Envenenando al Paraíso: La Destrucción Ecológica de Cuba
2006-11-13
Maritza Beato
Entre los múltiples crímenes cometidos por el dictador vitalicio de Cuba
durante casi medio siglo de totalitarismo, está la destrucción masiva y
sistemática de lo más básico de todo país: su geografía y ecología, en
franca violación de tratados internacionales para la preservación del
medio ambiente.
Esta destrucción de nuestro patrimonio ecológico comenzó poco después
del triunfo de la revolución en 1959, con la implementación de la
reforma agraria, la agricultura estatal y la colectivización forzada. Al
convertirse el Comandante en el único terrateniente del país, no quedó
nadie a quien responder por los fallos, la mala administración, la
negligencia, y la total ignorancia del uso adecuado y la explotación
sostenible de los recursos vitales.
Esta degradación medioambiental se intensificó durante el llamado
"período especial" de los años 90's, cuando la maltrecha economía del
rógimen sufrió los efectos del fin del subsidio soviético, y Castro
anunció que los recursos naturales del país serían utilizados "al máximo
posible", en anticipación de un colapso económico y la implementación
del plan Opción Cero, provocando un giro hacia un ecologismo marxista y
más radical.
De acuerdo a datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA), el daño provocado en el medio ambiente cubano es
palpable: la erosión y salinización de los suelos; la contaminación de
ríos y bahías; la desaparición de una buena parte de nuestra flora y
fauna, y sobretodo, la deforestación.
La bahía de La Habana es una de las más contaminadas del mundo, afectada
por hidrocarburos, el plomo y el ácido clorídrico. El oriental río
Cauto, el más largo de la isla, ya no puede contener vida propia: es una
cloaca de de aguas salobres y envenenadas. Otros ríos como el
Almendares, el Zaza, el San Pedro, el Toa y el Cuyagüateje tienen
sistemas rinícolas destruídos por el vertimiento de residuos urbanos y
agropecuarios.
El famoso Salto del Hanabanilla se ha secado totalmente, y ya no existe.
Las matanceras Cuevas de Bellamar, otrora orgullo de la espeleología
cubana, han sido convertidas en depósitos de armamento,explosivos y
productos químicos, alterando su delicado ecosistema. La hermosa playa
de Varadero, una de las más bellas del mundo, ha visto la extracción de
miles de toneladas de su fina arena para ser usada en la construcción.
Creado en 1994, en pleno período especial, el Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), dirigido por la veterinaria Rosa
Elena Simeón hasta la muerte de ésta en el 2005, ha sido el organismo
encargado de dirigir y ejecutar el abusivo programa ambientalista del
régimen, despilfarrando y arruinando nuestra ecología.
Al igual que los ríos, las playas y el manto freático, los bosques de
Cuba han sufrido las consequencias fatales de una política ecológica
brutal y chapucera. En 1959, el país poseía un gran número de regiones
boscosas, entre ellas la Sierra Maestra, la Sierra del Escambray, la
península de Guanacabibes, la Cordillera de los Organos y la Ciénaga de
Zapata. Los abundantes árboles eran un estorbo para las nuevas técnicas
de la agricultura estatal de 1960, provocando una tala indiscriminada,
sin tener en cuenta el inmenso daño ecológico que esto podría causar.
En octubre de 1967, cerca de Bayamo, comenzó la mayor destrucción de
bosques naturales y maderas preciosas en la historia de la isla. La
llamada "Brigada Invasora Ché Guevara" utilizó tanques de guerra y
explosivos que, con fuertes cadenas, arrasaron bosques enteros. Este
criminal proceso de deforestación destruyó miles de árboles que eran
también refugio de faunas autóctonas que desaparecieron junto con los
árboles. Más tarde, durante el período especial, muchos de los pocos
árboles que aún quedaban fueron sacrificados para fines energéticos.
Cuba, según reportes del PNUMA, es ahora el cuarto país que más riquezas
forestales ha perdido en el mundo.
En los últimos 48 años, unas veinte especies de pájaros cubanos han
desaparecido o se encuentran en peligro de extinción, entre ellos el
carpintero real y el gavilán cagüarero. Otras especies de lagartos,
peces y reptiles han corrido igual suerte. De acuerdo a reportes de
observadores extranjeros, el ex-Director del Centro Nacional de Areas
Protegidas, Comandante Guillermo García Frías, ha lucrado ilegalmente
por décadas con la venta ilegal de fauna salvaje cubana, exportando
raros mamíferos a coleccionistas europeos.
Haciendo caso omiso de acuerdos firmados por funcionarios castristas en
las dos Cumbres de la Tierra, la de Río de Janeiro en 1992, y la de
Johannesburgo en el 2002, los alardes propagandísticos de protección
medioambiental del régimen ocultan hipócritamente la realidad de la
ruina de nuestra geografía.
Recordemos que nuestra isla tropical -uno de los sitios más bellos del
planeta- es el patrimonio geográfico y ecológico de todos los cubanos, y
nos pertenece por derecho natural. A la vanguardia de futuros planes
para reconstruir al país cuando deje de ser un latifundio del dictador,
se destacarán proyectos para sanear las aguas, limpiar las bahías,
salvar las playas, recuperar los bosques y preservar de manera adecuada
nuestro medio ambiente. Para restaurar nuestro suelo, "la tierra más
hermosa que ojos humanos hayan visto jamás". Y la única que tenemos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=7695
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