medias. Sin embargo, lo más revelador de estos
patéticos cortometrajes y esfuerzos auxiliares fue la necesidad de
demostrar primero, que el jefe no había muerto y desde entonces, que se
recupera.

Definitivamente les preocupa muchísimo su desaparición. Por eso lo
enseñan en ese ridículo disfraz deportivo, moviendo los brazos como un
pingüino y con una expresión en que no se puede disimular una mezcla de
locura y el temor a un final inevitable. El dictador, esclavo de su
enfermizo afán de notoriedad, estúpidamente se deja manipular.

Los castristas temen tanto su muerte porque en Cuba el rumor en la calle
es que a todos les disgusta Raúl, que no es lo mismo que creer que Fidel
fuera popular. Eso es otro fenómeno a tratar por aparte. La
impopularidad de Raúl es histórica y aunque algunos lo describan como un
hombre de familia, más pragmático y dispuesto a escuchar, el pueblo
tiene otra versión mucho menos favorable del personaje. Esto lo sabe
Raúl, su séquito y sus enemigos.

Por estas razones mientras Fidel esté vivo, Raúl y su grupo se sienten
con un seguro de vida. En este período tratarán de ensayar algunas
medidas que alivien el descontento y el rechazo del pueblo al hermano
menor. Tal vez manden a la casa a algunos presos políticos, pero aun más
importante es continuar la actual campaña contra la corrupción, que si
bien les sirve para purgar a los que no son incondicionales al número
dos, es principalmente un intento para desviar la frustración
generalizada contra todos los que en Cuba viven un poco mejor.

Bien porque trabajan independientes o porque para sobrevivir, le roban
al gobierno. El truco de denunciar la corrupción no es nuevo, lo nuevo
es que ahora parece conducir a una crítica al control del estado sobre
las empresas estatales. Indicios que podrían interpretarse como que
prepararan las condiciones para iniciar una apertura de algún tipo en el
campo económico. Lo intentarán cuando Fidel pierda el control, cuando
desaparezca o antes si la presión los obliga.

La alternativa de aumentar la represión no parece razonable, aunque
siempre es la opción probada y temporal ante el peligro. Mantener el
status quo es arriesgado. El régimen depende del subsidio venezolano y
del turismo. El futuro de Chávez es incierto; el turismo es frágil ante
la inestabilidad política.

Parecería que para mantenerse en el poder, disfrutando de los
privilegios que sólo la corrupción garantiza, están obligados a ensayar
algún amago de apertura. Esto representa una oportunidad única para la
oposición democrática. Tal vez debiéramos, dedicarle a este reto la
energía que se pierde concentrándose en un dictador desprestigiado y
moribundo.

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